Todos se conocen, todos, aunque no se hayan dirigido más que la mirada mientras se cruzaban en algún parque o carretera de la ciudad, corriendo, siempre corriendo, un pie detrás de otro, nada hay más primitivo, no hay nada más actual. Se miran con esa complicidad, con esa admiración mutua sabiendo que forman parte de algo tan embriagador y adictivo que solo los que tienen la suerte de haberlo sufrido y disfrutado pueden saberlo.

El running es el deporte más vadeable que existe, da exactamente igual tu condición física para empezar a quemar asfalto, delgado o atlético, con una camiseta térmica de última generación o con esa que tenías en el fondo del armario con más polillas que años, da igual que tengas tableta de chocolate o que el chocolate haya hecho mella en tu prominente barriga, es indiferente, la carretera es plural y trata igual al que pasa por encima de ella como si no existiera el mañana, como al que su mayor reto es llegar a la esquina de su barrio sin haber sacado el bofe antes.

No hay más rivales que tú 'yo' de ayer y eso, no nos engañemos, lo hace todo mucho más divertido.

Hasta 3.000 carreras populares se contaron en España el año pasado

Lo que para nuestro abuelos simplemente es "correr", ahora se llama "running" y es un boom sin precedentes, extraordinario a lo largo y ancho del orbe pero de una manera muy especial en España. Los números asustan, en 2.013 se contó hasta 3.000 carreras populares (sin contar otras disciplinas como el duatlón o triatlón) un 50% más que las que había en 2.008. Según una encuentra ofrecida por Runners la cifra de corredores que hay en España sobrepasa ya los dos millones y medio, un ejemplo claro es el de la San Silvestre Vallecana, en el año 1.999 hubo un total de 6.500 participantes, en el 2.007 25.000, el año pasado 40.000, esto es imparable.

Igual que de imparable es la compra de zapatillas especializadas, si en el año 2008 se vendieron 1.180.358 pares en año 2013 se alcanzaron los 2.274.074. Todo este baile de cifras se traducen en un gran negocio para las multinacionales que han sabido explotar como nadie a la gallina de los huevos de oro, según la consultora NPD Group se estima que la industria genera más de 300 millones de euros al año solo en nuestro país, casi nada.

Pero, ¿cuál es el motivo de toda esta locura generalizada por una práctica que nació a la vez que la del ser humano?. Bueno, en realidad hay muchas y muy variadas, una parte lo hacen por amor al deporte, por salir a la calle y liberar endorfinas, huyendo tan rápido como puedan del sedentarismo, otros lo hacen por ponerse en forma ante el consejo desesperado de su médico de cabecera, los más osados por cumplir una promesa o un reto, pero la gran mayoría se inician en esta especialidad por lo fácil y económica que resulta.

Lo económico de este deporte lo hace aún más atractivo para todos sus practicantes

No es para nada casualidad que el mayor repunte de este boom se haya dado cuando España sufre una crisis galopante y haya más de 6 millones de personas en sus casas sin trabajo, el running es un deporte que pudiendo ser tan caro como el que más es increíblemente barato para cualquier neófito, la compra de unas buenas zapatillas será su único gasto imprescindible y siempre será más barato que la mensualidad de un gimnasio o en una escuela de tenis.

Mientras que esto sucede, los programas dedicados al atletismo siguen siendo escasos y su audiencia aún siendo fiel siempre es baja, las estrellas del tartán en España siguen siendo anónimas a los ojos de la sociedad y muchos de ellos tienen que trabajar en otra cosa para poder vivir de una manera digna. Paralelamente las marcas medias de una maratón o carreras de larga distancia siguen subiendo y subiendo. Todo esto no hace más que constatar el triunfo maravilloso pero también cruel del atletismo popular ante el profesional o especializado.

En definitiva, la pregunta no es porque corren, la pregunta es: ¿y por qué no?