Es un personaje cada vez más mediático, pero la humildad con la que creció nunca la va a perder. Nos encontramos con Javier Gómez Noya (Basilea, 1983) tras el acto de entrega de la medalla de oro de la Real Orden del Mérito Deportivo, un reconocimiento más a su trayectoria, aunque nunca parecen suficientes. Antes, participó en un clínic en beneficio de Eva Moral. No paró desde que aterrizó en la capital, donde el viernes también tuvo tiempo de subirse al escenario a tocar la guitarra con el grupo de su hermano. Después de pasarse casi una hora entre autógrafos y fotografías, atiende a VAVEL mientras se termina un crepe al que le han invitado.

P: ¿De qué manera acoge esta medalla de oro?

R: Es algo bonito y especial que reconozcan tu trabajo, no solamente este año, sino de toda mi trayectoria. Me alegra, me motiva y estoy muy agradecido por ello, desde luego. Es una motivación extra, sobre todo este galardón, que es el máximo que te pueden dar como deportista. Las carreras es donde siempre intento ganar y estos premios son algo que yo no puedo controlar.

P: Y el 18 de diciembre recoge junto a Mario Mola la Medalla del Comité Olímpico Español.

R: Recibir un premio con Mario me hace ilusión, es muy buen chaval y ha hecho un año espectacular. Estos reconocimientos hacen que dé que hablar el mundo del triatlón y eso es algo muy positivo para el deporte.

P: Solo le queda el Príncipe de Asturias, ¿se lo toma como un reto?

R: No, porque es algo que yo no puedo controlar. En un campeonato del mundo si cruzo la meta el primero, gano. En este tipo de premios hay un jurado que valora una trayectoria, diferentes aspectos de la vida de una persona y decide quién lo recibe. No me quita el sueño. Si algún año me lo dan, estupendo, pero si no, estaré igual de contento.

[Hacemos un alto para que termine el crepe y continuamos]

P: ¿Podría resumir su evolución desde su primera prueba de triatlón en 1998 hasta la actualidad?

R: Pasé de ser un total amateur, alguien que no sabía ni en qué orden iban los tres deportes del triatlón, a ser profesional y vivir de este deporte. Ha habido una evolución sin grandes pasos de gigante de un año a otro, pero siempre he ido subiendo poco a poco mi nivel. He intentado aprender en todo momento de la gente que estaba 'arriba' como Iván Raña, Simon Withfield, Brad Kahlefeldt e incluso de los Brownlee.

He sido muy crítico conmigo mismo, siempre buscando lo que hago mal y tratar de mejorarlo. Prefiero tener gente alrededor que me diga eso que a los que me dan 'palmaditas' en la espalda. Es una búsqueda constante de la mejoría. El hecho de haber competido mucho te da una experiencia y aprender a dominar tu deporte. Ha habido una evolución natural.

"Iván Raña ha sido un referente y sigue siéndolo"

P: ¿Qué papel jugó Iván Raña en su afición por el triatlón?

R: Me lleva solo cuatro años. Él fue campeón de Europa júnior, campeón del Mundo absoluto en 2002… Tenerlo a 50 kilómetros de casa me motivaba y me ayudaba. Aún encima tuve la suerte de que a Iván le pareció bien que yo entrenara con él. Yo me convertí en una esponja, intentaba absorber todo lo que él hacía: cómo entrenaba, cómo se cuidaba, qué comía o la importancia que le daba al descanso. En esa época aprendí a ser profesional. Ha sido un referente y sigue siéndolo.

P: ¿Se ve terminando su carrera deportiva, al igual que él, con los Ironmans?

R: Sí, es posible. No he corrido muchos, pero en el campeonato de Europa de media distancia me sentí muy bien. No hice un preparación específica y sin embargo fui capaz de adaptarme y rendir. La larga distancia —Ironman— es otra historia, pero sí que me planteo seriamente ir a Hawái después de Río como hizo Iván Raña.

P: El Mundial de este año se decantó a su favor por un escaso margen. Usted corrió todas las pruebas mientras los Brownlee ajustaron más el calendario. ¿Cree que fue un acierto suyo o una equivocación por parte de los ingleses?

R: Ellos plantearon la misma estrategia que habitualmente. Yo asumí riesgo corriendo tanto, no pudiendo entrenar de la misma manera y con mayor probabilidad de lesiones. Recuerdo la penúltima prueba en Estocolmo, cuando mi peor puesto era un tercero y tenía muy poco que mejorar con los Brownlee enfrente. La gente me recomendaba no ir, pero al final asistí, quedé segundo y gracias a esos puntos soy campeón del Mundo.

P: ¿Sufrió mucho cuando quedó 13º en Kitzbuhel, la prueba más dura del Mundial?

Sí. Me había preparado muy bien, había hecho entrenos muy buenos en la bici. Tenía nivel y ese tipo de circuitos me van bien. Ahora tengo una cicatriz en el brazo de una caída que me hice cinco días antes de esa carrera. Fue una quemadura que me provocó fiebre durante tres días, dormía fatal por la noche y el cuerpo se resintió. El puesto 13 no me supo bien, pero también aprendí y más adelante pude desquitarme.

P: ¿Cree que puede ganar una prueba con características similares a la austríaca?

Por los test que hecho, sí. He podido subir puertos a una media de 430 vatios, datos de un buen ciclista profesional. Siempre he rendido en carreras duras. Incluso las veces que he corrido en ciclismo he ido mejor hacia arriba que en llano.

P: ¿Cómo se le hizo de larga la recta final en Londres?

R: Creo que se le hizo más larga a Jonathan –Brownlee— [risas]. Nos daba el viento de cara, sabía que sería una recta muy dura. Lanzar un sprint llegando con las fuerzas justas iba a ser complicado y quizás Jonathan se precipitó un poco. Me 'cubrí' detrás de él y apreté los dientes. Al entrar en la alfombra azul le veía descomponiéndose técnicamente, ya no podía más. Con lo que me quedaba conseguí pasarle. Salió bien.

P: ¿Sabía del estado de forma de Alistair Brownlee antes de la carrera?

R: Llevaba escuchando todo el año que Alistair tenía problemas, no había entrenado bien, el tobillo… También lo escuché antes de San Diego y allí nos dio un repaso. De él te puedes esperar cualquier cosa. Al empezar la carrera a pie me di cuenta de que no estaba bien y a partir de ahí ya me centré en Jonathan. Fue un subidón de moral, ya que así dependía de mí mismo, mientras con Alistair hubiera sido al revés.

"Prefiero de rivales a Mola y Alarza que a los Brownlee"

P: Además este año tuvo un rival español, que ya mencionaba antes, como Mario Mola...

R: Hay buenos rivales españoles y eso es bueno para el deporte. Me alegro mucho por Mario, me ha puesto las cosas difíciles en muchas carreras. Con el tercer puesto del Mundial ya ha demostrado que está entre los mejores. Es un gran amigo, pero cuando estamos compitiendo es un rival más. Lo mismo que Fernando Alarza, que tiene un nivel altísimo, es muy completo, y ya está arriba. Lo lógico es que a su edad siga evolucionando. Prefiero llevar de rivales a ellos dos que a los Brownlee [sonríe].

P: Y en cuanto a las chicas, ¿ve algún relevo a Ainhoa Murúa?

R: Ahora mismo el nivel de chicos está un poco más alto, tenemos gente muy buena. Entre las chicas, Támara Gómez hizo un buen Mundial sub-23 —fue sexta—. Hay varias que prometen, pero los próximos dos años van a ser claves. Necesitan dar un 'saltito' más. Y confío que Ainhoa esté dando guerra hasta Río 2016 todavía.

P: A pesar de todo, seguimos sin verles por la televisión.

R: Si no salimos en la tele ahora que hay varios españoles luchando en las mejores carreras del mundo, cuando venga una época mala no creo que vaya a ser el momento idóneo. Es una lástima. Cuando fui a Londres vi que la BBC da la carrera en directo en una franja importante con entrevistas previas y posteriores. En Inglaterra también manda el fútbol, pero hay sitio para todo. Aquí habiendo un montón de canales, Teledeporte,… es una lástima, pero nosotros no podemos luchar contra eso.

Gómez Noya, con Miguel Cardenal, presidente del CSD (centro) y con José Hidalgo, presidente de la FETRI.

P: ¿Cómo me explicaría los problemas que tienen con la Federación Española de Triatlón?

R: Ahora mismo hay una situación difícil porque la economía está como está. Hay varias luchas como la de lucir nuestros sponsors como atletas o para poder pagar nuestros viajes. Yo me pago todos mis viajes, también los de mi entrenador y el equipo técnico que quiera llevar, salvo en la Gran Final y en la prueba Madrid, que ha desaparecido. Es un poco triste, me gustaría tener algo más de apoyo, pero no voy a renunciar a llevar mis sponsor en el mono. Son los que me dan de comer al fin y al cabo. Si la situación es esa, seguiré costeándome mis viajes.

P: ¿Qué opina de las protestas como el día en que los triatletas se dirigieron al presidente con los términos ‘¡Hidalgo dimisión!’?

R: Hay que hacerse oír y si no podemos hacerlo de otra forma, yo lo entiendo. Está el caso de BeDream, que hizo un circuito que parecía muy bueno y muy bonito y de repente, empezó a no pagar a los triatletas. A mi novia le deben más de 6.000 euros en premios. Es normal que la gente proteste porque las cosas no van bien así.

P: Y este año no habrá parada de las Series Mundiales en Madrid…

R: Es una lástima. Aunque no es el circuito que más me gusta, siempre es una motivación. Creo que es bueno para un país que los atletas corran delante de su público. Además, era una carrera de ‘lanzamiento’ para muchos jóvenes, porque España disponía de más plazas. Ojalá que algún año vuelva, ya sea en Madrid o en otro sitio de España.

P: Para terminar, una curiosidad. ¿Cómo compagina la vida personal con la profesional?

R: Mi novia es triatleta, entonces entiende el ritmo de vida que llevo, parecido al mío. Coincidimos en muchas competiciones y así es más fácil. Me paso más de medio año fuera de casa y cuesta tener una relación normal de pareja, aunque si te organizas hay tiempo para todo.

Fotos | Álvaro Alonso.