El esfuerzo, el trabajo y la capacidad de sufrimiento de Arón Canet en su temporada de debut en el Mundial han tenido recompensa hoy en Phillip Island, quizá en el día menos esperado incluso para el propio piloto. Una caída pocas vueltas después de empezar la carrera parecía sentenciar sus opciones en el día de hoy, pero la suerte o el azar le tenía reservada una grata sorpresa al piloto de Corbera. Se manifestó en forma de bandera roja. Una segunda oportunidad que, el del Estrella Galicia 0,0 no desaprovechó. 

El primero en reconocer lo singular que ha sido la carrera de hoy es el propio piloto. "Lograr tu primer podio mundialista en una carrera tan caótica como la de hoy, en la que me he caído al principio, han sacado la bandera roja y he podido volver a salir es algo impresionante", reconoce abiertamente Canet. De cara a la segunda carrera, el de Corbera ha salido decidido, con ganas de resarcirse de la caída sufrida en la primera manga. Remontando desde la parte trasera de la parrilla, rápidamente ha logrado conectar con el segundo grupo, donde se encontraba el grueso de los pilotos de la categoría pequeña. 

Las hostilidades fueron muchas y variadas. Para Canet, la clave del resultado de hoy ha sido elegir el momento adecuado para dar un paso al frente y situarse en las primeras posiciones del grupo. "En las últimas vueltas he decidido echarle valor y colocarme primero del grupo para tirar y tratar de romperlo", relata el piloto del Estrella Galicia 0,0. Su plan salió bien, pues consiguió abrir una pequeña brecha respecto al resto del grupo, pero no contó con un actor secundario que se coló en su historia hoy: Darryn Binder. "He conseguido abrir un poco de hueco, pero Darryn Binder ha tirado conmigo e incluso me ha adelantado en el penúltimo paso por meta", describe el piloto, que tiró de perspicacia para idear la estrategia que, a la postre, le llevaría al cajón. "Cuando [Darryn Binder] me ha pasado me he dado cuenta de que si seguía su estela podía aprovechar para adelantarle a rebufo en la recta de meta", reconoce.

El trabajo de todo el año dio sus frutos

La estrategia de Canet le salió a las mil maravillas. Logró superar sobre la misma línea de meta al hermano del ya campeón del Mundo de la categoría pequeña y, así, cumplir uno de los objetivos que se marcó cuando asumió el reto de dar el salto al Mundial. La emoción le ha aflorado cuando ha pasado por meta. "Al verme tercero en las pantallas no he podido contener las lágrimas", confiesa el piloto, que también opina que el resultado de hoy es la recompensa a la esfuerzo empleado a lo largo de una temporada llena de altos y bajos. "Ahora me doy cuenta de que la experiencia acumulada a lo largo de todo el año junto a mi equipo técnico ha dado sus frutos hoy en forma de podio, por lo que no puedo estar más contento", sentencia Arón Canet.