Mientras todos los jugadores caían en las innumerables trampas del recorrido de Pinehurst, Martin Kaymer parecía jugar a otra cosa y en un campo totalmente distinto. El resultado que habían conseguido en el turno de mañana Kevin Na y Graeme McDowell (-2) se iba consolidando en el liderato a medida que avanzaba el día, y todo hacía preveer que nadie sería capaz de mejorarlo. Y así fue hasta que emergió la figura de Kaymer, quien con un parcial de -3 en sus últimos seis hoyos terminó con una estratosférica vuelta de 65 golpes (-5), el resultado más bajo que se haya dado jamás en un US Open disputado en este campo.

Kaymer rozó la perfección: solo falló una de las catorce calles, cogió once greenes (tarea nada fácil en este campo) y solo necesitó 25 putts. También fue el único jugador, junto con McDowell, que solo tropezó una vez: ambos terminaron su vuelta con un solo bogey en su tarjeta. Todo esto le sirvió al alemán para obtener una cómoda renta de tres golpes sobre sus máximos perseguidores, un grupo formado por Kevin Na, Graeme McDowell, Brendon de Jonge y Fran Quinn (-2). Además de estos cinco golfistas, otros diez consiguieron ganarle al difícil recorrido de Pinehurst. Entre ellos, algunos nombres importantes como Henrik Stenson, Matt Kuchar, Dustin Johnson, Keegan Bradley o Francesco Molinari (-1).

Los cuatro españoles, por encima del par

No fue una jornada fácil para los españoles. El mejor fue el debutante Pablo Larrazábal, quien con una vuelta de 71 golpes (+1) finalizó en el puesto 36, muy cerca de las posiciones de privilegio. El catalán llegó a ir bajo par con la vuelta bien avanzada, pero terminó con dos bogeys en sus cuatro últimos hoyos. El siguiente en la clasificación es Miguel Ángel Jiménez, quien tras firmar una tarjeta de 72 impactos (+2) ocupa el puesto 50. El malagueño empezó con dos bogeys muy tempraneros, pero supo reponerse para situarse no muy lejos de las primeras plazas.

Sergio García salvó una jornada difícil con una tarjeta de 73 golpes (+3), un resultado nada malo a tenor de sus números. El castellonense no estuvo nada fino con los hierros y solo fue capaz de alcanzar ocho de los dieciocho greenes. Con todo ello, Sergio se enmendó a su juego corto alrededor de green y, sobre todo a su putter, para solventar los innumerables problemas que tuvo. Tocó aguantar y sufrir mucho, hasta el punto tal de que el único birdie del día llegó embocando directamente desde un bunker. El peor parado de todos fue Gonzalo Fernández-Castaño, quien completó los primeros 18 hoyos del toreo con 76 impactos (+6). El madrileño tendrá que remar mucho en la segunda jornada para tratar de lograr pasar el corte.