Aston Martin abre por fin una nueva etapa, y lo hace de la mano de Daimler tras un intercambio de intereses acordado en 2013 por el que el grupo alemán abastecería tecnológica y mecánicamente a la marca de Gaydon a cambio de un 5% de sus acciones.
Después de 13 años Aston Martin renueva su plataforma VH estrenada por el DB9 y sobre la que se han montado todos sus modelos posteriores a excepción del One-77 (obviando el Cygnet), por lo que el salto evolutivo es importante. Precisamente es el sustituto del ya veterano DB9 el encargado de encabezar esta modernización con la nueva estructura y componentes de Mercedes-AMG.
Esta plataforma, fabricada en gran parte aluminio, concede una gran ligereza y una mayor resistencia, ayudando a sacar el máximo partido al motor 5.2 V12 biturbo de fabricación propia que desarrolla una potencia de 608 caballos. La transmisión correrá a cargo de ZF con una caja de cambios automática por convertidor de par de ocho velocidades, que enviará la potencia al tren trasero donde será repartida entre las dos ruedas por un diferencial electrónico con control vectorial de par.
Aston Martin recurre por primera vez al turbo con este 5.2 V12
Pero además de con un motor de doce cilindros, todo parece indicar que más adelante el DB11 también estará disponible con el V8 de cuatro litros del Mercedes-AMG GT, como nivel de acceso, con alrededor de 500 caballos.
Con todo esto, el DB11 con sus 1.770 kilos en vacío, es capaz de alcanzar los 100 kilómetros por hora desde parado en sólo 3,9 segundos, siendo por lo tanto siete décimas más rápido que su antecesor, y de lograr una velocidad máxima de 322 km/h.
Su diseño también pone punto y aparte al establecido en los últimos años y evoluciona, manteniendo eso sí los rasgos reconocibles de la marca, e inspirándose en los prototipos DB10 y DBX. Este DB11 cuenta con una apariencia más atlética y moderna, rompiendo con la tradicional elegancia clásica de los DB.
A bordo, el conductor no se sentirá del todo extraño si ya viene de otro Aston, ya que el interior resulta en cierta manera familiar a los últimos modelos, con una remarcada consola que fluye por el salpicadero hasta el túnel central sobre la que se disponen de una forma muy parecida los típicos botones de selección de marcha y los aireadores del climatizador. En la parte superior sobresale una pantalla de 8 pulgadas que se controla con un mando táctil que encontramos en algunos modelos de Mercedes, debido a que todo el sistema multimedia es desarrollado por los alemanes. La instrumentación deja atrás los relojes analógicos e incorpora también una pantalla de 12,3 pulgadas.
Quien se haya encaprichado de este nuevo Aston Martin podrá hacerse con uno, siempre y cuando disponga de los aproximadamente 200.000 € que costará en nuestro país, aunque deberá esperar hasta el último cuatrimestre del año para recibirlo. Por el momento, sólo unos días después de su presentación en el Salón de Ginebra, la marca ya acumula 1.400 pedidos.