Cada vez son más los pilotos que aterrizan en la parrilla de MotoGP sin pasar por los cauces destinados a tal efecto: Moto2 y Moto3. Con los años, el Mundial de Superbikes -junto a sus categorías inferiores- se ha consolidado como uno de los grandes surtidores de pilotos de la clase reina. Pero hay más.

La mayoría anglosajona del citado certamen ha hecho que está vía haya sido empleada como alternativa por estadounidenses como Nicky Hayden, Colin Edwards y Ben Spies; o australianos como Troy Bayliss y Chris Vermeulen para llegar a lo alto.

El primer campeón del mundo de 500 cc fue el británico Leslie Graham en 1949. El último campeón británico, Barry Sheene en 1977

Y por supuesto, los británicos. Desde Neil Hodgson hasta Cal Crutchlow, pasando por James Toseland, todos ellos llegaron a MotoGP desde Superbikes. Sin embargo, han sido pocos los que se han establecido, y el éxito de estos ha sido relativo. Por eso soprprende encontrar a tres británicos en la parrilla de la categoría reina.

Dos de ellos comparten box en la estructura satélite más consolidada de la categoría: el Monster Tech 3, y ejemplifican a la perfección las dos vías principales que desembocan en MotoGP tras salir de Gran Bretaña: Bradley Smith y Cal Crutchlow.

La ruta tradicional

En un lado del garaje del equipo de Hervé Poncharal encontramos a Bradley Smith. Su llegada a MotoGP, aunque polémica -sus méritos hasta la fecha no están acorde con el potencial de la moto que pilota-, ha sido la más tradicional posible.

Su buen hacer en el octavo de litro, donde empezó a despuntar al ser subcampeón en 2009 -y cabe destacar el triunfo en Valencia 2010 que evitó un histórico pleno de victorias españolas en todo el año-, le llevó a Moto2. Un tempranero contrato con el Tech 3 le aseguraba una plaza en MotoGP a dos años vista; y si bien no se puede decir que su rendimiento fuera pobre, sí estuvo lejos de los números que suelen abrir las puertas de los grandes equipos de MotoGP.

Sin embargo, está en la categoría reina a lomos de una moto más que competitiva. Ha tenido un comienzo algo dubitativo, pero ya se ha establecido entre los diez primeros, llegando a conseguir un meritorio sexto puesto en Montmeló, indicativo de lo que puede llegar a hacer.

Tras Smith aparecen otros pilotos británicos a lo largo de la ruta convencional. A la cabeza Scott Redding, que por fin parece haber encontrado la estabilidad que su rapidez demandaba, y que desde el liderato de Moto2 ya está llamando a las puertas de la clase reina. Detrás llegan pilotos como Danny Kent, Danny Webb, Kyle Smith o John McPhee, demostrando que la vía tradicional sigue abierta para Gran Bretaña.

La ruta alternativa

Al otro lado del mencionado garaje, Cal Crutchlow. El hombre de moda, el que ha conseguido no solo erigirse claramente como quinto elemento de MotoGP, sino hacer que todo el paddock se cuestione la separación entre los cuatro dioses y los 20 mortales que forman el plantel de dicha categoría.

Cal ha sorprendido a propios y extraños con su rendimiento, lo cual es normal teniendo en cuenta que jamás se ha subido a una Moto2, Moto3 o 125 cc en el Mundial. No obstante, Crutchlow ha quemado etapas a una velocidad tan vertiginosa como muchos de sus actuales compañeros de parrilla.

La diferencia reside en el número de etapas. La ruta alternativa obliga a ello. Desde el anonimato que implican aquellas categorías que no comparten cartel con MotoGP, el inglés necesitó destacar en cuatro distintas hasta recibir la oportunidad del Tech 3. A su compañero le bastaron dos, y ni siquiera se puede considerar que destacase en la intermedia.

Cal, el elegido

En su tercera temporada en MotoGP, el nombre de Cal Crutchlow ha aparecido con una frecuencia espectacular en la zona más alta de la tabla, una sesión tras otra.

Con una moto satélite, el ‘35’ ha desafiado la lógica del cuadrado mágico que habían formado Honda y Yamaha con dos parejas de pilotos de ensueño. Las estrellas más brillantes de la categoría reina son cinco. Aunque ya no sorprende su presencia en el podio, hasta hace relativamente poco el nombre del británico no era apenas conocido dentro de las fronteras mundialistas.

Sin embargo, atendiendo a su progresión durante la última década, -la gran parte de la cual alejado de los focos más luminosos del motociclismo-; se comprende que su actual nivel esté entre los más altos del mundo.

Su (largo) camino al éxito

A sus 27 años, Crutchlow ha llegado tarde a la élite del motociclismo, pero no ha sido por ir despacio, sino por tener que detenerse en numerosas paradas al no optar por la ruta tradicional.

El piloto de Coventry debutó en el británico de Supersport en 2004, y dos años después ganó el título, en una temporada espectacular en la que acabó en el podio en todas las carreras exceptuando un abandono. Subió a Superbikes y en su segundo año ya acabó tercero, pero no quiso esperar a ganar el título y quiso cruzar el Canal de la Mancha para demostrar su talento a nivel mundial.

Hay tres pilotos británicos en MotoGP 2013: Cal Crutchlow, Bradley Smith y Michael Laverty

Empezó por Supersport y lo hizo a lo grande, proclamándose campeón del mundo de la categoría con 5 victorias y 10 podios en 17 carreras. No esperó a defender su título, el siguiente paso era el Mundial de Superbikes. Una vez allí, fue quinto en su año de debut, logrando tres victorias con un doblete ante su público en Silverstone. Pero donde dio una exhibición fue a una vuelta, logrando seis de las doce Superpoles de la temporada, ante rivales como Carlos Checa o Max Biaggi.

De nuevo duró un año en la categoría, MotoGP le esperaba. Logró proclamarse ‘Rookie del año’ tras una dura pugna con Karel Abraham (cuya progresión no ha sido la misma, ni mucho menos).

Su segundo año tuvo dos mitades muy diferentes. En las diez primeras carreras no logró pisar el podio, pero mostró una increíble regularidad acabando todas ellas entre el cuarto y el octavo puesto. A partir de ahí solo acabó tres carreras, abandonando en cinco, pero consiguió sus dos primeros podios con sendos terceros en Brno y Philipp Island, además de un cuarto en Aragón.

Sin embargo, la explosión definitiva ha llegado este año. No subió al podio hasta la cuarta carrera, donde después de ser quinto en Losail, cuarto en Austin y quinto en Jerez escaló un peldaño más en su ascenso a la cima en Le Mans, donde solo Pedrosa le separó de la victoria. Repitió podio en Mugello antes de irse al sueño en Montmeló. En Assen logró su primera pole en MotoGP y volvió al podio, al acabar tercero tras una preciosa lucha con Márquez, junto al que escoltó a Rossi en su vuelta a la victoria.

Es lícito pensar que la primera de Cal está al caer, y desde luego no se le puede descartar como futurible candidato al título. Una presión increíble, ya que para encontrar la bandera británica en el palmarés de la categoría reina del Mundial hay que remontarse a 1977, año del segundo título consecutivo de Barry Sheene.

Demasiados años para un país que hasta dicho año había logrado 17 títulos de los 29 transcurridos desde la inauguración del campeonato en 1949, cuando el británico Leslie Graham fue el primer campeón del mundo de 500 cc. De los otros doce títulos once fueron de Italia, ocho de Giacomo Agostini.

Por eso 36 años sin un campeón del mundo son una barbaridad en las islas británicas. Y por eso Cal Crutchlow es el elegido.

Un trío en ruta

Un honorífico título que posee Cal pero que desean muchos otros, como el trío de pilotos que han seguido una ruta parecida a la de Cal, y que en este 2013 pelean por las victorias y los podios en el Mundial de Superbikes.

El más destacado es Tom Sykes, el hombre Superpole. Por fin es líder de un certamen que no ganó por medio punto meses atrás, y que parece decidido a dominar con mano de hierro. Dos dobletes le han llevado a lo más alto de la tabla, y su nombre ya empieza a sonar entre los candidatos a unirse a la parrilla de MotoGP.

Tom tiene 27 años, los mismos que Crutchlow, con el que ya compartió parrilla en el pasado. No en vano, Sykes se proclamó subcampeón del británico de Supersport en 2006, su tercera temporada en la categoría. Fue Cal el que le dejó a las puertas del título. Dos años en el BSB le llevaron directamente al WSBK, sin pasar por el Mundial de Supersport, a diferencia de su compatriota.

No pudo rayar a gran altura en sus tres primeras temporadas, hasta que en 2012 se destapó como candidato a todo, sometiendo a sus rivales a una vuelta y luchando contra su propia irregularidad de los domingos.

Este año parece haber superado ese lastre, y por fin se ha encaramado al liderato de la clasificación, desplazando a Sylvain Guintoli y alejando al que se pefilaba como su máximo rival.

Se trata de Eugene Laverty, el segundo británico que brilla con luz propia en el campeonato. El norirlandés también conoce a Tom y Cal. También tiene 24 años, y en 2006 acabó tercero en el británico de Supersport, precisamente por detrás de ambos.

Aunque dos años antes ya había hecho un ‘wild card’ en el Mundial de 125 cc, fue tras ese año cuando probó en el cuarto de litro, firmando dos temporadas discretas antes de probar en el Mundial de Supersport.

Allí se reencontró con las victorias, y resolvió sus dos temporadas allí con sendos subcampeonatos. En 2009 sucumbió ante, cómo no, Cal Crutchlow; y un año después fue víctima del tricampeón turco Kenan Sofuoglu.

Pasó a Superbikes y en su primer año ya deslumbró con un doblete en Monza para acabar cuarto de la general, y en su segunda temporada finalizó sexto como compañero del campeón Max Biaggi.

Esta temporada ya suma cuatro victorias para un total de siete, y junto a Guintoli parece el único capaz de disputarle el título al intratable Sykes.

El tercer nombre propio es el de Jonathan Rea, que el pasado 2012 ya pudo disputar dos carreras de MotoGP en sustitución del lesionado Casey Stoner, y que resolvió con un octavo puesto en Misano y un séptimo en Motorland.

Fue el premio de Honda ante sus esfuerzos de colocar a la marca nipona en lo más salto del WSBK. No obstante, mucho antes Rea ya coincidió en el británico de 125 cc con sus amigos Eugene y Michael Laverty.

Hay seis británicos en el Mundial de Superbikes: Tom Sykes, Eugene Laverty, Jonathan Rea, Leon Haslam, Chaz Davies y Leon Camier.

En 2006 deslumbró con un 4º puesto en el BSB, y al año siguiente se proclamó subcampeón por detrás del japonés Ryuichi Kiyonari, puesto que repitió en su salto al Mundial de Supersport al año siguiente, por detrás del australiano Andrew Pitt.

Está en su cuarta temporada en el Mundial de Superbikes, siempre con Honda, y luchando en inferioridad mecánica ha logrado terminar tres temporadas en el ‘top 5’, con un cuarto final en 2010 como mejor puesto. Por el camino ha logrado diez victorias, y aunque todavía no se ha estrenado en este 2013, no parece que la cuenta vaya a detenerse

Pero hay más británicos en la vía alternativa. En la élite de la misma destacan Chaz Davies, Leon Haslam y Leon Camier, mientras que no conviene olvidar al actual líder del Mundial de Supersport, Sam Lowes, que también viene pisando fuerte.

La tercera ruta: BSB-CRT

Junto a esos dos caminos se ha abierto uno intermedio, cuya apertura tiene nombre (Paul Bird) y apellidos (Motorsport). El multidisciplinar Bird, ahora piloto de rallies y antes de motocross -y antes futbolista-, quiso llevar su proyecto al Mundial, y la llegada de las CRT en 2012 fue la oportunidad que estaba esperando.

Puso una única moto en parrilla y en ella subió a James Ellison, un piloto que pese a rozar la treintena ya contaba con experiencia en MotoGP. Su labor no era tanto sumar puntos como desarrollar la moto, y su rendimiento le llevó a finalizar 16º de la general, cuarto entre las CRT.

Una temporada ilusionante que llevó a Bird a duplicar su apuesta y poner una moto más. Contó con el colombiano Yonny Hernández y cambió la pieza británica. Ellison dejó su sitio al norirlandés Michael Laverty, cuyo apellido ya pasea con éxito su hermano en el Mundial de Superbikes.

Michael es el tercer británico en la actual parrilla de MotoGP junto a Smith y Crutchlow, y tras pasar toda su carrera deportiva en el británico de Superbikes y Supersport, que ganó en 2008, ya ha conseguido sumar sus primeros tres puntos en la categoría reina del motociclismo con su decimotercer puesto en Jerez.

Después de Assen ocupa la 21ª posición en la clasificación general, lo que muestra que esta tercera vía todavía tiene mucho camino por recorrer.

Son tres caminos cuyo fin es el mismo, y cuyas puertas ya están abiertas. Cal Crutchlow es, hasta el momento, el que más lejos parece llegar, pero no está solo. Vienen de todas partes.