Todo gira sobre ruedas para Jorge Lorenzo. Jerez, Le Mans, Mugello y Barcelona fueron testigos de cuatro exhibiciones ‘marca de la casa’, tomando el liderato en la primera vuelta y llegando a meta prácticamente sin oposición. Cuatro triunfos que le han hecho reengancharse a una carrera por el título que veía más lejana que nunca tras no lograr ningún podio en las tres primeras carreras y que ahora le sitúa a sólo un punto del líder del certamen, su compañero de equipo Valentino Rossi.

Todo hace indicar que las once carreras restantes tendrán como epicentro el duelo exclusivo entre los dos pilotos de Yamaha por el título mundial. Las dos caídas consecutivas de Márquez en Mugello y Montmeló han deshauciado completamente al vigente campeón, desplazándolo a una distancia sideral de 69 puntos con respecto al dúo de Yamaha. Además, Dovizioso ha perdido su regularidad característica con dos abandonos consecutivos y Pedrosa se despidió del título al anunciar su parón para recuperarse de sus problemas en el antebrazo.

No sólo las cifras avalan la superioridad de las Yamaha, sino también las sensaciones. Sin tener la moto más rápida en recta ni las más potente a la salida de las curvas, Lorenzo y Rossi son los únicos pilotos capaces de mantener el mismo ritmo en los 45 minutos que duran las carreras. Márquez es incapaz de dominar su salvaje Honda y, como se observó en Barcelona, necesita rodar al límite y balancearse en el abismo para seguir el infernal ritmo de las motos de la marca de los cuatro diapasones. Con Márquez fuera, el paseo de las Yamaha en Montmeló fue preocupante para sus rivales. Ver a Pedrosa, cada vez mejor físicamente, entrar a 20 segundos del vencedor, tuvo que ser un dardo envenenado en el seno de Honda.

La próxima cita del exclusivo duelo Rossi-Lorenzo es en ‘La Catedral’, Assen. El trazado holandés es uno de los catalogados como ‘circuito Yamaha’ por antonomasia. Pocas rectas, curvas rápidas enlazadas y vital importancia del paso por curva. Todo hace prever que el paseo de las Yamaha apreciado en las últimas cuatro carreras seguirá su curso. Salvo que la caprichosa climatología holandesa diga lo contrario, Rossi y Lorenzo se jugarán el triunfo. El italiano ha hecho en su carrera deportiva de Assen un santuario de victorias épicas. Lorenzo, muy a gusto siempre en Holanda, ganó de forma aplastante en 2010, pero desde entonces le persigue una maldición.

Cuatro años de sinsabores en 'La Catedral'

El mal fario del mallorquín en tierras holandesas comenzó en 2011, el año de su defensa del título. Llegaba en una situación muy delicada en la persecución de Casey Stoner y tenía la necesidad de superar al australiano para no ceder más puntos. Pero en la primera vuelta un alocado Marco Simoncelli se llevó por delante al vigente campeón, que, no obstante, pudo reemprender la marcha y acabar sexto. Viendo que fue Spies el ganador, y no Stoner, era evidente que las Yamaha eran superiores en Assen y la victoria era más que factible para el balear. En ese momento, las opciones de Lorenzo de revalidar la corona eran prácticamente nulas.

Al año siguiente, la situación era totalmente distinta. Había completado unas seis primeras carreras inmaculadas (cuatro victorias y dos segundos puestos) y llegaba a Assen con 25 puntos de ventaja con Stoner y 39 con Pedrosa. Pero de nuevo en la salida todo se fue al traste. Una absurda maniobra de Bautista, sin ningún tipo de criterio estratégico, arrolló al líder del Mundial, destrozando su moto y sus opciones de ganar en Assen. Las Honda se pasearon y Stoner ganó por delante de Pedrosa. Parecía una anécdota, pero sólo fue el inicio de la remontada de Pedrosa en el campeonato, que a punto estuvo de costarle el título a Lorenzo.

La caída que infundió el miedo

Pero Lorenzo tocó fondo en Assen en 2013. Llegaba en plena batalla por la corona con Pedrosa, líder en ese momento. En los entrenamientos libres del GP, bajo una lluvia torrencial, Lorenzo sufrió una aparatosa caída que le provocó una fractura de clavícula. Lejos de rendirse y entregar el Mundial, Jorge forzó su regreso y sólo dos días después se subió a la moto en carrera y, con una heroica actuación, logró un increíble quinto puesto, cediendo sólo dos puntos con Pedrosa. Sin embargo, otra caída en Alemania le hizo recaer y perdió muchos puntos en el campeonato. Márquez, ileso de lesiones, aprovechó los fallos de sus rivales para ser campeón en su año de debut.

Esa brutal caída sufrida en 2013 incidió en el rendimiento de Lorenzo al año siguiente. La carrera se disputó sobre agua, y Lorenzo no pasó de una decepcionante 13ª posición. El mallorquín alegó que los recuerdos del año anterior le habían provocado miedo. Tenía miedo a sufrir otra lesión que le hiciera pasar por quirófano. Y en motociclismo, si tienes miedo, no puedes ir rápido.

Ahora la lluvia puede volver a cruzarse en el camino de Lorenzo. Imparable hacia el que sería su tercer entorchado de la categoría reina, la climatología puede jugar un factor clave en Assen. Si el tiempo respeta, Lorenzo podría no tener rival en ‘La Catedral’. Si el cielo holandés descarga agua, el balear puede ser impredecible. Aquel que ganó con una exhibición en Le Mans’2012, o aquel que tuvo miedo en Assen’2014. Ahora más que nunca, el destino de Lorenzo y del Mundial parece estar en manos del clima.