Hubo un tiempo en el que un rey sobre una moto escribía historias de leyenda cada domingo. Aquellos tiempos pasados y legendarios parece que no volverán para. El rey cumplirá 35 años en febrero pero los príncipes ya le indican como abdicar. Tras un exilio en el desierto de dos años parecía que volvería al palacio de los diapasones. Pero allí ya le han quitado la corona. Y hay un niño con alas japonesas que apunta maneras para imitar su reinado. La monarquía es Valentino Rossi, y el rey se tiene que reinventar.

El 46 está entre la espada y la pared. Tras su vuelta a Yamaha allá por estas fechas hace un año el mundo del motociclismo debatía sobre si estaría arriba o no. Los más realistas dijeron que no y los más acérrimos veían el décimo (que no la décima) campeonato del mundo. Volvía Valentino a casa tras dos años intentando arreglar el desastre de Ducati. La salida de Ducati le dolió al Doctor. Él tenía el reto de levantar esa marca y el hecho de fracasar al ganar con una marca italiana fue algo duro para el nueve veces campeón. Su instinto competitivo le llevó de vuelta a Yamaha para intentar hacer lo que sabe; ganar.

Su regreso a casa parecía plácido. La relación con Jorge Lorenzo estaba arreglada y se llegó a una “entente cordiale” para no dañarse. Sonrisas y buen rollo ante las cámaras pero cada uno a lo suyo en el box. Lorenzo como campeón no veía peligroso a un Valentino en caída. El Doctor volvía con todo el equipo; Burguess, Davide Brivio, Uccio Salucci y toda la tribu habitual.

Las dificultades empezaron pronto. La lluvia no permitió rodar en condiciones en Valencia la primera fecha de noviembre y Yamaha decidió trasladarse a Motorland en Alcañiz. Y las nubes fueron tras ellos. Valentino y Yamaha se quedaron en el box mientras llovía en Aragón. En Valencia las demás marcas rodaron. Primer revés. Ya en febrero y en Sepang Valentino comenzó a volver a coger sensaciones con la Yamaha. Pero algo fallaba. La moto no era la misma que había dejado dos años atrás. No había sensaciones con el tren delantero y para Valentino eso es mortal. Todos hemos visto al Doctor hacer frenadas imposibles y es ahí donde radica su mayor virtud y para sacarla necesita confianza delante. Y no existía.

Así llegamos a Qatar, un circuito Yamaha donde todo parecía como en los viejos tiempos. Valentino rodando con los de delante y peleando desde el viernes. Sin embargo el sábado se comenzaron a ver las carencias. Si algo le ha fallado a Valentino este año son los sábados. No ha sabido adaptarse al nuevo método de clasificación y pese a rodar al ritmo de los de arriba en carrera sus malas clasificaciones lo han matado este año. En Qatar saldría séptimo. Finalmente acabaría en segunda posición en lo que parecía que era el regreso del rey. La mejoría había que demostrarla en un circuito adverso como Austin y aquí las luces se apagaron. Las Honda volaban y las Yamaha no encontraban su sitio y Valentino menos. Un fin de semana más parecido al de los dos últimos años, sexta posición el domingo pero al final del camino una esperanza. El circuito favorito de Valentino; Jerez

Pero el circuito andaluz sería la confirmación de la tónica de toda la primera mitad de la temporada. Una clasificación discreta, un buen ritmo en carrera pero lejos de los tres gallos de la categoría. Siempre cuarto, fuera del podio. Tras Jerez vino Le Mans con una carrera en mojado y un Valentino que remontando su octavo puesto en parrilla acabó duodécimo tras una salida de pista. Pero lo peor vendría en Mugello. De nuevo un mal sábado pese a rodar el viernes en con los de arriba. Y en la primera vuelta el desastre. Bautista pasado tira a Valentino en una acción que todavía no ha quedado muy clara. El de Talavera dice que le ha tirado el italiano y el “team” del doctor dice lo contrario. Todo acaba con disculpas y buenas palabras por las dos partes pero Valentino sale hundido. La temporada no va bien. Hasta Crutchlow con la satélite rueda mejor que él. Y en Montmeló las cosas no mejoran, una nueva cuarta posición.

En Yamaha no se explican lo que sucede pero tampoco les preocupa. Pedrosa lidera la clasificación pero Lorenzo está al acecho y esa es su bala. Pero en el box del Doctor piden cambios y una genial idea surge del equipo. Vale se queja de su tren delantero que es el que le da problemas, el chasis, los neumáticos y demás funcionan. Y surge la pregunta; ¿Con qué tren delantero de Yamaha Vale ganaba carreras? Con el de 2010, su última temporada en el diapasón. Se montó un test y tras consultar las normas se equipa a la moto de 2013 con la horquilla delantera de 2010. 3 años sin ganar un Gran Premio están carcomiendo a Valentino pero el experimento funciona. La próxima carrera en Assen dicta sentencia. Los entrenamientos del viernes dejan a Lorenzo KO pero este vuelve el domingo. Mientras, Valentino rueda bien todo el fin de semana pero el sábado se le vuelve a escapar la primera fila. Cuarta posición para él. Pero algo ha cambiado, las sensaciones son buenas. Valentino habla de ganar la carrera. Y sucede. El domingo tras una mala salida adelanta a Márquez y Pedrosa y vuelve a ganar tras dos años y medio. Un desierto para Valentino. Su sonrisa, su efusividad celebrándolo hacen ver que ha sido duro para él. La Catedral se cae abajo con la victoria de Vale. Sigue siendo el más grande y el más querido.

En las siguientes carreras, con Pedrosa y Lorenzo fuera Valentino vuelve a subir al podio. Siguen las buenas sensaciones y está en la pelea delante. Pero hay un huracán que le pasa por encima. Un pupilo que aprende de él, Marc Márquez. Y el momento en el que el alumno supero al maestro fue Laguna Seca. En el sacacorchos donde Valentino hizo magia contra Stoner, Márquez decidió auparse al Olimpo junto a su ídolo con un adelantamiento mítico. El Doctor se lo tomó a risa y felicitó al de Cervera. Ese carisma es lo que hace a Vale especial. Sabe que los jóvenes le van a ganar con las mismas armas que él ha usado durante 13 años. Y a diferencia de otros, lo acepta y le divierte. Los podios con Márquez y Rossi riendo tras la lucha son ya parte de la historia de este deporte.

Con el regreso de Lorenzo y Pedrosa y con un Márquez extramotivado en la lucha por el título, Rossi vuelve al segundo escalón. Sabe que no está al nivel de los tres y decide divertirse en sus luchas con Bautista por la cuarta posición. En esas batallas el de Talavera no pudo con el 46 en ninguna carrera. Valentino sólo volverá al podio en Phillip Island por la descalificación de Márquez.

En la última carrera, Vale debe ver como se juegan el campeonato otros. Un año más lejos de la lucha y ya van cuatro. Uno por las lesiones, dos en Ducati y en este por sí mismo. Márquez se lleva el campeonato en una carrera en la que Valentino, a pesar de decir que ayudaría a Lorenzo, no le mete rueda al 93 en toda la carrera. Las viejas enemistades no cambian, pero Valentino sí que quiere girar el rumbo. Decide acabar la relación con Burguess. Aparta a su padre del motor para que entre aire nuevo. El modo en que lo hizo no fue el mejor, anunciándolo el último día y sin decírselo antes al mítico jefe de mecánicos.

Se abre una temporada de dudas para Valentino. Con 35 años, quemando las antiguas naves y tratando de buscar aire nuevo, el 46 sabe que es su última oportunidad de lograr el ansiado décimo título. Como ya ha declarado, si a mitad de temporada ve que no puede estar con los de arriba seguramente su 46 no estará en pista en 2015. De modo que nos encontramos ante el ocaso de un Rey que reinó mucho y bien o ante la reinvención de un genio que aún quiere darse su última fiesta. 2014 dirá si una cosa u otra.