Cualquiera diría que hoy fue un día más en la oficina de Jorge Lorenzo. Cuarta victoria consecutiva, de manera aparentemente fácil, con la tímida oposición de Rossi en los últimos giros y con un Márquez al que las ganas le pudieron y se fue al suelo a las primeras de cambio persiguiendo al propio Lorenzo. Pero el balear admitió en rueda de prensa que fue mucho más complicada de lo que pareció.

"Fue una de las carreras más duras del año, porque no había mucho grip y tenía que aguantar la distancia con Rossi en unas condiciones complicadas. Me llevó al límite", asegura el segundo del Mundial -a un punto del líder Rossi-. En la vuelta 19, Rossi redujo la distancia de 1.7 a 1.3 e hizo peligrar la victoria de Lorenzo. "Me recuperó medio segundo y me hizo pensar que tenía que arriesgar más para que no le alcanzara. En la vuelta 20 fui al límite total, le mejoré una décima y eso me dio mayor tranquilidad al final", admite el cuatro veces campeón del mundo.

La situación del campeonato muestra que Lorenzo se ha situado a sólo un punto de Rossi tras ganar las últimas carreras: "El campeonato está muy apretado. Rossi es un piloto de domingos y tiene mucha constancia, con lo que es complicado ganarle". No obstante, no descarta al resto: "Lo que hoy le pasó a Márquez o a Dovizioso nos puede pasar en la segunda mitad del año. Eso sí, somos constantes y no solemos caernos, pero no estamos exentos de nada".

La carrera de Lorenzo se vio ligeramente perturbada por la caída de Márquez, que se cayó cuando intentaba seguirle. "Noté un pequeño toque", admite Lorenzo, que añade que "no estaba seguro de que era Márquez, porque lo vi muy rápido y no sabía si era él o una Suzuki". El balear fue honesto y comentó que esta caída "es muy mala para Márquez pero les favorece mucho en el campeonato. Preguntado por si el de Cervera es en ocasiones demasiado agresivo, Lorenzo no quiso dar su opinión: "No hace falta que diga nada. Sólo tienes que mirar mi cara".