1976. El mundo del deporte fija sus miradas en Montreal, ciudad que organiza por primera vez unos Juegos Olímpicos. Tras los atentados producidos cuatro años ante en Munich, el planeta confiaba que la normalidad y, sobre todo, el espectáculo volvieran a ser la nota predominante de esta fiesta del deporte por excelencia. Sin embargo, los primeros días en Canadá estuvieron marcados de nuevo por temas políticos, esta vez de diferente índole. Una buena parte de estados africanos boicotearon estos Juegos Olímpicos y renunciaron a participar por discrepancias con el Comité Olímpico Internacional. El motivo de esta actitud fue la petición expresa de estos países africanos de excluir a Nueva Zelanda de las Olimpiadas tras haber jugado al rugby ante Sudáfrica, país excluido del COI por su política racista del apartheid.

Foto: ameriquefrancaise.org

El comité no cedió a las presiones y mantuvo a la delegación oceánica, por lo que 28 estados africanos rechazaron en julio de 1976 la invitación para participar en los Juegos Olímpicos de Montreal. El país americano de Guyana también apoyó esta decisión en solidaridad, mientras que Zaire alegó razones económicas para no acudir a la cita olímpica, si bien su opinión era también contraria a la del COI. Los países africanos que renunciaron fueron: Argelia, Alto Volta (actual Burkina Faso), Camerún, Chad, Congo, Egipto, Etiopía, Gabón, Gambia, Irak, Kenia, Lesotho, Libia, Madagascar, Malawi, Malí, Marruecos, Níger, Nigeria, República Centroafricana, Swazilandia, Sudán, Tanzania, Togo, Túnez, Uganda y Zambia.

Pero las cuestiones políticas no terminaron ahí. La República Popular de China y la República de China también se negaron a participar en esta cita olímpica disputada en territorio norteamericano. La primera volvió a ausentarse porque el COI reconoció a ambas partes, mientras que la República de China se negó a participar porque el Gobierno de Canadá, que reconocía a la República Popular y mantenía relaciones con Taiwán, no quería que la isla participara como "República de China".

En el aspecto estrictamente deportivo, la Unión Soviética dominó el medallero tras lograr un total de 125 preseas, 49 de ellas de oro. El segundo país en la clasificación fue Alemania Oriental, mientras que en tercera posición finalizó Estados Unidos. El combinado europeo logró 90 medallas (40 de oro), mientras que los norteamericanos lograron 34 medallas de oro y un total de 94.

La delegación española estuvo compuesta por 114 deportistas que participaron en un total de 13 deportes, siendo el abanderado el boxeador Enrique Rodríguez Cal. España se marchó de Montreal con dos medallas en su casillero, ambas de plata y logradas en disciplinas que se desarrollan sobre el agua. La primera de estas preseas la consiguieron José María Esteban Celorrio, José Ramón López Díaz, Herminio Menéndez Rodríguez y Luis Gregorio Ramos Misioné en piragüismo, concretamente en la modalidad de K4 – 1.000 metros. El segundo metal lo consiguieron Antonio Gorostegui Ceballos y Pedro Lluís Millet Soler en vela, más concretamente en la clase 470. La delegación española también consiguió un total de siete diplomas olímpicos.

Pero estos Juegos Olímpicos estuvieron marcados por tres deportes y una indiscutible protagonista. En Montreal 1976, las competiciones de baloncesto, remo y balonmano en categoría femenina fueron incluidos por primera vez. Pero sin lugar a dudas, el momento deportivo de estas Olimpiadas lo protagonizó una niña rumana de 14 años llamada Nadia Comaneci. Esta gimnasta fue la primera en recibir una puntuación perfecta de 10 en barras asimétricas, causando una verdadera sensación en el mundo del deporte. Pero sus registros no quedaron ahí, y la rumana logró un total de siete puntuaciones perfectas a lo largo de su participación en estos Juegos Olímpicos celebrados en Canadá.

Unas Olimpiadas que tuvo un gran enfrentamiento entre las tres potencias mundiales en ese momento y, sobre todo, que volvió a estar protagonizada por temas políticos que empañaron la fiesta del deporte por excelencia.