Ellos se van, pero sus obras se quedan
Foto: Gtres.

A punto de poner fin al 2014, en VAVEL hacemos un repaso por algunas de los rostros más entrañables del campo de las letras que, en los últimos 365 días, tuvieron que decir adiós a familiares, amigos y lectores. Todos ellos han dejado obras vitales para la literatura del siglo XX y, por fortuna, el nuevo año regala un sinfín de horas para releerlas o retomarlas.

Ana María Moix

La muerte en febrero de Ana María Moix deja aún más huérfana a la 'gauche divine' barcelonesa, de la que fue una de sus musas. Su padre quiso que estudiara Farmacia, pero ella se decantó por la carrera de Filosofía y Letras. La hermana de Terenci Moix se inició en los años 70 en el periodismo y la literatura, aunque también será recordada como militante del movimiento feminista.

Obras como Las virtudes peligrosas o Vals negro le valieron el más que merecido premio Ciudad de Barcelona.

Foto: El País

Leopoldo María Panero

El loco y genial poeta madrileño falleció mientras dormía, a los 65 años, en un hospital de Las Palmas de Gran Canaria.

Considerado uno de los ‘nueve novísimos’, su adicción al alcohol y a las drogas, así como sus problemas psiquiátricos, conformaron el carácter rebelde y transgresor del escritor. Las repetidas reclusiones no le impidieron desarrollar una copiosa producción no sólo como poeta, sino también como traductor, ensayista y narrador. De una u otra manera, todas sus páginas son autobiográficas, como demuestra en Esquizofrénicas o la balada de la lámpara azul.

Foto: J. R. Vega González / El País

Gabriel García Márquez

Cien años de soledad, El amor en los tiempos del cólera, El otoño del patriarca o Crónica de una muerte anunciada son algunos de los títulos más representativos del escritor colombiano, padre del realismo mágico y premio Nobel de Literatura.

Sin duda la faceta periodística de Gabo también quedará grabada en nuestras memorias. Su muerte llegó a los 87 años y, aunque anunciada, tiñó de luto el mundo entero el pasado 17 de abril.

Foto: Stiri

Ana María Matute

Una crisis cardiorrespiratoria se llevaba en verano a esta entrañable escritora. Galardonada con premios como el Nacional de las Letras o el Cervantes, fue, además, académica de la Real Academia Española, donde ocupaba el asiento ‘K’.

Matute pasará a la historia como una de las voces más personales de la literatura española del siglo XX y, en particular, del período de la posguerra. Los Abel y Olvidado rey Gudú la llevaron a lo más alto; con sus cuentos para niños se hizo también un hueco entre los más pequeños de cada casa.

Foto: Humanities

Ramiro Pinilla

Con 91 años a sus espaldas, el escritor vasco no pudo lidiar con una infección de páncreas. Se marchó en octubre, dejando nada menos que 24 obras narrativas, un ensayo y nueve premios de literatura.

Muchos le recordarán por la publicación de Verdes valles, colinas rojas, una excepcional trilogía donde narra la historia del País Vasco desde finales del siglo XIX a través de dos familias enfrentadas, los Oiandia y los Baskardo, y que le sirvió para demostrar las contradicciones del nacionalismo.

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