Tanaka y Suk: en busca de la supremacía del fútbol asiático

Uno de los mercados futbolísticos en expansión es, sin duda, el asiático. Acostumbrados a encontrar a jóvenes promesas en Europa y América Latina, extremo oriente está empezando a hacerse un hueco en el fútbol mundial y, aunque aún no ha arraigado con fuerza en el viejo continente, en Portugal han encontrado un puente para empezar a hacerse un nombre en el siempre exigente fútbol europeo.

A principios de siglo, los jugadores asiáticos empezaron a brillar con luz propia a partir del Mundial de Corea-Japón de 2002. Fue allí cuando empezaron a darse a conocer nombres como Shunsuke Nakamura, probablemente el mejor jugador japonés en la historia contemporánea del fútbol. El mediapunta nipón ficharía ese mismo año por el Reggina, aunque su explosión como jugador tendría lugar en el Celtic Park.

Sus obras de arte en forma de lanzamientos de falta al Manchester United le valieron para convertirse en el primer jugador japonés en marcar en la historia de la Champions League y el segundo asiático en hacerlo. Precisamente en Old Trafford destacó en gran manera otro de los asiáticos con más repercusión del balompié: Park Ji-Sung. El jugador de Seúl también se dio a conocer en el Mundial de 2002 y antes de viajar al 'teatro de los sueños' tuvo un período de adaptación al fútbol europeo con el PSV Eindhoven.

Ya en Manchester, el jugador siempre fue una pieza clave en el esquema de Alex Fergusson, y con los diablos rojos consiguió levantar trece títulos, entre ellos una Champions League y cuatro campeonatos ligueros ingleses. 133 partidos en el histórico club británico le valieron para ser el primer jugador surcoreano en jugar en la Premier League pero también el que más minutos ha jugado hasta la actualidad.

En estos últimos años, y aunque la selección japonesa sigue siendo fiel a las grandes citas internacionales, sus jugadores aún no han terminado de dar ese salto a la primera línea del fútbol europeo. Keisuke Honda es de los pocos de gran renombre, aunque los continuos fracasos ligueros del CSKA de Moscú en la Russian League le han privado de más protagonismo.

Otras de esas promesas que se han quedado en eso, en promesas, han sido jugadores como Shenji Kagawa o Yuto Nagatomo. Kagawa fue el primer segundo jugador surcoreano en jugar en Old Trafford, pero nunca tuvo regularidad y ya vive su segunda etapa en un Borussia Dortmund que ve cómo año tras año queda privado de sus mejores jugadores. Nagatomo, por su parte, nunca llegó a explotar del todo, y ha pasado de jugar una media de 36 partidos por temporada con el Inter de Milán a disputar apenas doce encuentros esta campaña.

Nagatomo y Kagawa no han sabido explotar todavía

Sin embargo, y como ya empieza a ser habitual, Portugal es la excepción. La Liga NOS lleva décadas sirviendo de trampolín para dar a conocer jóvenes talentos de ligas menos conocidas, y a pesar que es el primer destino de jugadores brasileños, argelinos e incluso egipcios, desde el imperio del sol naciente ya están empezando a poner su punto de mira en la liga lusa.

Junya Tanaka y Suk Hyun-Jun marcan la diferencia

Y es que dos los jugadores que están marcando la diferencia en el campeonato portugués son Junya Tanaka y Suk Hyun-Jun. Tanto el japonés como el coreano ya se han asentado en sus respectivos equipos, y para Marco Silva es un alivio tener un delantero explosivo capaz de competir la titularidad a Fredy Montero e Islam Slimani.

Suk, por su parte, y a pesar de ser mucho más joven que el propio Tanaka, tiene más experiencia en la Liga NOS y ya ha jugado en los dos grandes de Madeira antes de hacerse un nombre en el Vitória Setúbal. A sus 23 años, es la gran esperanza de Corea del Sur para lograr triunfar a nivel internacional.

Y es que los números de ambos jugadores son tan similares que han llegado a la par a esta última jornada de la Liga NOS. Suk, con diez goles entre liga y Taça de Portugal y Taça da Liga, ha sido el jugador que más ha utilizado Bruno Ribeiro desde el banquillo, aunque eso no le ha impedido brillar con el equipo de Bonfim.

Tanaka, por su parte, ha sido más decisivo en este último tramo de la temporada, sus goles no solo han servido para que el equipo esté clasificado para la Champions League, sino para también meter al Sporting de Lisboa en la final de la Taça de Portugal, el único título al que puede aspirar el conjunto dirigido por Marco Silva.

Los momentos clave

Quizás el momento más relevante de Suk esta temporada ha sido en la importante victoria del Vitória Setúbal ante Arouca. El equipo de Bonfim, que quería sellar lo antes posible la permanencia en la Liga NOS, se veía las caras con otro de los equipos que más apuros han pasado en la presente temporada.

Y al borde del descanso, el surcoreano puso Bonfim en pie con un espectacular tanto al contragolpe en el que desbordó magistralmente a Iván Balliu (túnel incluido) y definió por abajo ante la salida de Goicochea. Sin duda el mejor tanto del jugador en su etapa portuguesa.

Tanaka, por su parte, silenció el Estádio AXA en el tiempo de descuento y dio un golpe prácticamente definitivo a las aspiraciones de los leones para la Champions League. Y es que tanto Sporting de Braga como Sporting de Lisboa se jugaban, allá por enero, ocupar la tercera plaza de la Liga NOS.

Corría el minuto 95 de partido el delantero nipón sacó a relucir los galones que tiene en el club lisboeta para lanzar de forma magistral un libre directo que se colaría por toda la escuadra. Un espectacular tanto que dio la victoria a los suyos y que recordó a los tantos de su compatriota Nakamura en Old Trafford.

Ahora, con la última jornada de la Liga NOS a la vuelta de la esquina y con la final de la Taça de Portugal en el horizonte, Tanaka tiene la difícil tarea de anotar tres tantos en dos partidos para empatar a Suk e igualar sus registros goleadores. Ambos, que han destacado sobre todo en las competiciones coperas más que en la liga, todavía han de luchar por la titularidad, pero aún así son los suplentes más utilizados por sus respectivos equipos, una buena prueba de la confianza de sus entrenadores y un ejemplo que Asia vuelve a arraigar en el viejo continente.

Cara a cara Suk-Tanaka