El fin de la fase clasificatoria de cara al Mundial de Brasil cada vez está más cerca y, por tanto, las selecciones que aún se ven con posibilidades de entrar, ya sea mediante la repesca o siendo líderes de sus respectivos grupos, exprimen sus energías y entregan sus últimos esfuerzos con tal de obtener el deseado billete para la competición mundial.

El partido comenzó en San Petersburgo y los locales fueron los que tomaron la batuta del encuentro desde los primeros compases mientras que Israel se encerraba atrás y apenas lograba crear ocasiones de peligro. Alguna tuvieron los visitantes en jugadas a balón parado pero las más claras de los primeros 45 minutos las concretaron los rusos gracias a un Shirokov que, sobre el 20’ de juego, mandó un cabezazo que a punto estuvo de suponer el primero y poco después empalmaría un buen centro que golpeó en el lateral de la red.

Los de Fabio Capello desquiciaron a los laterales de Israel con bastantes desbordes por banda al igual que a los centrales con triangulaciones y paredes en la frontal pero no estuvieron del todo acertados y la zaga israelí no mostró ningún fallo grave, por lo que ambos combinados se fueron por el túnel de vestuarios con el 0-0 vislumbrando en el marcador.

Revolución rusa

Tan sólo bastaron dos cambios, Fayzulin por Dzagoev y Denisov por Glushakov, para que, a pocos minutos de haber empezado la segunda mitad, los rusos se vieran con la victoria en el bolsillo y con una ventaja cómoda de aguantar para lo que restaba de encuentro. La obra que se representó en el teatro del fútbol de San Petersburgo nunca cambió el guión y los protagonistas siempre fueron los actores autóctonos. En el 49’ Berezutsky, en un acto de valentía, se sumaría al ataque y haría olvidar al espectador que su posición era la de central ya que él mismo se guisó la jugada y, tras apoyarse en un compañero, abriría el marcador.

No contentos con el 1-0, en el 51’ aparecería la magia de la joven perla que está llamada a liderar a Rusia, Aleksandr Kokorin. Recibió en la frontal del área un envío de Samedov y, ni corto ni perezoso, se sacó de la chistera un trallazo que dejó con la boca abierta a todos y a Dudu Aoute frustrado en el suelo. En apenas dos minutos Rusia dejó atrás su versión sin finalización para convertirse en un combinado con mucho olfato.

El resto del partido transcurrió con un continuo flujo de jugadas de ataque de unos futbolistas locales que aún tendrían tiempo de amarrar el encuentro en el 73’. Dzagoev trató de acomodarse en el área y el esférico golpeó en la mano de un defensor israelí. La pena máxima fue concedida y Shirokov, para el pequeño infarto momentáneo de sus seguidores, la estrelló en el palo derecho pero Gluzhakov, muy atento, recogió el rechace y puso el tercero.

En el 88’ un incansable Shirokov lograría conectar con un gran envío con la referencia ofensiva, Kerzhakov, que se revolvería en el área y sacaría un disparo que se desvió por poco. A pesar del dominio de los pupilos de Capello, Zahavi cabecearía en el 92’ al fondo de la red un envío alto e Israel podría endosar la diana del honor en el último suspiro.

Cruciales tres puntos para Rusia que lidera el Grupo F a la espera de lo que pasé en el tramo final. Se le pone un poco más de cara la clasificación directa al Mundial de Brasil a los de Capello que tan sólo les queda por enfrentarse a los rivales más flojos, Azerbaiyán y Luxemburgo.