Dudas, incertidumbres, suspicacias y cierta indignación predominan sobre la ilusión que deberían suscitar unos Juegos Olímpicos. La inestabilidad sociopolítica imperante en Brasil es algo que preocupa y mucho a todos los deportistas, aunque el detonante de la renuncia de muchos de ellos haya sido una cuestión que atañe directamente a su salud.

El virus zika y las diversas opiniones científicas vertidas sobre el mismo, están haciendo que numerosos deportistas se replanteen muy seriamente su presencia. El zika no supone un gran problema para la salud de aquel al que se transmite, pero sí condiciona su descendencia. Algunos como Pau Gasol se plantean congelar líquido seminal, pero otros directamente, renuncian a la cita.

Rory McIlroy es uno de ellos. En un comunicado oficial decía lo siguiente: "Después de hablar con mi entorno más cercano, me he he dado cuenta de que mi salud y la de mi familia está por delante de cualquier cosa. Pese a que se piensa que el riesgo de infección por el virus zika está considerado bajo, no deja de ser un riesgo y, como tal, no estoy dispuesto a tomarlo". Una baja muy sensible para un deporte que es olímpico por primera vez en la historia en Río de Janeiro. Además, se suma a las del fidjiano Viajh Sing y el australiano Marc Leishman. Otros sí han confirmado su presencia, como Jordan Spieth, pero está por ver cómo afectan estas bajas al resto de golfistas.

Sí se espera que Sergio García acuda a la cita olímpica, lo que podría infundir un mensaje de ánimo a todos. Cualquier decisión tomada en estos momentos puede influir sobremanera en los demás, ya que aunque cada cual tiene su propio rasero para poner en una balanza ventajas y desventajas, el riesgo parece menor pero existe, por lo que habrá que ir con pies de plomo.