Remontémonos un año atrás. Nadie pensó que Danny Kent, ese piloto británico que hasta entonces siempre había ido despuntando, dominaría la categoría como hacía tiempo. Tampoco pensó nadie en que meses después, cuando lo parecía tener todo hecho, iba a resurgir Miguel Oliveira para citarlo hasta el última día en Valencia. Y así tampoco nadie pensó que un año después los máximos rivales iban a ser compañeros de equipo.

Lo serán en el equipo Leopard Racing, de estreno en la categoría intermedia, equipo donde ganó en Moto3 el título Kent. Ahora será otro cuento, pues el trabajo deberá hacerse de cero teniendo en cuenta la novedad del proyecto. El vigente campeón, por su parte, cuenta con algo más de experiencia, habiendo competido ya en Moto2 (2013). Si bien pasó por ella sin pena ni gloria, tuvo el valor de retroceder una cilindrada, apuesta que demostró ser segura con la obtención de un título mundial.

Foto: Leopard Racing
Foto: Leopard Racing

Deberá seguir sumando, pero por lo pronto ya ha mejorado la experiencia (ha mejorado los tiempos que hizo en 2013 antes de bajar de categoría). Más inexperto se desenvolverá Miguel Oliveira, pero siempre se le dio bien aprender. Lo hizo el pasado 2015, cuando después de un inicio dispar salvó el curso a base de constancia y victorias para hacerle sufrir a Kent hasta la última carrera. Todo determinación. Y eso es justo lo que necesita un equipo nuevo como es el caso.

Ambos cuentan con eso. Y necesitarán de esa decisión para adaptarse lo más rápido posible pues todo es nuevo, tanto la moto (más pesada) como el pilotaje. Por ello empezaron en Cheste, donde se produjeron los primeros test de pretemporada, entregándose a fondo a la pista: más de 200 vueltas entre los dos para fijar el rumbo. Y lo han fijado, aunque hayan participado en los restantes sin llamar la atención. Les ha costado mucho colarse en el top ten, rara vez lo han conseguido y no han podido mantenerse. Pero cumplieron en su tarea: progresar en la puesta a punto de la Kalex. 

Foto: Leopard Racing
Foto: Leopard Racing

Su objetivo era así otro. Para ellos ahora mismo no se trata de ser el piloto más rápido, sino en vencer al tiempo y crear de cero una moto competitiva con la que un día llegar a serlo. No es un desafío fácil, desde luego, pero para ello el Leopard Racing ha juntado a lo mejor de Moto3 del pasado año. Kent y Oliveira, dos pilotos con la misma entereza pero de diferencias. El primero más frío, más de ir a lo seguro (le pudo la presión del título a finales de año) y el segundo puro arrojo, calculador pero de sangre caliente en pista. Entre los dos un complemento ideal.

Siempre han seguido caminos distintos, también lo fueron sus estrategias para llegar a ser campeón del mundo. Finalmente lo consiguió Kent, quien ha conseguido relucir más en la pretemporada. Es difícil establecer quién de los dos llevará el peso de la evolución de la Kalex, pero de seguro que la rivalidad entre ambos seguirá igual de patente. Trabajarán juntos, debiéndose al equipo, pero en la mente de todo piloto hay una noción básica: tu principal enemigo es tu compañero de equipo. Esa misma rivalidad sirvió el pasado año para brindar un final de mundial de infarto. Muy lejos de llegar los dos a Valencia en la misma situación sí podrán en cambio embellecer el campeonato. En 2015 ya dejaron a todos sin palabras, quién sabe si lo harán también este año. Sea o no así parecen un capricho del destino: Kent y Oliveira, antagonistas mutuos destinados a encontrarse.