Como era de prever jugando en Escocia, el viento fue claro protagonista en el arranque de la 40ª edición de la Ryder Cup. En los fourballs, Paul McGinley apostó por colocar en primer y último lugar a sus mejores jugadores: Justin Rose y Henrik Stenson salieron en el primer partido y Rory McIlroy y Sergio García lo hicieron en el último. Entre medias, dos experimentos: Martin Kaymer y Thomas Björn, e Ian Poulter (héroe de Medinah) junto con el debutante Stephen Gallacher. Tom Watson hizo algo parecido y también puso a cuatro de sus hombres más fuertes en el primer y cuarto partidos: Bubba Watson y Webb Simpson para empezar, y Phil Mickelson y Keegan Bradley para finalizar. El segundo partido lo disputaron Rickie Fowler y Jimmy Walker, mientras que la elección para el tercero fue la de los novatos Jordan Spieth y Patrick Reed.

El día empezó con dominio europeo, pues los chicos de McGinley se adelantaron en los primeros hoyos en tres de los cuatro partidos (a excepción del de Poulter y Gallacher). De todos modos, llegados al ecuador de la jornada, solo el primer duelo (el de Rose y Stenson) parecía claramente decantado hacia los continentales. Del mismo modo, los estadounidenses Spieth y Reed tenían claramente dominado el tercer partido. Ambos duelos acabarían en el mismo hoyo, el 14, y con el mismo resultado, 5&4. Por tanto, los dos primeros puntos de la presente edición de la Ryder se fueron cada uno para un bando.

La clave del turno matutino estaba en los otros dos duelos. Y uno de ellos parecía estar bien encarrilado para los europeos, ya que Björn y Kaymer siempre fueron por delante. Sin embargo, Fowler y Walker no dejaron de luchar en ningún momento. Llegaron a ir dos abajo a falta de tres hoyos, pero se las ingeniaron para llegar con vida al 18, y finalmente fueron capaces de rescatar un valioso medio punto.

Los americanos se adelantaron en los fourballs

El otro partido tuvo más alternancias, aunque lo cierto es que tampoco se vio el espectáculo esperado. No hay que olvidar que este partido lo componían los números 1 y 3 del mundo (McIlroy y Sergio) y dos jugadores ganadores de majors (Mickelson y Bradley). Al menos, emoción no le faltó al enfrentamiento. Los estadounidenses llegaron a ir dos arriba en el 10, pero los europeos le dieron la vuelta al marcador para colocarse uno arriba en el 15. Al final, se llegó al 18 con empate, y un birdie de Mickelson sirvió para que los pupilos de Tom Watson sumaran un nuevo punto y terminaran los fourballs con una ventaja de un punto (2 ½ a 1 ½).

Para los foursomes de la tarde, McGinley volvió a apostar por sus dos parejas a priori más fuertes, pero cambió a los cuatro integrantes de los otros dos partidos, dando entrada a Graeme McDowell y Victor Dubuisson por un lado, y a Lee Westwood y Jamie Donaldson por otro. Tom Watson también mantuvo a sus pesos pesados, y del mismo modo, dio entrada a los cuatro golfistas que no habían participado por la mañana: Jim Furyk y Matt Kuchar, y Hunter Mahan y Zach Johnson. Por tanto, los 24 jugadores que viajaron en Gleneagles participaron en la primera jornada, algo poco habitual.

Europa tuvo dos partidos controlados: el de McDowell y Dubuisson contra Mickeslon y Bradley, y el de Rose y Stenson contra Mahan y Johnson. De todos modos, ambos tuvieron que llegar a los últimos hoyos. Pero la ventaja adquirida por los continentales en el inicio fue determinante para conseguir dos puntos más para su casillero. Donaldson y Westwood empezaron perdiendo su duelo ante Furyk y Kuchar, pero se adelantaron en el hoyo 7 y ya no volverían a perder esa ventaja. Sin embargo, el partido se tuvo que resolver en el 18. El tercer punto de la tarde también caía del lado europeo.

Una jornada de tarde redonda para Europa

Todo iba viento en popa y el partido que todavía estaba en juego era el de los números 1 y 3 del mundo, a priori, la mejor pareja del torneo. Sin embargo, Sergio y Rory seguían sin mostrar su mejor versión y estaban muy fallones desde el tee, dejándose demasiado a menudo golpes muy difíciles desde el rough. Pese a ello, los europeos se adelantaron por la mínima a lo largo de los primeros nueve hoyos, aunque se llegó al ecuador del recorrido con el marcador de empate. Tras unos hoyos de igualdad, los americanos llegaron a dejar contra las cuerdas a los continentales, pues se situaron dos arriba con dos hoyos por jugar.

Pero justo cuando Europa más lo necesitaba, McIlroy destapó el tarro de las esencias y demostró por qué es el mejor jugador del momento. El norirlandés embocó un larguísimo putt de birdie en el 17 para alargar el partido hasta el 18. Y allí fue Sergio quien aportó su granito de arena. Con una espectacular madera 3, el castellonense dejó la bola en green de dos, permitiéndole a Rory tener opción de eagle. El norirlandés no la transformó, pero no hizo falta, pues los estadounidenses no lograron hacer el birdie. Europa consiguió un medio punto que les supo a gloria y que cerró la primera jornada con un marcador global de 5 a 3 para los continentales.