Guerra contra la comida, la dictadura del cuerpo
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A pesar de que en los últimos años se ha intentado arreglar la situación, no se han obtenido los resultados esperados, los cánones de belleza parecen girar en torno a una delgadez extrema, poco saludable, que se convierte en el modelo a seguir por millones de adolescentes, que encuentran en la anorexia y la bulimia, el camino hacia la perfección mediática.
El Thigh Gap o Espacio entre las piernas, está de moda entre las chicas jóvenes, el objetivo es tener las piernas tan delgadas que al juntarlas quede un espacio entre ambas. Para lograr este resultado las jóvenes tienen que perder peso excesivamente. Para conseguir el objetivo con mayor certeza se apoyan en los perfiles de las redes sociales, donde publican sus progresos, bajo lemas como “starvingforperfection”, es decir, pasando hambre para estar perfecta.
Son muchas las páginas de Facebook que dedican espacios a plantear ejercicios que favorecen la consecución del Thigh Gap. La absurda tendencia nace de la admiración por las delgadísimas piernas de la modelo Cara Delevingne, sin embargo las adolescentes no se dan cuenta de que la morfología de sus piernas depende de su estructura ósea. Las dietas restrictivas sin un control médico, o los ayunos deliberados, desembocan en trastornos alimenticios que pueden causar daños irreversibles en el organismo y en el cerebro, además facilitan la aparición de conductas suicidas y depresión.
El Thigh Gap, que algunas famosas poseen genéticamente, se convierte en una obsesión para las mujeres normales y corrientes, llegando incluso a someterse a intervenciones quirúrgicas para obtener unas piernas como las de la celebrity en cuestión. El hueco entre las piernas, no es la única moda que acerca a la anorexia, existen otras como el Bikini Bridge. Esta última, menos polémica nació de una broma en Twitter que promovía un grupo, ya conocido en la red social, por postear en forma de denuncia social tweets sobre temas comprometidos, denominado como 4chan . Lo que empezó siendo un experimento viral en Twitter, bajo el hashtag #bikinibridge, pasó a convertirse en una aspiración para numerosas jóvenes. Cuando la figura de la mujer es muy delgada, la parte inferior del bikini se convierte en un puente sobre las caderas. Una vez inventada la broma y propagada por las redes sociales, las usuarias de las mismas comenzaron a subir fotografías con el absurdo posado, que se convirtió en Trendy Topic en apenas unas horas.
Y por último la más popular del pasado verano 2013, que cualquier usuario de Instagram habrá podido visionar fueron las famosas Hot Dog Legs, su poseedora, tiene las piernas tan delgadas que al juntarlas y fotografiarlas parecen dos salchichas.
Modas absurdas que lo único que hacen es fomentar conductas perjudiciales para multitud de jóvenes que dan mayor importancia a una figura demacrada, porque ni siquiera puede tildarse de delgada, que a su salud. Tristemente, parecen no ser conscientes de que hay métodos mucho más saludables para perder peso y obtener un cuerpo bonito, pero requiere un esfuerzo adicional, que no consiste en dejar de comer, consiste en aprender a hacerlo, y en practicar ejercicio con regularidad.
La falta de información conduce a equivocaciones, no se tiene en cuenta que las modelos no siempre son tan delgadas como parecen, sus fotografías están retocadas por profesionales. La delgadez extrema no es un sinónimo de salud, la belleza es mucho más que una simple figura delgada, un cuerpo bonito, es un cuerpo sano, cuidado y ejercitado. La mayoría de las modelos no comen correctamente, suelen estar sometidas a dietas muy restrictivas, a las que probablemente una persona normal no podría habituarse. Es necesario saber distinguir entre una alimentación equilibrada, y una alimentación pobre en la que entra en juego nuestra salud.
La ignorancia y el desconocimiento evitan que los que padecen desórdenes alimenticios sean conscientes de la verdadera trascendencia de su enfermedad, distorsionan la realidad, y no tienen en cuenta que las secuelas de la anorexia pueden ser de por vida, y que puede conducir a la muerte.
Las personas que sufren anorexia y bulimia no encuentran en su familia el apoyo que desean, es por ello que entran en peligrosos círculos como las web pro- anorexia, donde se sienten comprendidas, y salir de ese núcleo se vuelve cada vez más complicado, pues el mundo real es un enemigo hostil, que no comprende las aspiraciones de las afectadas.

La anorexia suele tratarse con la ayuda de un psicoterapeuta, no obstante llegados a un estado crítico de la enfermedad, es preciso recurrir a la hospitalización de la enferma, donde los médicos establecerán la clase de tratamiento que precisa su paciente, en algunos casos se opta por el aislamiento, y en otros la rehabilitación del afectado requiere la participación de su familia. Una pequeña parte de las personas que padecen anorexia, se recupera, pero tienen facilidad para recaer, o en su defecto sufrir bulimia. El deporte podría ser una alternativa para curar la enfermedad, ya que permite convertir la violencia autodestructiva, en algo positivo, dotando de equilibrio a su mente.
No es difícil recordar a la modelo francesa, Isabelle Caro, que falleció tres años después de protagonizar una campaña contra la anorexia, cuando fue fotografiada para la campaña, pesaba tan solo 27 kilos, pese a sus esfuerzos por recuperarse, la modelo perdió en 2010 la guerra contra la enfermedad. Publicaba en 2008 su libro La petite fille qui ne voulait pas grossir ( la pequeña niña que no quería engordar). Pero no fue la única famosa a la que la anorexia arrastró a la muerte, Ana Carolina Reston, Mayra Galvao, Luisel Ramos, que falleció en pleno desfile; y su hermana Eliana Ramos y Christy Henrich, entre otras.
No siempre la anorexia vence la batalla, algunas mujeres aprenden a encauzar de nuevo sus vidas y consiguen abandonar poco a poco la enfermedad, a pesar de que cualquier situación que consiga desestabilizarlas física o psicológicamente, puede volver a hacerles sucumbir. La joven modelo Georgina Wilkins es un ejemplo, le aseguraron que si perdía peso, tendría una brillante carrera en el mundo de la moda. Comenzó a trabajar como modelo, cuando tan sólo tenía 15 años, y embelesada con la propuesta laboral, dejó de comer. Georgina Wilkins comenzaba así una trayectoria profesional que según le habían vendido, tendría un prometedor futuro; pero se equivocaba. Georgina fue ingresada en un hospital, presentando trastornos alimenticios. Cuando comenzó a sufrir anorexia, la despiadada agencia que en su día tanto le había prometido, y alabado sus métodos para lucir tan delgada, alegando que su enfermedad aportaba una mala imagen a la compañía, le despidió. Ahora la joven modelo, ya recuperada, apoya una campaña para evitar que los jóvenes caigan en la toxicidad de la esclavitud de su propia imagen.
Otras famosas como Lady Gaga, Demi Lobato, Victoria Beckham, Kate Moss, Calista Flockhart, Mary Kate Olsen, Tara Reid, Lindsay Lohan, Nicole Richie, Portia de Rossi, y muchas más, también han sufrido desórdenes alimenticios, algunas de ellas ya los han superado, y otras continúan luchando contra ellos a día de hoy.
Un mundo desalmado, que se ensaña contra las mujeres, y a las que exige convertirse en un ser inmejorable. La mujer al igual que el hombre es un ser imperfecto, y en esas imperfecciones es dónde reside la verdadera belleza. El mundo de la moda y la publicidad concede poder, estatus, otorga prestigio, pero pagar por él con la salud es un precio excesivo, que nadie debería estar dispuesto a costear. Existen diversas formas de modificar aquello que resulta desagradable, pero dejar de comer no es la solución.
La publicidad y el mundo de la moda venden imágenes, y conceptos que la sociedad interioriza y convierte en valores, sobre los que establece cánones de belleza ilusorios, que simplemente no existen, dictaminan como debe comportarse y ser la gente, y de forma inconsciente, los individuos comienzan a obedecer.
Pero es una idea errónea, lo importante es como cada uno se vea a sí mismo,la sensación de una mujer cuando continuamente se ve rodeada por cuerpos perfectos que constituyen el ideal de belleza femenina, es desoladora, y conduce a sentimientos de culpabilidad, e incluso odio hacia sí misma cuando falla. ¿Cómo una mujer normal y corriente puede querer parecerse a una famosa, si ni si quiera ellas se parecen a sí mismas una vez que su imagen ha atravesado centenares de filtros?. Lo mismo ocurre con la Xenofobia y la Homofobia, la sociedad se encarga de castigar e infravalorar todo aquello que rompe los cánones, que se salta las reglas, y que vive libremente con lo que le hace feliz. ¿Por qué si una niña se siente bien consigo misma, cuando llega a la adolescencia sufre un desorden alimenticio?. Urge una concienciación colectiva, que abogue por la no violencia contra la mujer, que luche por abolir los modelos de la belleza ideal, pero son problemas que sólo pueden solucionarse cambiando la visión del mundo de todos y cada uno de sus habitantes.
Fotografías extraídas de: web primeras noticias, blog: princesitasana y blog latiamaruja
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