Otro día duro y complicado en el Augusta National. Pese a que las condiciones han mejorado respecto a la jornada anterior, lo cierto es que no se han visto demasiadas vueltas bajo par. De hecho, ya sólo quedan 17 jugadores en números rojos. La media de golpes del campo en esta tercera ronda ha sido de 73.85, ligeramente inferior a la de ayer (74.18). De todos modos, sólo se han entregado 15 vueltas bajo par, de las cuales únicamente 7 han bajado de los 70 impactos.

Tres jornadas disputadas y otros tantos líderes. Aunque, eso sí, el resultado apenas ha variado, ya que se ha pasado del -6 de los dos primeros días al -7 de hoy. Ahora el liderato lo comparten Brandt Snedeker y Ángel Cabrera, después de firmar sendas vueltas de 69 golpes (-3). A un sólo impacto de estos se encuentra Adam Scott (quien ha entregado la misma tarjeta que los líderes) y en cuarta posición, a dos golpes de la cabeza, aparecen los líderes de las anteriores jornadas, Marc Leishman y Jason Day.

Pero si por algo ha trascendido la jornada del sábado, ha sido por la polémica suscitada alrededor de un dropaje ilegal que Tiger Woods hizo en el día de ayer. Tras mandar su bola al agua en el hoyo 15, Tiger optó por dropar en el mismo sitio desde el que había jugado su tercer golpe. Pero decidió retrasar su bola 2 yardas para tener un mejor ángulo de entrada a green, cuando la norma dice que hay que hacerlo “lo más cerca posible”. Por tanto, se aprovechó de esta circunstancia e inflingió las reglas, entregando una tarjeta errónea al final del día. La decisión parecía clara: Tiger tenía que ser descalificado. Sin embargo, el comité de competición ha optado por sancionarle con dos golpes de penalidad, de modo que su vuelta de 71 golpes pasaba a ser de 73. En definitiva, el nombre de Tiger (y todo lo que conlleva) ha tenido mucho peso en la decisión final. Algunas voces incluso han llegado a decir que el numero 1 debía haber renunciado al torneo por iniciativa propia.

Polémicas aparte, Tiger ha salido al campo y ha firmado una vuelta de 70 impactos (-2) para un total de -3. De este modo, el estadounidense es séptimo a 4 golpes del liderato y todavía mantiene intactas sus opciones de ganar el Masters por quinta vez. La nota negativa del día la han protagonizado dos de los candidatos al triunfo final, Rory McIlroy y Phil Mickelson. El norirlandés (que partía con -2 en decimocuarta posición) ha finalizado en el puesto 44 después de entregar una tarjeta de 79 golpes (+7) y ha enterrado todas sus esperanzas de victoria. Mickelson, por su parte, ha jugado por segundo día consecutivo sobre par y ocupa la posición 56 con un acumulado de +8.

Los españoles tampoco han tenido un gran día y han concluido con tres vueltas por encima del par. El primero en salir al campo ha sido Chema Olázabal, quien ha jugado con el autor de la mejor vuelta del día, el surafricano Tim Clark (67 golpes). El jugador vasco ha llegado al tee del hoyo 16 con -1, pero un bogey en ese mismo agujero y un doble bogey en el 18 le han hecho terminar con 74 impactos y un acumulado de +4 en el puesto 38. Otro que ha ido de más a menos ha sido Gonzalo Fernández-Castaño. El madrileño, pese a empezar con bogey en el 1, ha acabado los 9 primeros 2 bajo par (con birdies en los hoyos 3, 6 y 9). Sin embargo, la segunda parte del recorrido no le ha sido tan favorable y ha cometido tres bogeys más (11, 13 y 18) para finalizar con 73 golpes y -1 en el total, en decimocuarta posición.

En esta misma situación se encuentra Sergio García, aunque su vuelta ha sido radicalmente distinta. El castellonense también ha empezado con un bogey en el 1, y en el hoyo 7 ha sumado un nuevo tropiezo. Sergio llevaba los tres últimos hoyos de la primera jornada, más toda la vuelta de ayer, más los 7 primeros de hoy sin hacer un sólo birdie. 29 hoyos después, en el par 5 del hoyo 8, ha logrado romper esa mala racha. Sin embargo, cuando parecía que ya se había rehecho de un mal inicio, un doble bogey en el 11 (después de hacer 3 putts) le ha vuelto a frenar en seco. Dos birdies consecutivos en los agujeros 12 y 13 le han vuelto a reactivar, pero en el 14 le aguardaba otro bogey. Finalmente, un gran golpe desde el tee en el hoyo 16 le ha permitido hacer un nuevo birdie, de modo que al menos ha sido capaz de mantenerse en números rojos, aunque lejos de la pelea por la chaqueta verde.

La última jornada del Masters se presenta sin un favorito claro y con muchos aspirantes al triunfo. Por delante, un día lleno de emociones y sorpresas. El Augusta National dictará sentencia.