Si te gustan las apuestas deportivas, lógicamente buscas ganar una notable cantidad de dinero con tus predicciones, que a veces te harán millonario y otras veces te arruinarán en la miseria. Este fin de semana, las apuestas para el Gran Premio de Las Américas daban la razón al mariscal de ese trazado, Marc Márquez. Muchos invirtieron su dinero en el piloto de Cervera, y este les dio la razón con un triunfo incontestable, el tercero de Márquez en Austin. O lo que es lo mismo, los tres años que el COTA lleva en el calendario de MotoGP.

Más que una historia de amor

La afinidad que existe entre Márquez y el circuito estadounidense supera los límites de razón. Una demostración fue lo que sucedió en la Q2, cuando la RC213V se quedó aparcada en la recta de meta. El campeón cogió la segunda moto, con una puesta a punto similar a la anterior, pero sin ningún tipo de sensación encima de ella. A ello hay que unirle que el de Cervera sólo disponía de un intento para lograr la pole, y vaya si lo logró, batiendo en más de tres décimas el crono de Andrea Dovizioso.

Con este panorama, el día de la carrera se antojaba un mero trámite para Márquez. Con sus dos victorias anteriores de precedente, y su fabulosa sintonía con Austin, ¿quién no apostaría por él? Todo es diferente cuando Marc llega a Texas, porque hasta sale bien, su principal talón de Aquiles. En carrera le adelantó Dovizioso, pero hizo una gran salida.

En cuanto lo vio claro, Márquez pasó al ataque y se escapó sin miramientos. | Fuente: Repsol Media

Al principio parecía que el piloto español se quedaría con Dovizioso y Rossi luchando por la victoria, pero nada más lejos de la realidad. Aunque se rodó un segundo más lento de lo previsto, para Márquez el ritmo de sus rivales era un chiste, y enseguida adelantó a Dovizioso para poner rumbo a la victoria. Fue visto y no visto, como el azar. Para la carrera de Austin no había lugar para los ludópatas, porque lo sensato y lo ganador era apostar por Marc Márquez.

Tres de tres

El piloto del Repsol Honda conquistó su tercera victoria en el Circuito de Las Américas. Sólo él sabe lo que es saborear las mieles del triunfo en el podio de ese trazado tan particular y que tantos dolores de cabeza genera sobre los pilotos, menos en Marc. Tres temporadas lleva visitando la parroquia de MotoGP tierras tejanas, y en las tres ocasiones se ha impuesto la ley Márquez. Como puede observarse en la foto de portada de este artículo, está claro que Márquez sabe lo que es coger el toro por los cuernos, al menos en Estados Unidos.