Nacido en Beslán, es raro que un jugador del Cáucaso triunfe tan rápida y fácilmente como lo haría Alan, más si cabe en una faceta ofensiva que en Rusia se suele reservar para jugadores exóticos de un nivel correcto. Pero, con su historia, se reafirma más que nunca aquello de que “el talento siempre vence”.

Con 17 años llegó a la capital tras dejar buenas sensaciones en la Segunda División del país y no tardaría en demostrar las virtudes que llevaron al CSKA a apostar por él. En su primera temporada, en 2008, el novato y descarado extremo lograría debutar y, un par de partidos más tarde, le darían la oportunidad de entrar en el once en un choque frente al FC Khimki. Sin temor y sin vacilaciones el prometedor jugador anotó un gol y repartió dos asistencias en su primera aparición desde el inicio. A partir de aquí, su importancia en la institución iría “in crescendo”.

Fue coronado como el mejor futbolista joven del año 2008 de la Premier rusa y numerosos clubs importantes, entre los que se rumoreó un interés del Real Madrid, se interesaron en la perla del CSKA. Finalmente Dzagoev no salió de la institución moscovita en la que ha permanecido hasta la actualidad acumulando un total de más de 170 apariciones y cerca de 50 goles.

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En el más reciente pasado, la campaña 2012/13, el prometedor atacante ruso cuajó el que quizás ha sido uno de sus peores años. Tras apuntarse los focos hacia su figura por méritos propios en una Eurocopa de Polonia y Ucrania en la que fue uno de los futbolistas más determinantes de su selección, también en la fase clasificatoria, y uno de los máximos goleadores del torneo con tres dianas, fue expulsado en la competición nacional en un cruce frente a el Dinamo de Moscú. Esto le conllevó varios partidos de suspensión pero su vuelta ayudaría en un final de campaña en el que el CSKA confirmaría su liderato y en el que Dzagoev tendría tiempo todavía de marcar un par de tantos más que fueron importantes en la consumación de dicho logro.

En el apartado europeo ha participado siempre en estas competiciones desde su llegada a la capital, destacando su papel en las fases de grupos de la UEFA 2008 y la Champions 2009, pero un poco desaparecido ha quedado aquel eléctrico y eficaz extremo en las últimas ediciones. En este ámbito, la 2012/2013 tampoco le acompañó la suerte y, tanto él como su equipo, mostraron una bochornosa imagen quedando eliminados en la fase clasificatoria ante el AIK sueco.

Ahora, con la salida de Vagner Love y con un escaparate ideal como es la Champions League, Dzagoev deberá más que nunca comandar a los de Leonid Slutsky en el terreno de juego con una mayor regularidad, algo que suele acusar, y reavivar la llama de un futbolista del que se esperan grandes cosas. Un objetivo que no sólo le favorecerá en el ámbito de clubes ya que la renovación que está empleando Capello en el combinado nacional ruso puede quitarle importancia de cara a un próximo mundial en el que todo apunta a que Rusia buscará nuevos referentes tras el decaimiento de Arshavin y Pavliuchenko. Mañana martes 17 su equipo volverá a la máxima competición continental frente al Bayern de Munich. Es el momento de Alan Dzagoev, el zar que quiere y puede volver a reinar.

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