Muchos dicen que Marc Márquez está llamado a ser el sucesor de Valentino Rossi como gran dominador de MotoGP. Es cierto que el de Cervera no ha perdido el tiempo y este año ya ha superado a su maestro pero a buen seguro que no querrá imitiarle en esta ocasión. La única vez que Valentino llegó a la última carrera jugándose el Mundial lo perdió. Se le escapó de las manos en la curva Doohan del circuito de Cheste. Esta es la historia de cuando Rossi falló, de cuando una grada entera se silenció y de cuando un americano ganó el mundial de MotoGP con sólo dos victorias y apoyándose en la regularidad.

El campeonato 2006 llegó a su carrera final en Cheste de un modo que muchos no esperaban. Cuando el Mundial comenzó en Jerez muchos veían imbatible a Rossi y su Yamaha amarilla "Camel". El italiano dominaba con mano de hierro la categoría desde 2001 y ese año parecía que la historia se iba a repetir. La esperanza de los detractores de Rossi estaban puestas en un Pedrosa emergente o en un Capirossi con una Ducati que empezaba a dar muestras de lo que fue con Stoner más adelante. Pero nadie contaba con Nicky Hayden. El de Kentucky estaba en HRC a la sombra de Pedrosa, como ya lo estuvo a la de Biaggi y a la del propio Rossi. Estrenó su casillero de victorias en 2005 y nadie le veía en la pelea.

Pero en las motos hablar antes de tiempo es sinónimo de equivocarte. Hayden comenzó a conseguir podios y su regularidad le colocó al frente del campeonato. En el extremo opuesto, Rossi. El italiano lo mismo ganaba una carrera que en otra acababa por los suelos o tenía problemas mecánicos (frecuentes en la Yamaha de ese año). Tras el ecuador de la temporada en Laguna Seca, donde Hayden venció, el de Kentucky salió con una amplia ventaja pese a solo haber vencido en California y Assen. Pero el 46 es único y comenzó a recortar puntos victoria a victoria. Hayden dejó de entrar en los podios y la distancia se redujo a 28 puntos a falta de dos carreras.

El Mundial llegó a Estoril. Los entrenamientos mostraron que tanto Hayden como Rossi tenían un gran ritmo y que lucharían por la victoria. Rossi consiguió la pole y Hayden se colocó en primera línea. En la salida, el 46 se colocó en cabeza y el 69 se mostró más conservador y se encontró en mitad del pelotón. Y la desgracia se cebó con él; su propio compañero de equipo, Dani Pedrosa, caía y  arrastraba al 69 hacía la arena. De +28 a -8 para Nicky en un segundo. Y pudo ser peor, porque Valentino no ganó aquella carrera por una milésima frente a un sorprendente Toni Elías.

Así se llegó a Valencia. El circuito de Cheste estaba preparado para celebrar el mundial del idolatrado Rossi. Iba a ser el sexto seguido del italiano y todo el mundo lo quería así. Los organizadores, los fans, incluso Michelin, proveedor por aquel entonces del Mundial. La marca francesa realizó un neumático especial para la carrera sólo para Valentino. Pero el destino le devolvió a Hayden lo que le había quitado en Estoril. Y fue aquel neumático especial de Michelin y la impaciencia de Rossi lo que provocó aquel desastre para los rossistas. La goma especial de Michelin no se adaptó a las condiciones del circuito valenciano. El neumático trasero tardó demasiado en calentarse y tras las primeras vueltas Rossi no rodaba cómodo en séptima posición. Hayden estaba tercero tras Bayliss (que ganó la carrera como wild card viniendo de Superbikes) y Capirossi. Valentino se cansó en la quinta vuelta, a pesar de que el resultado le valía, y cometió un error. Aceleró antes de la cuenta en la salida de la curva Doohan y el resto es historia. 

La moto amarilla rodando por el suelo junto con todo un dios del motociclismo. El circuito enmudeció. Es probable que sólo hubiese ruido en el box HRC. Rossi levantó su montura y se reincorporó en última posición. Por delante, Hayden era informado por su equipo y se mantuvo cerca de los dos de cabeza por si Valentino volvía a hacer un milagro. El 46 consiguió remontar hasta la decimotercera posición, pero con el tercero de Hayden ni aunque todas las Yamaha le hubiesen dejado pasar habría ganado el Mundial. La apuesta de todo al 69 del padre de Hayden previa a la carrera era la que resultaba triunfadora. Rossi, con su carenado izquierdo raspado por la caída, felicitaba a su amigo y ex compañero de equipo. Nicky se quitó el casco en su vuelta de honor y soltó toda la presión en forma de lágrimas. Las barras y estrellas al viento y Hayden celebrando algo que parecía perdido. El último campeón americano hasta el momento.

Aquel error de Rossi será lo que no deberá imitar Márquez este fin de semana. Para el de Cervera no habrá Michelin especial pero hay algo que une a maestro y pupilo; un espíritu competitivo innato. Eso fue lo que en realidad tiró a Rossi aquella mañana. Porque con el séptimo le valía si Hayden quedaba tercero. Pero el de Tavullia no quería ganar quedando en mitad de un pelotón. Arriesgó y perdió. Veremos si Márquez arriesga este fin de semana y ,si lo hace, veremos si pierde como su mentor o gana y lo supera una vez más