La última jornada del The Players Championship arrancó con hasta 25 jugadores a tan solo cuatro golpes de distancia. La incertidumbre y la emoción parecían estar aseguradas. Y lo cierto es que la realidad acabó superando las expectativas. Después de un tímido arranque generalizado, lo mejor se reservó para los tres últimos hoyos, los más carismáticos del TPC Sawgrass. Pero 72 hoyos no fueron suficientes para determinar el vencedor, de modo que se tuvo que recurrir a un apasionante playoff que coronó a Rickie Fowler como ganador.

Chris Kirk y Kevin Kisner eran los sorprendentes integrantes del partido estelar. El primero ya sabía lo que era ganar en el PGA Tour, mientras que su compañero contaba con un segundo puesto como mejor resultado en el circuito americano. Esta vez estaban al frente del considerado como quinto grande, el The Players, y la presión pronto se hizo notar. En el primer tercio del recorrido ambos habían firmado ya dos bogeys, aunque Kisner, al menos, los compensó con otros dos bogeys. El liderato se había esfumado y todavía quedaba lo peor, la parte, a priori, más complicada del campo.

Echando un vistazo a esos 25 jugadores que partían con alguna opción de luchar por la victoria, tres nombres sobresalían por encima del resto: Rory McIlroy, Rickie Fowler y Sergio García. El número 1 del mundo, a cuatro golpes del liderato, partía desde una posición más lejana y todos esperaban un ataque feroz por su parte. Nada más lejos de la realidad: al par del campo tras nueve hoyos. Definitivamente no fue su torneo. El segundo en discordia, Rickie Fowler, tampoco tuvo el inicio soñado y cerró la primera mitad del recorrido con el mismo registro que McIlroy.

Quien sí cumplió con los pronósticos fue Sergio García. Y eso que se le aparecieron muy pronto los fantasmas: bogey en el 1 tras fallar claramente por la izquierda el golpe de salida. Sin embargo, el español se repuso rápidamente del traspié con un buen birdie en el 2 embocando un putt de algo menos de dos metros. Este fue un momento importante que impulsó su vuelta, pues a lo largo de las tres primeras jornadas había fallado infinidad de putts de distancia similar. Y las buenas vibraciones se confirmaron con tres birdies consecutivos entre los hoyos 4 y 6: dos tras sendos segundos golpazos a green y el tercero embocando un sensacional putt desde más de ocho metros. Sergio se seguía mostrando infalible de tee a green y, además, había recuperado sensaciones con el putter. Con solo un tercio de vuelta disputado ya era líder con dos golpes de ventaja.

Pasaban los hoyos y nadie inquietaba al español, quien seguía jugando de libro y fabricándose opciones de birdie una tras otra. De hecho, Sergio perdonó la vida a sus rivales tras dos sacadas de bunker algo imprecisas en los pares 5 de los hoyos 9 y 11 que le imposibilitaron materializar el birdie. Esta circunstancia la aprovecharon algunos para reducir distancias y situarse a un solo impacto del castellonense, quien, sin embargo, respondió con un soberbio golpe en el 13. Ahora bien, el putt de birdie de algo de menos de tres metros no quiso entrar, siendo este uno de los pocos que erró en toda la vuelta. Nada grave, todo seguía igual. Pero, en el hoyo 14, llegó su peor golpe de la jornada. Sergio mandó su golpe de salida al rough de la derecha, desde donde tuvo que arreglárselas para terminar con bogey, perdiendo, consecuentemente, el liderato en solitario.

Fowler puso el torneo patas arriba

Justo entonces irrumpió la figura de un Rickie Fowler que había estado sesteando durante la primera vuelta del recorrido de Florida. El estadounidense terminó con un espectacular parcial de -5 en los últimos cuatro hoyos del TPC Sawgrass -lo que supone un nuevo récord del campo- tras firmar tres birdies y un eagle. Fowler había dado un vuelco espectacular al torneo y se situaba momentáneamente líder en Casa Club con -12 y dos golpes de ventaja.

Mientras tanto, por detrás, Sergio García vio como su cómoda renta quedaba en nada, de modo que tuvo que pasar al ataque. Y lo cierto es que estuvo a punto de rehacerse rápidamente del bogey del 14 con un birdie en el 15, pero nuevamente erró el putt. Ya solo quedaban tres hoyos por delante y el español necesitaba al menos dos birdies para forzar el desempate. El primero lo logró de forma cómoda en el par 5 del 16 tras una gran salida y un buen segundo golpe. Todavía faltaba otro más, y 17 y 18 parecían los hoyos menos propicios para conseguirlo. La salida en el hoyo 17 no hacía presagiar nada bueno. Pero el castellonense sacó toda su magia para embocar un impresionante putt de birdie desde más de 13 metros para alcanzar a Fowler en el liderato con -12. Lección de garra y coraje. Y todavía quedaba el 18 para tratar de buscar el -13. Sergio se las arregló para dejarse una oportunidad, pero esta vez su putt de birdie de más de seis metros no entró.

El desempate estaba servido si nadie lo remediaba por detrás. Y a punto estuvo de irse al garete. Kevin Kisner también hizo birdie en el 16 y el 17, de modo que alcanzó el -12 antes de llegar al último hoyo, uno de los más difíciles del campo. Pese a su inexperiencia, no le tembló el pulso, y tras una magnífica salida dejó su segundo golpe a unos escasos tres metros de bandera. El torneo estaba en sus manos. Sin embargo, inexplicablemente, la bola no quiso entrar y hubo que recurrir a un playoff de tres hoyos entre Fowler, Sergio y Kisner. Quien consiguiera el mejor resultado sumando los golpes en los hoyos 16, 17 y 18 se llevaría el gato al agua.

El playoff dictaría sentencia

El desempate empezó en el 16, y los tres golfistas jugaron un hoyo calcado. Primer golpe en el rough de la derecha, segundo tiro de aproximación a calle y tercero de algo más de 80 metros a green. Fowler fue quien gozó de la oportunidad más clara de birdie de los tres, pero ninguno la consiguió materializar, de modo que la acción se trasladaba al 17 con las fuerzas empatadas. En el hoyo isla, los jugadores calcaron prácticamente el tiro que habían dado unos minutos antes. Sergio se volvió a dejar un putt de más de diez metros, mientras que los estadounidenses patearían para birdie desde menos de tres metros. El castellonense no pudo repetir la hazaña y se tuvo que conformar con el par, mientras que sus oponentes no perdonaron y salieron con el birdie. En el 18 únicamente Sergio alcanzó el green de dos, de modo que sí conseguía el birdie empataría nuevamente con Fowler y Kisner, que hicieron el par. El español tiró un buen putt desde unos cuatro metros, pero su bola esquivó el hoyo, de modo que Sergio quedó apeado de la lucha.

Fowler y Kisner continuaron la batalla en el par 3 del 17 para determinar al vencedor. Kisner jugó primero y su bola quedó a cinco metros del hoyo, pero Fowler, sin inmutarse, pegó su tercer tirazo del día en la isla, dejándose el birdie prácticamente hecho. Kisner falló su putt y Fowler rubricó su triunfo con un golf de muchos quilates. Esta es la segunda victoria del golfista estadounidense en el PGA Tour, y como la primera -el Wells Fargo Championship de 2012-, llegó tras un playoff. Este triunfo tendrá una dedicatoria especial, pues llega justo una semana después de conocerse que es uno de los jugadores más sobrevalorados del circuito según sus propios compañeros. A ver que dicen ahora.