Estamos asistiendo en los últimos años a la eclosión del deporte femenino en nuestro país. Después de muchas décadas llenas de dificultades, las deportistas españolas han igualado e incluso superado en muchos casos, el nivel del deporte masculino en España. Los últimos éxitos en algunos deportes de equipo o hazañas individuales como la de Carolina Marín en bádminton, Lidia Valentín en halterofilia o Queralt Castellet en snowboard son varios ejemplos de los excelentes resultados cosechados por nuestras deportistas.

Sin embargo, el recorrido hasta llegar a estas metas ha sido largo, con etapas muy complicadas en las que el deporte femenino español tenía francamente difícil el acceso a la alta competición.

Esto queda plasmado en la escasa participación de deportistas españolas en eventos deportivos y la escasez de buenos resultados durante buena parte del siglo XX, algo que ha cambiado radicalmente en los últimos veinticinco años.

No hay que olvidar a las pioneras olímpicas españolas que contribuyeron a poner los cimientos, derribando los muros machistas que obstaculizaban el acceso de la mujer al deporte

Podemos establecer Barcelona 92 como el inicio del deporte femenino español, pero no hay que olvidar a las pioneras olímpicas españolas que contribuyeron a poner los cimientos, derribando los muros machistas que obstaculizaban el acceso de la mujer al deporte. Nombres como los de Lilí Álvarez, Margot Moles o Mari Paz Corominas son una muestra de las principales precursoras en que e deporte femenino sea como es en la actualidad.

Tras ellas, muchas deportistas españolas han alcanzado la gloria olímpica como Blanca Fernández Ochoa, Theresa Zabell, Isabel Fernández, Arantxa Sánchez Vicario... Son algunas de las protagonistas que han firmado páginas de oro, plata y bronce en la historia de nuestro deporte y que en Río 2016 podrán seguir haciendolo.

Inicios complicados

Durante mucho tiempo, el deporte femenino en España fue prácticamente inexistente o en un segundo plano a la sombra del masculino, quien marcaría la proyección del deporte español a nivel internacional.  Algunas mujeres como  Lilí Álvarez, Pepita Cuevas, Mari Paz Corominas o Carmen Valero serían excepciones que se codeaban con la élite de sus deportes sin tener apoyo.

En España, en el último tercio del siglo XIX, la práctica deportiva se realizaba con mayor asiduidad en ciudades como Barcelona o Madrid, y en la mayoría de los casos por la alta burguesía que practicaban gimnasia, esgrima, ciclismo o pelota.  Los primeros años del siglo XX trajeron consigo asociaciones deportivas y la aparición de las primeras federaciones.

Por entonces, el deporte estaba claramente ligado a los hombres, mientras la mujer se dedicaba a las tareas familiares, aunque las mujeres de la burguesía y aristocracia, por su estatus, sí que participaban en algunos deportes. Estos deportes no podían poner en duda su feminidad por lo que el tenis o el golf eran los más practicados, a la vez que se entendía que la práctica deportiva era buena para la salud.

El desarrollo del deporte femenino era muy lento, al igual que el de la mujer en otros ámbitos. La II República trajo consigo una mayor igualdad, por lo que la mujer además de practicar tenis y golf comenzó a participar en los primeros campeonatos nacionales para mujeres de atletismo o natación. El estadillo de la Guerra Civil frenó el crecimiento del deporte femenino volviéndolo a prohibir durante lustros. Es a partir de la década de los sesenta cuando España vuelve a enviar mujeres a los Juegos Olímpicos y aparecen las primeras deportistas de relevancia.

El inicio de la proliferación de estrellas en el deporte femenino llegó con la concesión de los Juegos Olímpicos a Barcelona y la puesta en marcha del Plan ADO. Los Juegos de Barcelona supusieron el despegue definitivo del deporte femenino español y los éxitos a nivel internacional no han cesado desde entonces, haciéndose aún más evidentes en los primeros años del siglo XXI.

Participación de la mujer en los Juegos Olímpicos

En el año 2014, el número de licencias federativas en España fue de 3.388.098, de las cuales casi el 80% correspondían a hombres y poco más del 20% a mujeres. La incorporación de las mujeres españolas a  los Juegos Olímpicos se ha producido de modo paulatino en los más de cien años de historia del olimpismo tal y como lo conocemos hoy en día. Las dificultades de comienzos de siglo, unido al estallido de la Guerra Civil y el posterior régimen franquista, provocaron que la mujer tuviera una participación prácticamente nula en las primeras citas olímpicas.

La primera participación fue en los Juegos Olímpicos de París de 1924, tras varios intentos fallidos, donde Lili Álvarez se convirtió en la primera deportista olímpica española al disputar la competición.  En los Juegos Olímpicos de invierno no fue hasta Garmisch-Partenkirchen en 1936 cuando aparecieron las mujeres españolas. Margot Moles y Ernestina Baenza fueron las dos mujeres que tuvieron ese honor.

Después de esas dos participaciones, el deporte femenino nacional estuvo más de treinta años  sin competir hasta 1960, en los Juegos de Invierno de Squaw Valley y en los de Verano en Roma. La esquiadora Marian Navarro, en Squaw Valley y una delegación de once mujeres fueron las encargadas de devolver la participación femenina a la competición más importante del deporte. En los Juegos de invierno no se tuvo continuidad, pero en los de verano, desde Roma 1960, el equipo olímpico español siempre ha contado con mujeres.

La explosión definitiva se produjo en Barcelona 1992, tanto en representantes como en resultados. Se triplicaron el número de deportistas femeninas y se consiguieron las primeras medallas, aunque fue Blanca Fernández Ochoa quien inauguró el medallero femenino español con un bronce en los Juegos de Invierno de Albertville. La primera medalla en unos juegos de verano llegó de la mano de Miriam Blasco en judo.

Barcelona trajo consigo cuatro oros, tres de plata y un bronce, pero además marcaron el camino a seguir en el deporte, no sólo el femenino sino también en el masculino. Durante las siguientes ediciones en las deportistas españolas seguían subiendo al podio, aunque en menos ocasiones que en Barcelona.

20 años después de Barcelona 1992, en los Juegos de Londres 2012, el deporte femenino español tuvo un punto de inflexión llegando a alcanzar resultados nunca logrados antes. No sólo se consiguieron más medallas por parte de las mujeres que en otras ediciones, sino que fue la primera vez que la delegación femenina obtenía el 65% de los metales por encima de la masculina. 

A lo largo de la historia, el deporte femenino ha competido en la mayoría de especialidades de los Juegos de Verano. De las 38 a excepción del golf, que reentrará Río 2016 tras más de un siglo de ausencia, y el rugby, que se estrenará en categoría femenina en esa misma cita, se ha participado en más del 80%. Tan solo boxeo, BMX, fútbol, gimnasia de trampolín, hípica de eventos y de saltos y pentatlón moderno aún no han contado con representación de mujeres españolas. La natación es el deporte que más veces ha contado con presencia de deportistas (13), le siguen la gimnasia artística (12) y que el atletismo y los saltos (9).

Respecto a la competición invernal, de las quince disciplinas España solo ha participado en seis (Biatlón, Esquí alpino, Esquí de fondo, Freestyle, Patinaje artístico y Snowboard).

En cuando a deportistas, cuatro mujeres han tenido la oportunidad de representar a España en más ocasiones: María Pilar Fernández en tiro olímpico, María Peláez en natación, Arantxa Sánchez Vicario en tenis y María Vasco en atletismo, que suman cinco participaciones. En los Juegos de Invierno, María José Rienda es la deportista en más ediciones ha participado con un total de cinco.

Además, seis mujeres han tenido oportunidad de ser abanderadas  en las ceremonias de apertura. Es curioso que la cita invernal triplique en número a la veraniega, reflejando el dominio de las mujeres en estas disciplinas frente al hombre. La esquiadora Blanca Fernández Ochoa fue la primera en Sarajevo en 1984, y repitió en Albertville 1992. Dos veces también fue la esquiadora Ainhoa Ibarra, en Calgary 1988 y en Lillehammer 1994. Otra esquiadora, María José Rienda portó la bandera en 2006 y la snowboarder Queralt Castellet lo hizo en Vancouver en 2010. La infanta Cristina de Borbón en Seul 1988 fue la primera mujer que portaría la bandera en unos Juegos Olímpicos de verano e Isabel Fernández fue la abanderada española en los Juegos Olímpicos de Atenas.

En cuanto a resultados, el equipo olímpico femenino español ha recolectado 41 metales, 9 de oro, 15 de plata y 17 de bronce. La vela es el deporte que más éxitos ha conseguido en los Juegos, con cuatro títulos y dos subcampeonatos, siendo 19 disciplinas olímpicas las que han conseguido una presea.

Medallistas femeninas
BARCELONA 92  
Medalla de oro

Selección Hockey Hierba

 

Almudena Muñoz (Judo) - (52 kg)

 

Miriam Blasco (Judo) - (56kg)

 

Theresa Zabell y Patricia Guerra (vela) – 470

Medalla de plata

Carolina Pascual (Gimnasia rítmica)

 

Arantxa Sánchez Vicario y Conchita Martínez (Tenis)

 

Natalia Vía – Dufresne (Vela) - Europa

Medalla de bronce

Arantxa Sánchez – Vicario (Tenis)

ATLANTA 96  
Medalla de oro

Conjunto Gimnasia rítmica

 

Theresa Zabell y Begoña Vía-Dufresne (Vela) - 470

Medalla de plata

Arantxa Sánchez – Vicario (Tenis)

Medalla de bronce

Yolanda Soler (Judo) (48 kg)

 

Isabel Fernández (Judo) (57 kg)

 

Arantxa Sánchez Vicario y Conchita Martínez (Tenis)

SIDNEY 00  
Medalla de oro

Isabel Fernández (Judo) - (57 kg)

Medalla de bronce

María Vasco (Atletismo) - 20 km marcha

 

Margarita Fullana (Mountain Bike) - BTT

 

Nina Zhivanevskaya (Natación) - 100 espalda

ATENAS 04  
Medalla de plata

Doma por equipos (Hípica)

 

Conchita Martínez y Vivi Ruano (Tenis)

 

María Quintanal (Tiro) – Foso olímpico

 

Sandra Azón y Natalia Vía-Dufresne (vela) - 470

Medalla de bronce

Patricia Moreno (Gimnasia artística) - suelo

 

Beatriz Ferrer – Salat (Hípica) – Concurso individual

PEKIN 08  
Medalla de plata

Anabel Medina y Virginia Ruano (Tenis)

 

Gemma Mengual y Andrea Fuentes (Natación Sincronizada)

 

Equipo Natación Sincronizada

Medalla de bronce

Leire Olaberría (Ciclismo en pista) puntuación

LONDRES 12  
Medalla de oro

Marina Alabau (vela) - (RS:X)

 

Tamara Echegoyen / Sofía Toro / Ángela Pumariega (Vela) (Elliot 6 m)

Medalla de plata

Mireia Belmonte (Natación) 200 mariposa

 

Mireia Belmonte (Natación) 800 libres

 

Andrea Fuentes y Ona Carbonell (Natación Sincronizada)

 

Brigitte Yagüe (Taekwondo) - 49 kg

 

Equipo Waterpolo femenino

 

Maialen Chourraut (Piragüismo) – Eslalon K1

Medalla de bronce

Maider Unda (Lucha libre) - 72 kg

 

Equipo Natación Sincronizada

 

Equipo Balonmano

 

Lidia Valentín (Halterofilia)