Oakland se preparaba para vivir una de las grandes veladas entre americanos del año. El campeonísimo supermedio Andre Ward se medía al campeón semipesado Chad Dawson en el duelo denominado ‘Made in America’. Ward, campeón olímpico durante su época amateur, y cacique del peso supermedio durante el último año y medio tras ganar el prestigioso torneo Super Six exponía sus cetros WBC y la WBA ante un retador que bajaba de peso en su intento por arrebatarle sus coronas.

Pero fue precisamente este aspecto del peso el que desvirtuó la que podía haber sido una de las mejores peleas del año hasta convertirla en un monólogo del rey supermedio. Dawson, desubicado en un peso que no alcanzaba desde hacía seis años se mostró incómodo e impreciso, incapaz de hacer frente a la movilidad e inteligencia de Ward y optando por el agarre como única vía para detener el trabajo de demolición de su oponente.

De este modo el combate fue decantándose rápidamente hacia la esquina del campeón, que conseguiría tumbar a Dawson en el tercer y cuarto episodio abriéndole además un corte en la ceja que descompensaba aún más la balanza.

El canto de cisne de Dawson llegaría en el décimo round, cuando tras frenar el ímpetu del campeón por unos instantes el enésimo golpe de este le haría doblar las rodillas. De este modo, Ward continúa aumentando sus victorias hasta las 26 sin conocer la derrota, mientras que Dawson, que volverá al semipesado, deja su récord en 31-2.

En el combate de semifondo, Antonio DeMarco retuvo su corona ligera del WBC ante el americano John Molina después de asestarle un tremendo nocaut tras la disputa de únicamente 44 segundos. La espectacular resolución de DeMarco cierra la que es su segunda defensa del título que ganó tras batir a Jorge Linares en una de las mejores peleas del año pasado.