Un campeonato no ha terminado hasta que se cruza la última línea de cuadros del calendario. Eso es lo que sabe Tito Rabat y por ello marcha a Indianápolis con ganas de levantar un mundial que se le ha complicado más de lo que esperaba. Tras la caída en Sachsenring deberá recortar los 65 puntos que le saca Johann Zarco en la general, unos números que le dejan una segunda mitad de temporada en forma de subida: la escalada de Rabat.

Tras un parón veraniego como el que ha dejado atrás resulta imprescindible conocer el nivel al que se llega, una de sus preocupaciones de cara al Gran Premio de Indianápolis: "Nos dirigimos a Indianápolis después de tres semanas de relax en vacaciones, así que hay que ver cómo es el ritmo y cómo está la clavícula". Encontrándose en un punto donde no hay lugar para imprevistos, el de Kalex ha entrenado día a día para dar lo mejor de sí mismo en las próximas citas: "He estado entrenando durante las vacaciones y me siento fuerte, pero ya veremos".

En lo que refiere a estrategia, también lo tiene claro. De nada sirve ahogarse en objetivos a largo plazo, revalidar un título significa ganar premio a premio, pequeñas victorias que le lleven a la meta final. Por ello el plan es el de siempre: "Mi enfoque es el mismo: centrarse en lo que tenemos que es Indianápolis, trabajar con el equipo para asegurarse de que tenemos el paquete más competitivo para la carrera y luego tratar de terminar lo más cerca posible de la cabeza".

Con una psicología de hierro afronta Tito Rabat esta segunda mitad de campeonato. Alzarse con el número uno de nuevo parece una tarea complicada, pero nadie podrá quitarle el deseo de no rendirse nunca. A fin de cuentas, en nueve carreras puede pasar de todo e incluso se ha visto ganar un título mundial.

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Sobre el autor
Esperanza Murcia
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