Australia ha sido siempre una de las grandes potencias del Mundial de motociclismo. Hasta once títulos mundiales han cosechado sus pilotos, destacando nombres como los de Wayne Gardner, Mick Doohan o, recientemente, Casey Stoner. Eran pilotos muy rápidos, muy espectaculares de ver encima de la moto, pues llevaban un estilo inconfundible, haciendo derrapar la rueda trasera mejor que nadie. Era, y sigue siendo, la escuela australiana.

Quizás por este estilo, por esta forma de ir en la moto, hasta ocho de esos once campeonatos han sido conseguidos en la categoría reina, en las motos más pesadas (5 de Doohan, 2 de Stoner y 1 de Gardner). Lo más llamativo es que ningún australiano ha sido campeón de la cilindrada pequeña (125cc/Moto3) desde 1961. Una sequía de 53 años que, si bien ha sido "suturada" con títulos mayores, no deja de ser llamativa.

53 años sin un campeón australiano en 125cc/Moto3

Esta sequía parece que toca a su fin. Una nueva estrella asoma la cabeza desde las Antípodas. Se trata de Jack Miller, un joven piloto de 19 años y que se ha convertido en la gran sensación del Mundial de Moto3, cosechando cuatro victorias en las nueve primeras carreras, y liderando el campeonato con una renta de 19 puntos sobre el español Álex Márquez.

Miller ya había dejado muestras de su calidad en los dos años anteriores, cuando corría a lomos de una poco competitiva Honda. Ya el año pasado solía estar en el grupo de cabeza en varias ocasiones, peleando con los Viñales, Salom o Rins, que llevaban las invencibles KTM. Nunca tuvo opción de lograr victorias, ni siquiera podios, pero su talento no pasó desapercibido para Aki Ajo, que le ofreció el asiento más codiciado en la parrilla de Moto3: el puesto de piloto número 1 en el equipo oficial de KTM, patrocinado por Red Bull.

Las expectativas eran bastante altas, pese a que el favorito a la corona seguía siendo Álex Rins, por sus grandes resultados en 2013. Miller, sin embargo, fue el dominador de la pretemporada, aprovechando el mayor rodaje de su moto. Especialmente llamativa fue la superioridad que Miller mostró en el tests de Jerez, cuando rodó medio segundo más rápido que el resto de sus rivales.

Arranque imperial de campeonato

De esta forma, se plantó en la primera carrera de Qatar como el hombre a batir en el inicio de la temporada. Y cumplió las expectativas. Desde la tercera plaza de la parrilla, se impuso a Márquez en un duelo mano a mano, llevándose su primera victoria mundialista y la primera para Australia en la categoría pequeña desde 2004, cuando un tal Casey Stoner ganó en Malasia.

La marcha de Miller continuaba imparable en Austin, donde dominó todo el fin de semana y ganó una emocionante carrera en grupo, venciendo a Fenati y Efrén Vázquez en las últimas curvas. Con sólo dos carreras disputadas, ya doblaba en puntos a los 'favoritos' Rins y Márquez.

En Argentina y Jerez no pudo conseguir la victoria, pero fue sumando puntos importantes para el Mundial. Fue tercero en el país sudamericano, en una carrera marcada por la polémica acción de Fenati sobre el propio Miller. En Jerez, por su parte, no estuvo cómodo en ningún momento de la carrera, aunque la salvó con un meritorio cuarto puesto, que le mantenía líder del Mundial.

La réplica de Miller al doblete de Fenati llegó en Le Mans, carrera en la que el italiano abandonó. Miller se impuso a un combativo Rins y a un Efrén Vázquez que seguía buscando su primera victoria en el Mundial y que protagonizó varias acciones polémicas con el joven Jack Miller, que alcanzaba una renta importante en el campeonato.

Esta renta iba a ser aniquilada en las tres próximas carreras, en las que Miller no cosechó los resultados esperados. En Mugello, en una acción desesperada por remontar, se fue al suelo, arrollando también a Márquez; en Catalunya sólo fue cuarto y no pudo entrar en la lucha por la victoria; y en Assen se fue al suelo cuando marchaba directo hacia la victoria. Toda su ventaja en el campeonato había sido neutralizada, tocaba volver a ponerse el mono de trabajo.

Y así hizo Miller. El australiano se marcó un fin de semana perfecto en Sachsenring, donde logró su cuarta victoria de la temporada, tras una carrera en grupo en la que él siempre fue el líder de la carrera, controlando en todo momento la situación de la prueba. Miller se fue de vacaciones como líder del certamen, con 19 puntos sobre Márquez y, quizás lo más importante para él, con 35 puntos sobre Rins.

¿Salto precipitado a MotoGP?

Son muchos los rumores que hay sobre el australiano. Se habla de que podría saltarse su estancia en Moto2, acelerando su progresión y su salto a la categoría reina. Honda ya ha puesto sus ojos en él, viéndolo como un valor de futuro y un posible piloto oficial en el equipo Repsol Honda, en el que ya triunfaron otros australianos como Doohan o Stoner.

El tiempo dirá si es Miller la nueva estrella del motociclismo australiano. Talento desde luego tiene para triunfar en el mundo de las dos ruedas, aunque debe limar algunos defectos, como su excesiva fogosidad en algunos finales de carrera apretados, o sus excesivas caídas, que hacen recordar al joven Stoner de las categorías inferiores, que no fue campeón en gran parte por ese problema.