Reencontrarse con uno mismo, sacar el máximo partido y sobre todo sentirse cada vez más cómodo. Hay veces que un cambio en la alineación de un equipo, por muy arriesgado que parezca es una buena noticia. Este es sin duda la situación en el RBA Racing Team, donde la llegada de Juanfran Guevara y el kilometraje cogido por Gabriel Rodrigo ha logrado que se tenga al equipo español como uno de los rivales a tener en cuenta.

Este hecho se puede ver claramente si se comparan los resultados de la pasada temporada con el presente año. El pasado año veíamos que Rodrigo no se sentía del todo cómodo y de alguna forma iba con demasiada precaución, viendo relegada la esperanza del FIM CEV Repsol como uno de las principales promesas para ese año, en el que estaba en cada carrera en las puertas de clasificarse entre los 15 primeros pero tomando más riesgos de los necesarios, cosa que no siempre le salía bien, ya que continuamente encontraba el límite.

RBA Racing Team

Pero todo cambió de cara a 2016. La tranquilidad y paz al ver que las cosas funcionan bien reinó en el equipo de José Gutiérrez Boe, donde el trabajo bien hecho y los resultados llegaron. La llegada de Juanfran Guevara al equipo tras su salida del equipo de Aspar, hizo que de alguna forma volviera a recuperar la confianza en si mismo y sobre todo, a sentirse querido y valorado, cosa que según parece en el equipo del valenciano no era posible. Este hecho tras la llegada del lorquino hizo que la mentalidad en el equipo de Boe se cambiara radicalmente y comenzasen a trabajar mejor.

Pese a que de alguna forma demos a entender que ha sido todo gracias al piloto de Murcia, no es realmente así. La experiencia recogida por Rodrigo en la temporada debut, combinándose con la presencia de Guevara, ha hecho que la compenetración entre ambos pilotos hiciese que en el equipo reinara un ambiente nuevo, donde el trabajo en equipo ha dado en poco tiempo unos resultados más que positivos, donde hemos visto a ambas monturas batallando por las posiciones de podio.

RBA Racing Team
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El hecho de ver que los resultados se iban consiguiendo, sumado con la positividad reinando en el garaje, ha logrado que se trabaje de forma más fácil, tal y como se ha podido comprobar en las pruebas puntuables que hemos vivido. En estas, se podía ver como ambos pilotos partían en cada sesión juntos, haciendo lo que se consideraba trabajo de equipo, ayudándose mutuamente y sin ningún tipo de problemas. A todo esto se le suma el hecho de que una vez lograda una buena configuración, de alguna forma ambos pilotos salían por separado y sin tráfico en pista para confirmar esas sensaciones, cosa que ha hecho que sea de alguna forma un referente en la forma de trabajar, ya que otros equipos han intentado hacer lo mismo y el resultado ha sido desastroso.

Esto se ha podido comprobar en las sesiones de entrenamientos libres y cronometrados, donde al inicio de temporada se veía cada vez más seguros a ambos pilotos y con ganas de confirmar esos resultados. Y no se tuvo que hacer esperar mucho. En Montmeló sorprendió el alto ritmo impuesto en carrera por Gabriel Rodrigo batallando y liderando la carrera en varias vueltas, pero una caída a final de meta hizo que no se pudiera consolidar la posición.

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Este resultado para muchas malas lenguas se llegó a decir que fue provocado al ser el trazado de casa del hispano-argentino, siendo un circuito que le gusta y conoce. El pasado fin de semana en el mítico trazado de Assen a falta de un piloto lo confirmaron los dos. El alto ritmo impuesto por ambos pilotos, hizo que fuera normal verles siempre en el grupo de cabeza. Pero un “high-side” de Rodrigo en las primeras vueltas y una caída de Canet, donde su montura golpeó fuertemente a Guevara hizo que ambos pilotos de KTM se tuvieran que retirar.

Sin duda alguna se confirmó que no era algo temporal, el alto ritmo logrado por ambos pilotos en trazados tan complicados como estos dos últimos, donde la configuración de la montura para lograr altas velocidades y tener una buena tracción en aceleración, ha hecho que se volviera a tener en cuenta al equipo, donde la confianza perdida ha vuelto por la puerta grande y con la sonrisa en su rostro.

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