Volver, como el tango de Gardel impregnado con la más pura esencia de la Argentina. La nación de la pasión futbolera, de las grandes hinchadas, de genios como Maradona, de futbolistas como Messi pero también de un sinfín de nombres y nombres que bailan por centenares de esos teatros de escenarios verdes que se reparten por el mundo; todos ellos, de sangre caliente y albiceleste, representando la función más característica de su tierra natal. En Moscú, concretamente en el Spartak, encontramos uno de estos individuos; el Tino Costa. Un centrocampista con una prodigiosa zurda que parece haber encontrado cobijo entre las murallas del Lokomotiv Stadium; paredes que defiende con sus clásicos cañonazos y que también honra, desde el centro del terreno, dirigiendo un proyecto de Valeri Karpin que se presenta, a día de hoy, como esperanzador para una afición rojiblanca que sueña con retornar a ser aquel equipo que maravilló a finales del siglo pasado.

Vivir, con el dulce recuerdo de un tiempo mejor. Errante en las sombras y con la miel en los labios desde aquel 2002 en el que el Lokomotiv frenó la dictatorial y exitosa marcha de títulos consecutivos de un Spartak que dejó de ser ese dios omnipresente del liderato para quedar relegado a un segundo plano.

Club histórico

El combinado Krasno-belye vive, en estos momentos, de su historia pasada como uno de los clubes más exitosos de la antigua URSS con doce trofeos ligueros y diez coperos durante la etapa soviética. También, como el referente de los inicios del actual campeonato ruso alzándose campeón en nueve de las diez primeras ediciones entre 1992 y el 2001 con la única excepción del tercer puesto conseguido en el 1995. Fue la última época dorada, el postrero resquicio de aquel equipo de ensueño dirigido por un Oleg Romantsev que llegó a tener tal importancia que compartía, desde el 1993, el cargo del banquillo y el de la dirección del club. Pero su salida en 2003, tanto de la presidencia como su renuncia como técnico, comportó una inestabilidad en el Spartak de la que todavía no se han podido recuperar.

Negados ante los títulos

Llega justo para contar con los dedos de las manos la cantidad de nombres que se han encargado de entrenar y de procurar recuperar los buenos tiempos sin éxito. Ni ellos, ni los goles de leyendas vivas del club como Pavlyuchenko u otros goleadores como Welliton, ni la mano de destacados técnicos como Michael Laudrup o Emery, han podido renovar unas vitrinas que sufren una prolongada sequía. Entre el 2005 y el 2007 se produjo un amago con la llegada de Starkov y otros managers como Fedotov o Cherchesov consumando tres bicampeonatos consecutivos, en los dos primeros superados su gran rival, el CSKA, y en el tercero por el Zenit, y una final de copa en 2006. El 2009 y la 20011/12 serían otros espejismos aislados con sendos segundos puestos pero, otro de los grandes problemas para el Spartak durante todo estos años, fue y ha sido el alza y los mejores años del Rubin de Berdyev, la mejoría del CSKA y el buen hacer de un Zenit chutado por la crucial inversión de capital de la compañía Gazprom.

Vuelve la ilusíón

Una década más tarde, el equipo del pueblo sigue codeándose con la aristocracia y un gran desembolso este verano para traer a futbolistas de la talla de Glushakov, Lucas Barrios, Ozbiliz o el anteriormente nombrado, Tino Costa, hacían presagiar que este podría ser finalmente el año del Spartak.

En el campeonato doméstico se  comenzó bien pero el Sant Gallen superaría a los rojiblancos en la fase de clasificación para la Europa League dejando, desde más o menos principios de temporada, al equipo con una competición menos. Pero, como se suele decir, no hay mal que por bien no venga. El poder concentrarse en una competición fue uno de los grandes factores que llevó a alzar el título al CSKA en la postrera edición y los de Karpin buscaron emular a su gran rival.

Vértigo ante los grandes

El liderato que se logró en las primeras fechas se fue perdiendo poco a poco por fallos en las jornadas cuatro, cinco y seis, frente al Kuban, Rubin y Amkar respectivamente. Volverían, hasta el décimo encuentro, a dar otro giro al guion volviéndose a colocar en lo más alto, aunque sin lograrlo en solitario, ya que, en el momento crucial, fallaron. La fecha número once se presentó con un duelo por la primera casilla entre el Zenit y el Spartak, empatados a puntos, y serían los de San Petersburgo los que aprovecharían la oportunidad con un imponente 4-2 para poner tierra de por medio.

Este fracaso precedería a otro, un empate contra el Terek Grozny, y también a la falta de rigor en las grandes contiendas. En el resto de encuentros hasta el parón, se cumplieron en los que los pronósticos eran favorables y se venció frente a un Zenit que dio un bajón en el tramo final que abrió la competición; pero los fallos ante Lokomotiv y CSKA, les impidieron reinar. A pesar de todo, los datos son más que positivos, desde el 2009, en el que eran colíderes a un punto del Rubin Kazan, no llegaban tan cerca del liderato una vez finalizada la decimonovena jornada de la competición y retomarán el sprint final a tan sólo un punto del cielo; ese al que por mucho que han saltado no han llegado pero al que quieren, de una vez y tras tanto tiempo, volver a acariciar.

VAVEL Logo
Sobre el autor