El límite no existe para Marc Márquez. La parroquia del Mundial llegaba a Mugello, uno de los escenarios que muchos señalaban como el fin de la racha del Campeón del Mundo. Pero el piloto del Repsol Honda quiere acabar con todos los récords habidos y por haber, y hoy se adjudicó su sexta victoria de la temporada y consecutiva. Parece que el Mundial sólo lleva escrito el nombre del hijo pródigo de Cervera.

Aunque logró la victoria, esta fue mucho menos sencilla que las otras anteriores, ya que para vencer tuvo que sudar de lo lindo para doblegar a un Jorge Lorenzo que demostró su mejor nivel de pilotaje en las curvas del trazado transalpino: “Estoy muy contento por la victoria, hemos tenido una pelea muy bonita con Jorge y nos lo hemos pasado bien. No me esperaba esta victoria, porque era un circuito donde sólo tenía que sumar puntos. Me he visto bien y he decidido arriesgar más que en otras carreras”.

Una de las claves que apuntó el líder del Mundial estuvo en el warm-up, donde tanto Marc como sus mecánicos introdujeron un cambio importante en el cambio que le ayudó a ir más rápido en la larga recta de Mugello: “Creo que hemos hecho un gran trabajo durante todo el fin de semana, y también ha sido importante el cambio que realizamos en la sexta marcha durante el warm-up, para intentar adelantar por rebufo al final de recta”.

Como su hambre de victoria es insaciable, Márquez ya está pensando en la siguiente carrera, que tendrá lugar en uno de los circuitos más especiales para él, Montmeló. Cerca de Cervera y de su gente, buscará seguir prolongando una racha que ya supera la perfección: “Todo el fin de semana ha ido bien y ahora toca pensar en la carrera de casa, que siempre es muy especial correr en Montmeló”. 

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