Voracidad de campeón

Marc Márquez no está teniendo el año esperado. Una Honda con demasiada potencia, inestable en la entrada de curva y lenta al salir del viraje. Unos ingredientes, más el ansia de triunfo el 93, que propiciaron las tres caídas del campeón y arruinaron prácticamente todas sus opciones a revalidar los títulos de 2013 y 2014. Para colmo, también perdió los dos mano a mano, donde era invencible, que tuvo este año en Argentina y Assen. Ambos con un factor común: Rossi era el rival y en las dos hubo maniobras que no gustaron al de Honda, que no pudo con el maestro.

Vuelve el mejor Márquez

Pero era el turno de Sachsenring. Un circuito que vio ganar a Márquez los últimos cinco años. Era el momento de olvidar lo sucedido en las semanas y meses anteriores. Turno de centrarse en el presente, olvidarse en el campeonato y fijar un objetivo real: ganar carreras y si hay opciones volver a agarrarse al mundial. De momento, está cumpliendo el guion al pie de la letra. En Alemania, desde el primer día demostró ser el más rápido, y llegó la pole y no encontró rival.

Marc Márquez fue capaz de girar en 1:20.336. Pulverizó el récord que él mismo poseía desde el año anterior en más de medio segundo. Se volvió a ver al Márquez campeón. Al que apabullaba desde el primer momento de cada Gran Premio, al que se fusionaba con la Honda y era invencible durante la última temporada y media. Regresó la voracidad del número uno de la categoría reina.

Pedrosa, el primero de los mortales

El primero de los mortales fue Dani Pedrosa. El 26 también se sintió cómodo sobre la Honda en un circuito fetiche para él. Seis triunfos en su palmarés -dos en 250cc y cuatro en la categoría reina- que le colocan con el mayor ganador de todos los tiempos en Sachsenring. Pedrosa también rodó por debajo del récord del circuito, pero alcanzar a Márquez era una auténtica quimera y finalizó a tres décimas de su compañero de equipo.

La primera línea la completará Jorge Lorenzo. El mallorquín ha perdido el martillo que relució desde Jerez hasta Cataluña. Cuatro triunfos apabullantes, pero que en los últimos dos Grandes Premios no ha vuelto. Sin embargo, Lorenzo es conocedor de que su guerra no va con las Honda, sino con su compañero de equipo por volver a coronarse como campeón del mundo.

Rossi, desde la segunda línea

Precisamente Rossi se vio batido por Lorenzo. La buena clasificación de Assen fue un espejismo. El italiano regresó al guion de todo el año y desde el inicio le costó encontrar la puesta a punto idónea de la Yamaha. Rossi arrancará desde el sexto lugar, la segunda fila, y deberá hacer una arrancada de categoría, puesto que los dos primeros sectores del trazado son ratoneros e intentar adelantar se presume una tarea muy complicada. Al lado de Rossi habrá dos Ducati. En cuarto lugar la de Iannone y en el quinto la de Hernández, que tuvo que pasar previamente por la Q1.

En tercera línea estará la Suzuki de Aleix Espargaró. Con los colores vintage en el carenado, el de Granollers no pudo rememorar las gestas del pasado de Gardner y se conformará por arrancar desde el séptimo lugar. Su tiempo sí le bastó para vencer a las dos Yamaha satélite. La de su hermano Pol, octavo, y la de Bradley Smith, noveno. Las diez primeras plazas las completará Crutchlow, que se llevó la reprimenda de Pedrosa por arruinarle un giro en el que iba rápido. Fatal fin de semana para Dovizioso, que saldrá undécimo, un puesto por delante de Maverick Viñales.

Clasificación completa

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