Cuenta la historia que 300 espartanos se quedaron resistiendo en las Termopilas y se sacrificaron para insuflar patriotismo al resto de la nación griega en la segunda guerra médica. Algo parecido realizó Jorge Lorenzo en el final de la temporada pasada, donde combatió al ejercito persa, digo Honda, hasta el final a sabiendas de que la batalla estaba perdida. Pero esa lucha no fue en vano. En esas últimas carreras, Lorenzo se convenció a sí mismo de que puede luchar contra Marc Márquez cara a cara. No se sabe que hubiese pasado sin las lesiones del año pasado, pero el pilotaje del mallorquín en la última etapa del Campeonato abre las dudas.

Por edad, el momento clave

Se encuentra el 99 entre la espada y la pared. Con 26 años se acerca a la madurez como piloto y en estos años es cuando va a alcanzar su pico de forma. Con la retirada deStoner, el ocaso de Rossi y las múltiples incomparecencias de Pedrosa en batalla, parecía que el trono de los próximos años estaba reservado para el espartano. Pero la llegada prematura de Marc Márquez al trono parece cuestionar esa hegemonía, el 93 le plantó cara y venció a Lorenzo en su primer año.

A pesar de esta derrota, nos encontramos con un Jorge Lorenzo en su mejor momento como piloto. Lejos ya de aquel “mantequilla y martillo”, el mallorquín es el piloto más completo de la categoría; bueno a una vuelta, genial en el paso por curva (aspecto que comparte con su moto) y con una frenada muy ajustada. En este último año le vimos ganar carreras a lo Rainey, huyendo desde el principio con un ritmo rompedor y vencer en las batallas cuerpo a cuerpo. Ha mejorado en todos los aspectos. Ya no es aquel niño que se caía demasiado, es un bicampeón del mundo.

Dudas en Yamaha y quejas de Lorenzo

A ese momento de forma se agarra el 99, pero espera algo más de Yamaha. Si en los últimos años la marca del diapasón tenía la mejor moto, en este último se quedo claramente atrás. Frente a una moto que combinaba estabilidad en curva con una buena velocidad, hemos encontrado una M1 a la que le faltaba lo segundo. Con el cambio seamless que parecía no llegar nunca se acortaron diferencias, pero tras los test de invierno se ha visto que a Yamaha aún le falta algo. Pero no están lejos.

A pesar de esa poca diferencia, las alarmas saltaron en Sepang para Jorge. En ese test dominado por Pedrosa y Rossi, Lorenzo acabó sexto, lejos de dos posibles candidatos al título. Y sobre todo, volvió a hacer algo que no le veíamos desde hace mucho; quejarse. El 99 protestó contra el nuevo compuesto Bridgestone. En ningún momento, ni su moto ni él se encontraron a gusto con la nueva goma. En cambio, en Australia Lorenzo encontró el punto al neumático exclusivo para esa carrera y acabó primero los tres días. Allí no se quejó.

Es importante resaltar esto último, porque si encontramos al Lorenzo que se queja de neumáticos y Yamaha, vemos al piloto encogido por Dani Pedrosa en 250cc, al que miraba mal a Rossi tras el muro en la anterior etapa del binomio o al que se resignaba frente a la potente Honda de Stoner. En cambio, cuando tenemos al Lorenzo que se dedica a pilotar han llegado los dos campeonatos y el dominio en la categoría reina,

Además las quejas llegan tras un invierno convulso, en el que se ha rumoreado fuertemente su marcha a Honda (es el sueño de Nakamoto) y en el que el propio Lorenzo ha vinculado su renovación al rendimiento de la Yamaha. A pesar de ello, pocos dudan de que Lorenzo y Yamaha volverán a estar ahí y de que el mallorquín cumplirá su sueño de retirarse en el diapasón.

De este modo, llega Lorenzo a Qatar (circuito talismán para él) con la intención de seguir en la batalla pese a no tener el caballo ganador. Con la ambición de recuperar el trono perdido frente a un niño rey, un eterno aspirante y una antigua leyenda. Sabedor de que es su hora, es su momento. De que si quiere entrar en el Olimpo del motociclismo debe marcar una era y que es ahora o nunca cuando debe empezar.

Fotos: esdeporte.excite.es; motocycleracemag.com