Balcón de piedra, de Luis Mateo Díez
Luis Mateo Díez, escritor, novelista, poeta, dramaturgo y coguionista (Foto: trabalibros)
Luis Mateo Díez compone treinta textos. Uno por día. De este modo, nos acerca a su Balcón de piedra. Visiones de la Plaza Mayor. Es, además de destreza y sentimiento, cotidianiedad, diálogos, paseos, pensamientos. Los del escritor que habita la Plaza y la observa desde lo más hondo. 
 
Transita por el centro de la ciudad. Se detiene y nos revela: “La Plaza es un mundo y, como tal, una isla, una fortificación en el corazón de la ciudad, un espacio interior de la misma”. El texto no es diario ni novela sino prosa de la memoria en la que el autor se acerca a amigos, compañeros, lugares, parajes. Luis Mateo Díez, sumergido en ella, se resiste a dejar atrás la huella que la plaza ha trazado en él. 
 
Luis Mateo Díez llega al lugar un mes de abril. Se declara heredero de la condición de navegante y náufrago de Ángel Rodal. Un viajero por el mar de la vida, cuyo cobijo y sino es el corazón de la urbe. 
 
El escritor recoge, cual espacio interior, a personas. La mayoría de los textos están dedicados a ellas. Personas sin hogar, quienes permanecen en ella y sufren “la injusticia del refugio”. Visitas de artistas y políticos. El recuerdo de la amiga que rebosaba generosidad. Las buenas nuevas con las que admiraba el amigo mensajero. Los viajes a su pueblo donde se encuentra con las ausencias. Y las aventuras viajeras con el incondicional compañero. Andan de plaza en plaza en una ruta similar a la vida. 
 
El Barroco se instala en sus páginas y Díez plasma un espacio que es, además, escenario. El cielo brilla y, desprovista de telón, la Plaza enseña, sin rubor, las escenas concentradas de la ciudad. El poder acude a ella para que admiren su estancia allá, en lo alto. 
 
Estas son algunas de las amplias señales que Luis Mateo Díez detalla en esta narración vívida. Senderos y trayectos, de ida y vuelta, de plaza en plaza, que se abren con el sentimiento y la cercanía. La plaza se transforma, asimismo, en espacio metafórico, ya que el escritor quiere ampararla y no alejarse de ella. 
 
Luis Mateo Díez es autor profuso de novelas y relatos, en los que idea lugares, espacios o pueblos imaginarios, como Celama. Miembro de la Real Academia desde el año 2000, escribe, también, poesía y teatro. Es coguionista de Viene una chica (2010) junto a Chema Sarmiento y ha relatado su autobiografía Azul serenidad o la muerte de los seres queridos (2010).
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