Marcos Ramírez ha decidido reinventarse. Con su ciclo en el CEV acabado y sin posibilidad de encontrar un manillar de garantías en el Mundial de Moto3, el piloto de Conil de la Frontera ha decidido que el Mundial de Supersport sea su nueva aventura, de la mano del equipo Cat Bike Exit Team y con Nacho Calero como compañero de equipo.

Ramírez llevaba una progresión imparable que le abrió las puertas del Estrella Galicia en 2013. Competir en el mejor equipo del CEV le llevó al subcampeonato de la categoría, cediendo por un sólo punto al por entonces sorprendente Quartararo. Posiblemente, perder ese título fue el adiós a sus posibilidades de acabar en el Mundial.

Emilio Alzamora decidió rescindir su contrato para fichar a Quartararo y Ramírez tuvo que buscar su refugio en el Calvo Team, equipo campeón mundial el año anterior con Viñales. Partiendo como uno de los favoritos a la corona, Ramírez fue una de las decepciones de una temporada marcada por la tiranía incontestable del propio Quartararo.

Ahora se abre un nuevo reto para el gaditano. El Mundial de Supersport, antesala de las SBK, es una categoría en la que la igualdad es la nota dominante, y ahí Ramírez puede tener sus posibilidades. Tanto él como Nacho Calero (que cuenta con dos años de experiencia en el Mundial) llevarán una Kawasaki ZX-6R privada, dentro de la estructura del equipo catalán Cat Bike Exit Team.