Floyd Mayweather ha hecho valer su faceta de boxeador sobre la de delincuente. El vigente campeón welter del Consejo tenía previsto presentarse ayer viernes 6 de enero para comenzar la sentencia de 90 días de cárcel que le impusieron el mes pasado.

Sin embargo, el púgil tenía reservado el salón del MGM de Las Vegas para combatir el próximo 5 de mayo, algo que su abogado usó para pedir a la jueza que permitiera a Money cumplir con el contrato del combate, dando peso al impacto económico que recibe Las Vegas cuando Mayweather pelea, argumentos que han permitido retrasar su entrada en prisión hasta junio con el fin de que pueda celebrar dicho combate.

Mayweather aceptó su culpabilidad el 21 de diciembre por un delito de violencia doméstica contra su ex novia, a la cual agredió en presencia de sus hijos. La condena impuesta parecía un serio contratiempo para los planes de Mayweather, que ahora deberá buscar un rival, en las mismas fechas -casualmente- que Bob Arum quiere programar a Pacquiao.

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Víctor C. Millán
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