Incertidumbre y máxima igualdad hasta el final. Así se han alcanzado los dos últimos hoyos del torneo. Esos que deciden la victoria, en los que los nervios pueden jugar una mala pasada. Esos en los que se nota la presión. Y llegados a este punto se puede optar por dos estrategias: ser conservador y esperar el fallo del rival, o arriesgar e ir a por todas. Cualquiera de las dos tácticas puede ser buena, solo el tiempo lo dirá. Pero en esos instantes hay muy poco tiempo para meditar la decisión.

Y en esas estaba Sergio García. El español compartía liderato con Tiger Woods y se disponía a jugar el famoso hoyo 17 de Sawgrass, conocido como “la isla”. Un hoyo que le traía muy buenos recuerdos, pues allí cimentó su victoria en el The Players de 2008. Mientras, el estadounidense ya estaba en el tee 18. Dos pares le podían valer al castellonense para jugar un hipotético playoff. Pero el golf es un deporte de sensaciones. Y Sergio sintió que debía ir a por la bandera en busca del birdie que le diera la victoria. Venía con confianza tras sendos buenos golpes en los hoyos 13, 14, 15 y 16. Y se la jugó. Decisión valiente a la vez que arriesgada. Aunque el tiempo ha acabado por dictaminar que errónea. O, al menos, poco efectiva. Su golpe, que llevaba una línea perfecta, se quedó a escasos metros de ser inmejorable. Pero le faltó algo de fuerza y la bola se fue al agua, diciendo adiós a todas sus opciones de victoria. Lo que vendría después ya poco importaba.

Y si hay un jugador al que no se le pueden hacer este tipo de concesiones, ese es Tiger Woods. Y eso que él también tuvo su escapada en el hoyo 14 cuando lideraba el torneo con una autoridad insultante (3 golpes de margen). Pero hasta él puede fallar. Tras mandar su golpe de salida al agua, Tiger cometió un doloroso doble bogey, que junto con el birdie de Sergio y Lingmerth en el 13, dejaba un triple empate en cabeza. El sueco se caería con un bogey en el 14, pero el español y el estadounidense mantendrían el pulso con un nuevo birdie en el 16. Y en el 17 se terminó todo. Sergio se remojó y a Tiger le bastaron dos pares para conseguir su segundo The Players. Al final el resultado ganador fue -13, curiosamente, el mismo que en las últimas dos ediciones.

David Lingmerth tuvo una opción lejana de birdie en el 18 para forzar el desempate, pero su putt fue más agresivo de la cuenta y se pasó algo más de lo previsto, por lo que acabó cometiendo bogey. De este modo, la segunda posición, a dos impactos de Tiger, la compartieron Kevin Streelman, Jeff Maggert y el propio Lingmerth. En el quinto puesto, con -10, quedaron Henrik Stenson, Martin Laird y Ryan Palmer.

Sergio García acabó finalmente octavo, a 6 golpes de la cabeza. Y es que el accidente del 17 se saldó con una segunda bola al agua y un doloroso cuádruple bogey. El español sabía que ya solo el bogey le podía dejar una mínima esperanza de alcanzar a Tiger y se la volvió a jugar en el tercer golpe desde el tee con idéntico resultado. Luego vendría otra visita al agua en el 18 y un doble bogey. Un final muy cruel. Por lo visto durante toda la semana, Sergio no merecía tal desenlace, pero el deporte es así. Pese a ello, no se le puede reprochar nada al español. Ha estado en la lucha desde el principio hasta el final y ha competido de tú a tú con la mejor versión del número 1 del mundo. Llegó al hoyo 71 con los mismos guarismos que él. Pero los torneos acaban en el agujero 72. Eso sí, también es de justicia reconocer que al final ganó el mejor.

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Sobre el autor
Hèctor Salvador
Graduado en Periodismo y licenciado en Comunicación Audiovisual. Redactor del Villarreal CF y de la sección de golf