Tras la derrota del primer día ante Holanda y el triunfo de Inglaterra por goleada ante el rival de este domingo por 10-1 hacía que, a la espera del choque ante la anfitriona, el poder vencer y con una gran renta de goles, se hiciera fundamental. Lo primero de todo era obtener la victoria y este objetivo comenzó a cimentarse pronto. Así, al poco de iniciarse el partido, Xavi Lleonart abría el marcador con un disparo cruzado (1-0, min. 2). Con la tranquilidad de la ventaja en el electrónico, los Red Sticks continuaron trabajando en la búsqueda de un segundo que diera tranquilidad. Rusia se cerraba bien atrás lo que bloqueaba nuestro juego en estático. Las oportunidades no llegaron hasta que en los últimos segundos del cuarto llegaba el primer penalti córner a favor. Pau Quemada, con su infalible arrastre, acertaba con la portería rival (2-0, min. 15).

La llegada del segundo cuarto trajo a una España con más mordiente. La presión era más fuerte y más arriba. Los robos en la medular se hacían constantes y generaban contras con mucho peligro. El perfume de gol sobre el terreno de juego se extendía cada más, y así se confirmó poco después. Un nuevo penalti córner a favor lo convertía de nuevo Pau Quemada (3-0, min. 20). Sacaría de centro Rusia, que sin llegar a dar dos pases seguidos, perdía la pelota en favor de una España, que de la mano de Álex Casasayas anotaba el cuarto (4-0, min. 20). En un visto y no visto habían llegado dos nuevos goles. Rusia cambiaba al portero para intentar encontrar algo diferente. El partido se enfriaría unos minutos, pero solo fue una pequeña toma de aire para un equipo que tenía hambre. Así Pau volvió a sacar el tarro de las esencias desde el penalti córner para que cayera el quinto (5-0, min. 29). Casi como un calco del principio de este periodo, en la siguiente jugada era otra vez Álex Casasayas, tras una buena combinación con Miki Delás, quien perforaba la portería rival (6-0, min. 30). Con este resultado se cerrarían los dos cuartos iniciales.

La reanudación cambió, en cierto modo, el escenario. Un equipo ruso herido en su orgullo salía a presionar la creación de juego a España. A los Red Sticks les costó adaptarse a la nueva situación, pero poco a poco fueron ganando metros, generando algunas contras por parte de nuestros jugadores que volvieron a meter el miedo a Rusia.  Sin embargo, las ocasiones claras no llegaron hasta el último minuto en forma de penalti córner. Allí, otro clínico lanzamiento de Pau Quemada se convertía en un nuevo gol (7-0, min. 45), con el que concluía el tercer acto.

Quedaban quince minutos y el segundo objetivo marcado se encontraba cada vez más cerca. Pero Rusia no quería hacer más grande la sangría y salió a por goles. Así llegó el primer penalti córner del partido a su favor, el cual despejaba brillantemente Quico Cortés. Con el rival volcado, el contraataque pasó a ser la mejor arma de los españoles. Quique González de Castejón tomó mucha presencia ofensiva. Así, de un robo de un Álex Casasayas que está de dulce, llegaba la bola a Pau Quemada que hacía el octavo, quinto en su cuenta particular (8-0, min. 54). Se siguió buscando más y ya en el último minuto, Gabriel Dabanch acertaba a rematar una bola en el segundo palo (9-0, min. 60).

No habría tiempo para más, y así, los pupilos de Fred Soyez, hacían los deberes a falta del último y decisivo partido del grupo ante Inglaterra que se jugará el próximo martes 25 a las 20:30 hora española.