La decimotercera edición de la Solheim Cup se presentaba como un reto para las europeas, ya que nadie contaba con ellas. Se jugaba en suelo americano, donde Europa no había ganado nunca. En el global de las doce anteriores, las estadounidenses dominaban por un claro 8-4. Además, el equipo local contaba con cinco jugadoras en el top 20 mundial (incluida la número 2 del mundo y reciente ganadora del British femenino, Stacy Lewis), mientras que solo tres jugadoras europeas figuraban entre las veinte mejores. Y por si esto fuera poco, seis de las doce componentes del equipo visitante eran rookies. El pronóstico parecía sencillo: victoria contundente para las estadounidenses. Nada más lejos de la realidad. Europa dio una exhibición de golf y ganó la Solheim Cup con el resultado más abultado de la historia (10-18). El equipo capitaneado por la sueca Liselotte Neumann conquistó por primera vez la Solheim Cup en territorio enemigo después de seis intentos fallidos.

Europa fue siempre por delante en el marcador. La jornada inaugural comenzó con un 1-3 favorable en los foursomes del viernes, aunque las americanas reaccionaron en los fourballs de la primera jornada (2-2) y, sobre todo, en los foursomes del sábado (2,5 a 1,5 para Estados Unidos). Tras estos tanteos, se llegaba a los fourballs del sábado por la tarde con un ajustado marcador de 5,5 a 6,5 a favor de las europeas. El equipo local se había crecido y la remontada parecía posible. Sin embargo, Europa no se amedrantó y endosó un rotundo 4-0 a las estadounidenses en los fourballs de la segunda jornada. Esto permitió al equipo del viejo continente afrontar la decisiva jornada de individuales con 5 puntos de ventaja (5,5-10,5). A Europa le bastaban 3,5 puntos para retener la Copa y 4 para ganarla de los 12 que todavía estaban en juego. Pese a ello, las europeas también se impusieron en los individuales por un marcador parcial de 4,5 a 7,5. El punto decisivo, el número 14, se logró cuando todavía restaban siete partidos por concluir.

Y el destino quiso que el punto de la victoria lo consiguiera la mejor jugadora de esta Solheim Cup y auténtica heroína del conjunto europeo, Caroline Hedwall. La sueca se ha convertido en la primera golfista que logra cinco puntos en una misma edición de la Solheim. Y es que Hedwall disputó los dos foursomes, los dos fourballs y los individuales y venció en todos los partidos. Algo equiparable a lo que hizo Ian Poulter en la Ryder Cup de Medinah (aunque el inglés solo disputó 4 puntos). Pero las comparaciones con Poulter no acaban aquí. Curiosamente, tanto Hedwall como Poulter fueron elecciones personales de los capitanes y acabaron siendo decisivos para la victoria final. La sueca se convirtió en la auténtica líder del equipo e hizo creer al resto de jugadoras que la hazaña de ganar en suelo americano era posible. Sus gestos, su competitividad y su capacidad para embocar putts decisivos evocaron la figura de Ian Poulter.

La Solheim Cup de Colorado pasará a la historia. Y no hay que olvidar que el país más representado en el combinado europeo era España con tres jugadoras: Azahara Muñoz, Carlota Ciganda y Beatriz Recari (récord de representantes españolas). Además, hay que destacar el buen papel realizado por todas ellas. Carlota Ciganda y Beatriz Recari debutaban en el torneo y contribuyeron al triunfo con 3 puntos cada una (en el caso de Carlota, en tres partidos jugados). Azahara Muñoz, que ya fue clave en la victoria europea de la Soheim Cup de 2011 disputada en Irlanda, también aportó dos puntos. En definitiva, una edición para guardarla en la memoria.

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Sobre el autor
Hèctor Salvador
Graduado en Periodismo y licenciado en Comunicación Audiovisual. Redactor del Villarreal CF y de la sección de golf