La gloria se le resiste a Ander Elosegi. El palista irundarra pasó de la ilusión de las semifinales al fiasco de la final. Después de tomar partida en los Juegos Olímpicos de Pekín 2008 en la disciplina de C1 individual, alcanzando la cuarta posición a sólo 1,5 segundos del bronce, en los Juegos Olímpicos de Londres 2012 en la misma disciplina, obtuvo nuevamente la cuarta posición a 4,3 segundos del bronce, para que ya en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro 2016 el resultado no fuera ni mucho menos el esperado. Partió en la semifinal en la séptima plaza, marcando un crono de 97.93, pero una hora después, en la gran final saliendo en penúltimo lugar, Elosegi  cometió dos errores, tocó dos puertas, y fue penalizado con cuatro segundos que al final le dejaron con un crono de 101.27 en ni más ni menos que la octava posición. Tokyo 2020 aún queda lejos, pero llegará un nueva reválida para el irundarra.

"Sabía que sólo tenía que hacer lo mío y sin los toques el tiempo era de estar ahí, pero al sumarse los toques son muchos segundos para ser una final olímpica"

Comenzar con un error a las primeras de cambio condicionaba por completo la bajada de Elosegi, que posteriormente tenía un nuevo error que le terminaba relegando a la octava posición. "No han sido errores graves, pero sí que sobre todo el primer toque en la primera parte pesa mucho durante todo el recorrido, he intentado mantener una bajada digna y más o menos lo he conseguido hasta la parte final, y otro pequeño error en la zona del salto, en la que he rozado con la mano de arriba, me ha dejado sin opciones de hacer un mejor resultado. Sabía que haciéndolo bien iba a estar ahí y al final no ha salido", comentó ante los medios de comunicación.

Para terminar, como no podría ser de otra manera, Ander Elosegi se olvidaba por completo de los buenos tiempos de sus rivales, teniendo claro que su crono en semifinales no le valdría para luchar por las medallas. "He intentado abstraerme de los tiempos de mis rivales y pensar solamente en mi bajada, estaba tranquilo, sabía que sólo tenía que hacer lo mío y sin los toques el tiempo era de estar ahí, pero al sumarse los toques son muchos segundos para ser una final olímpica. La semifinal fue una bajada buena y tenía muy claro que la final era empezar otra vez de cero, el segundo puesto de la semifinal no me decía nada, había que corregir solo pequeños errores pero no pudo ser, estaba mejor que para hacer un octavo, no pude dar el cien por cien en la final y me da rabia. Voy año por año, todavía queda mucho para Tokio", concluyó.