El WGC-Accenture Match Play Championship es un torneo especial, en el que poco importa tener mejor ranking que tu rival. Ayer advertíamos que solo quedaban dos jugadores del top ten mundial entre los 16 mejores, y tras la ronda de octavos de final, ya no queda ninguno. Hoy ha sido el turno para el campeón defensor y número 10 del mundo Matt Kuchar, y para Sergio García, octavo en el ranking. Ahora los máximos favoritos al triunfo son Jason Day (11), Jordan Spieth (13) y Graeme McDowell (17).

McDowell, protagonista del día

El protagonista de la jornada ha sido, sin duda, el norirlandés Graeme McDoewell. Por tercer día consecutivo, McDowell remontó un partido prácticamente imposible. El miércoles, el norirlandés salía al tee del 16 tres abajo con tres hoyos por jugar y acabó venciendo a Gary Woodland en el 19 tras ganar cuatro hoyos de forma consecutiva. Ayer, Matsuyama tenía una ventaja de dos hoyos a falta de cuatro por jugar y McDowell le dio la vuelta ganándole tres de los últimos cuatro. En la ronda de octavos de final, el norirlandés tenía a un rival de mucha más entidad: el estadounidense Hunter Mahan (campeón del torneo en 2012 y finalista en 2013).

McDowell estaba contra las cuerdas por tercer día consecutivo

Pese a que su contrincante llevó la iniciativa durante buena parte del partido, McDowell conseguía igualar la contienda en el 14. Sin embargo, Mahan tomaría de nuevo una ventaja de dos hoyos tras ganar consecutivamente 15 y 16. El norirlandés volvía a estar contra las cuerdas por tercer día seguido: dos abajo con dos por jugar. Por su gesto en el 16 tras fallar un putt corto para empatar el hoyo, parecía que ni él mismo creía en otra remontada. Pero el norirlandés nuca se rinde. Tras visitar el bunker de dos en el 17, embocaba su putt de par de algo más de tres metros, mientras que su oponente, en una situación parecida, aunque con un putt un poco más corto, fallaba el suyo. Aún quedaba esperanza. En el 18 McDowell pegó un soberbio segundo tiro dejándose una opción de birdie de unos dos metros, que a la postre covertiría para alargar el partido.

Tras un primer hoyo extra con las fuerza igualadas, el norirlandés volvía a estar más fuera que dentro en el 20. Mahan había dejado hecho su par y McDowell estaba obligado a embocar un putt de unos siete metros para seguir con vida. Y como sino fuera con él la cosa, lo metió por todo el centro. En el agujero 21, llegaría la primera oportunidad del norirlandés para cerrar el partido. Y con una le bastó: birdie para consumar su tercera remontada imposible. La actuación de McDowell durante estos tres días deja un dato escalofriante: en ninguno de los tres partidos ha sido capaz de ir por delante en el marcador hasta el último hoyo. Lo importante no es como se empieza, sino como se acaba. Y sino que se lo digan a Sergio García, pues Rickie Fowler le ha ganado del mismo modo.

Gran arranque de Sergio García

Si en los dos partidos precedentes Sergio se vio dos abajo a las primeras de cambio, hoy era él quien tomaba esa ventaja nada más empezar: birdie en el 1 y en el 2. Pese al bogey del 3, el castellonense recuperó rápidamente la ventaja de dos hoyos con un bogey de su rival en el 5. En el hoyo 6 se produjo la imagen de la jornada. El español mandó su bola al rough de la derecha del green, muy cerca de un nido de avispas. Sergio requirió la asistencia del árbitro para dropar sin penalidad, pero su primer dropaje no alejó la bola lo suficiente de las avispas, por lo que solicitó un segundo dropaje, lo que supuso una demora importante de tiempo. Al final, el de Borriol acabó salvando el par en un hoyo en el que Fowler tenía clara ventaja, pues su bola estaba a menos de dos metros para birdie. Sin embargo falló y la cosa se quedó ahí hasta que se alcanzó el green del siguiente hoyo.

En un gran gesto, Sergio concedió un putt a Fowler

En el hoyo 7, Sergio llevaba la delantera, ya que el estadounidense tenía un putt para salvar el par de unos siete metros, mientras que él tenía uno de apenas dos metros. Para sorpresa de todos, el español le concedió el putt a su rival. Sergio se sentía mal porque consideraba que la demora de tiempo en el hoyo anterior había podido descentrar a su rival hasta el punto tal de hacerle fallar un putt sencillo, y decidió tener un gesto muy deportivo con Fowler.

Tras este pequeño incidente, el de Borriol alcanzaría su máxima renta del día, tres arriba, después de firmar un buen birdie en el 8. Pero esta distancia se vio rápidamente reducida a un solo hoyo tras dos birdies consecutivos de Fowler en el 9 y en el 10. Y pudo ser peor, porque el estadounidense también consiguió el birdie en el 11, aunque Sergio respondió con el mismo resultado. Tras un hoyo intrascendente, se llegó al par 5 del 13, donde Fowler tuvo una inmejorable oportunidad para dejar el partido en tablas. Sin embargo, falló su putt de algo más de un metro para birdie y Sergio se mantuvo uno arriba.

Los hoyos 14 y 15, decisivos

Luego vinieron los hoyos claves del día: 14 y 15. Sergio tuvo dos putts de menos de dos metros para ampliar su ventaja y casi sentenciar el partido. Ninguno de los dos entró y el castellonense afrontaba los tres últimos hoyos con una ventaja mínima. Y lo que es peor, con la sensación de haber perdonado a su rival.Tras un gran golpe en el 16, Fowler embocaba un putt de birdie de algo más de cuatro metros para empatar el partido por vez primera. La iniciativa era ahora del estadounidense, que venía de menos a más, y tras verse casi fuera no tenía nada que perder.

En el 17, Fowler tuvo otra buena oportunidad de birdie que no entró por bien poco. Sergio respondió con oreo buen tiro, pero su putt tampoco entró. Y con igualdad en el marcador se llegaba al 18. El drive de Fowler encontró el centro de la calle y fue muy largo, dejándose un segundo tiro de apenas 80 metros. El castellonense no encontró la calle, pero se las ingenió para dejarse una opción de birdie de algo más de cinco metros. Pero Fowler estaba enchufado y dejó su bola a apenas un metro del hoyo, asegurándose el birdie. Sergio tenía que convertir el suyo si quería alargar el partido,  pero no tenía el día con el putter y acabó cediendo.

La clave de la derrota estuvo en el putt: el de Borriol no metió ninguno de más de metro y medio, e incluso falló dos desde esa distancia en los agujeros 14 y 15. Demasiado lastre ante un rival enchufado. Pese a todo, la actuación de Sergio en este torneo solo se puede calificar como notable. El español ha jugado tres vueltas bajo par y solo ha cedido ante un rival que ha jugado mejor que él. Además, su actitud ha sido inmejorable, por lo que cabe esperar un año lleno de éxitos.