Jorge Lorenzo está en el estado de forma más dulce de toda su carrera deportiva. El piloto mallorquín encadena cuatro victorias consecutivas (Jerez, Le Mans, Mugello y Montmeló), un hito que jamás había alcanzado desde que aterrizó en el Mundial en el año 2002. Lo más destacado de estos triunfos es que lideró todas las vueltas de la carrera, desde la primera a la última, y no encontró oposición.

El recital de pilotaje en las cuatro carreras anteriores no solo suponieron cuatro trofeos más para sus vitrinas, sino que le colocaron plenamente en la lucha por el título. Tras un mal inicio de año, Lorenzo suma un total de 137 puntos, solo uno menos que Rossi, y en Assen puede colocarse como líder por primera vez desde el año 2013.

Sin embargo, su inicio de Gran Premio de Holanda no fue el esperado. No se vio al Lorenzo que arrasó en las cuatro citas previas desde el primer entrenamiento, sino que tuvo problemas e incluso se mostró algo enfadado en alguna entrada al garaje. Lorenzo finalizó el primer día de Assen en sexto lugar a casi tres décimas de Pedrosa y, peor aún, por detrás de su compañero de equipo.

Jorge Lorenzo

El piloto de Yamaha se mostró muy contrariado después de las dos primeras sesiones de entrenamientos, pues es consciente que el rendimiento no fue el esperado: "Ha sido un día complicado. No me he sentido bien sobre la moto, por lo que tenemos que hacer algunas modificaciones para estar más cómodo. No tenemos el neumático más blando que suele traer Bridgestone. Esto hace que no me sienta bien en las curvas, pero es igual para todos. Tenemos que trabajar en ello", explicó.

A pesar de que la primera toma de contacto no ha sido buena, Lorenzo es consciente de que aún puede y debe mejorar para aspirar a ganar el sábado y asaltar el liderato. "Creo que aun tenemos margen para sentirme mejor con este neumático e ir más rápido, pero hemos de encontrar una solución", concluyó.