Esta vez no hubo machada. Europa cumplió con los pronósticos e hizo valer la importante ventaja adquirida a lo largo de las dos primeras jornadas para conquistar su tercera Ryder Cup consecutiva, y la sexta en las últimas siete ediciones. Los estadounidenses salieron al campo de Gleneagles con la intención de pelear hasta el final, pero lo cierto es que nunca tuvieron opciones reales de darle la vuelta a la situación. Al final, el resultado dejó bien a las claras la superioridad de los europeos: 16,5 a 11,5. Y además, confirma la supremacía de los continentales desde que la competición la disputan EEUU y Europa (1979): 12 títulos por 7 de los americanos.

Las cosas no empezaron nada mal para los pupilos de Tom Watson. Los estadounidenses dominaban con cierta autoridad cuatro de los primeros cinco partidos del día cuando estos se acercaban al ecuador del recorrido. Solo Rory McIlroy parecía tener asegurado el punto para los europeos en su duelo con Rickie Fowler. En cambio, Jordan Spieth, Hunter Mahan y Phil Mickelson dominaban cómodamente sus partidos ante Graeme Mcdowell, Justin Rose y Stephen Gallacher. El partido restante, el que enfrentaba a Patrick Reed y Henrik Stenson, estaba más igualado, pero era el americano el que solía llevar la iniciativa. Los primeros puntos del día podían resultar claves para empezar a creer que la hazaña era posible, y los americanos así lo hicieron notar.

Sin embargo, a medida que avanzaba la jornada, los partidos que más controlados tenía EEUU empezaron a cambiar de signo. Spieth, que llegó a ponerse tres arriba tras cinco hoyos, vio como McDowell ya mandaba por uno en el 13. Y algo parecido les sucedió a Mahan y Mickelson. El primero pasó de estar cuatro arriba en el 7 a ver como Rose ponía las tablas en el 11. Y Mickelson desperdiciaba una ventaja de dos hoyos en el 9 para terminar el 11 empatado con Gallacher. Los tres partidos que los americanos tenían más a su favor se habían torcido. Mientras, McIlroy tenía prácticamente asegurado el primer punto del día para Europa, y Stenson y Reed seguían muy igualados.

McIlroy consiguió el primer punto de la jornada

El número 1 del mundo acabó imponiéndose por 5&4 a Fowler y sumó el primer punto del día para los continentales. Y otro norirlandés, McDowell, logró el segundo al vencer a Spieth por 2&1, consumando así una gran remontada. Llegados a este punto, el marcador ya reflejaba un 12 a 6 casi definitivo, que dejaba el triunfo de Europa a solo dos puntos. El debutante Reed fue el encargado de cortar la sangría, y sumó el primer punto de la jornada para los estadounidenses tras ganar a Stenson uno arriba.

El número 1 del mundo acabó imponiéndose por 5&4 a Fowler y sumó el primer punto del día para los continentales 

El siguiente duelo en terminar fue el que salió en el sexto turno, ya que Martin Kaymer solo requirió de 16 hoyos para imponerse a Bubba Watson. Inmediatamente después, Mickelson sumó otro punto en el casillero de EEUU al vencer a Gallacher a falta de un hoyo. Y Kuchar hizo lo propio con Björn, al ganar cómodamente por 4&3. Poco después, Rose rescató un gran empate en su duelo con Mahan tras salir al 18 uno abajo. Las cosas se ponían 13,5 a 9,5 para los continentales, lo que dejaba a Europa a solo medio punto de retener la Ryder. 

Donaldson fue el encargado de rematar la faena

Y justo el partido que estaba más adelantado en ese momento era el de Sergio García. El español podía ser el jugador que consiguiera el punto definitivo para Europa, pero el destino quiso que lo hiciera uno de los debutantes. Finalmente, el honor se lo llevó el galés Jamie Donaldson, al imponerse a Keegan Bradley por 4&3. Una recompensa más que merecida por la gran actuación del novato en la Ryder, ya que sumó tres de cuatro puntos posibles. Sergio también acabó sumándose a la fiesta y venció a Furyk uno arriba tras darle la vuelta al partido con un espectacular eagle en el 16.

Sergio García se sumó a la fiesta al vencer a Furyk uno arriba tras darle la vuelta al partido con un grandioso eagle en el 16

Lo que venía detrás poco importaba ya. Jimmy Walker maquillaría un poco el resultado con su triunfo ante Lee Westwood, mientras que los otros dos partidos, Poulter contra Simpson, y Dubuisson frente a Johnson, acabarían en tablas. Eso sí, ambos tuvieron su trascendencia para la estadística de los jugadores del bando europeo: Poulter sigue sin perder en los individuales de la Ryder y Dubuisson terminó la presente edición invicto.

Al final, justa victoria para Europa por 16, 5 a 11,5; cimentada, sobre todo, en las dos jornadas de foursomes. EEUU tendrá que esperar al menos hasta la Ryder de 2018 que se disputará en Francia para volver a vencer en territorio enemigo (no lo consigue desde 1993). Pero antes tratarán de evitar que Europa enlace cuatro copas seguidas en la edición de 2016 que tendrá lugar en Minnesota.