El combate, que se celebró en el evento oficial de UFC: Fight Night 78 en Monterrey (México), fue tremendamente igualado. Tanto es así que la valoración de los jueces se decantó por la mínima en un controversial 29-28, 28-29, y 29-28, lo que en las artes marciales mixtas significa que cualquiera podría haber ganado. 

El  sueño  de Marín se frustró ante su buen amigo el mexicano Montaño, que al conseguir la victoria, se lleva el contrato de seis cifras con la compañía.

En el primer asalto, Erick mostró más poder de pegada. Enrique por su parte devolvió los golpes, pero no reveló su potencial hasta revertir una situación complicada en la cuál fue derribado pero acabó situándose en la guardia de su oponente.

El luchador local salió fuerte en el segundo round conectando una brutal combinación sobre el español, pero segundos después este consiguió proyectarlo contra el suelo. El combate siguió a ras de lona durante unos pocos minutos hasta que Montaño consiguió escaparse de las garras del sevillano. Los últimos instantes del segundo asalto fueron un intercambio de kick boxing en el que el mexicano salió favorable a pesar de que Wasabi demostró una increíble habilidad esquivando.

El último round volvió a ser muy disputado, pero fue el que dio la victoria al luchador local. A pesar de que Marín era el perseguidor, los golpes los lanzaba su rival, lo que fue definitivo para el veredicto de los jueces. El dato revelador fue que a cuarenta segundos del final Montaño casi doblaba al sevillano en golpes 84-46.

De esta forma Wasabi perdió su oportunidad de entrar directamente al UFC. No obstante, el español ha vivido una experiencia única al convertirse en el segundo luchador nacional en competir para la compañía de artes marciales mixtas más conocida del mundo. Además, a pesar de la derrota, haber competido en UFC le supondrá una increíble publicidad de cara a futuros combates, y quien sabe si los cazatalentos de Dana White le acaban ofreciendo un contrato.