Valientes, heroicos, arriesgados e inquebrantables. Así son los pilotos de la categoría reina; inmortales. A todos ellos los batió Jorge Lorenzo en Brno. A golpe de martillo. Pim. Vuelta a vuelta. Pam. Hasta marchar en solitario. Pum. Ese es el ritmo que te hace líder, que te hace ganar a Marc Márquez y rebajar a Valentino Rossi. Adiós provisional al décimo, porque MotoGP tiene nuevo dueño.

Apretadísimo mundial el que deja el Gran Premio de la República Checa. Ahora con Lorenzo a la cabeza pero al límite, empatado a puntos, con Valentino más motivado que nunca y un Márquez empujado, o casi obligado, a la leyenda implícita en su remontada. Uno de los mejores triunviratos que ha visto el motociclismo en toda su historia, la élite de la era moderna llamados a la épica. La que está narrando este mundial.

Foto: Yamaha Racing

Lorenzo bordó su papel desde el principio, aprovechando el blando de sus neumáticos para abrir un hueco que le iba a debatir Márquez vuelta a vuelta. Al menos al principio no admitía que el mallorquín se le fuera. Y marcaron la diferencia. Formaron una estela que dejaban de resto el tercero del podio, delante estaba todo dicho. Ganó Lorenzo una victoria que empezó el viernes y prolongó al domingo a su más puro estilo, corriendo sólo para trazar unas líneas perfectas que únicamente llevaban su nombre.

Valentino no tuvo otra que mostrarse impasasible, falló ya en la salida. Se lo comieron Andrea Dovizioso y Bradley Smith en el primer giro, pero se recuperó para lanzar su apuesta en las siguientes vueltas. Metió su rueda sin miedo en plena curva, arriesgado y audaz, adjetivos que le han acompañado toda su carrera. E intentó Dovizioso aguantarle la jugada, ni levantó siquiera la rueda para dar paso, pero Rossi había puesto su sello. Allí se mantuvo inquebrantable, tras once carreras en el podio no iba a ser menos en Brno.

Foto: Yamaha Racing

Andea Iannone aguardó a su compatriota. Mientras Dani Pedrosa, modesto tras su caída en los libres, quedó quinto protagonizando una de las pocas batallas que pudo ver una calmada carrera. Apretó los dientes y tiró de infiltración para mantener el honor y ganar a Andrea Dovizioso, que se vio sexto por 75 milésimas. Aunque no sea un mal resultado, lástima de premio para Pedrosa en un circuito que podría haber hecho suyo. A fin de cuentas fue él quien el año pasado bajo a Márquez del olimpo en que vivía.

La séptima plaza fue para un Bradley Smith contenido, que tiró de espíritu en las primeras vueltas para perder la fuerza en la resolución de esta. Le pudieron las ganas de demostrar que merece la renovación del Tech3. Detrás suya, acabó el que ya está confirmado para ese mismo equipo, Pol Espargaró. Y le sigue su hermano Aleix compartiendo su misma aversión por este trazado, diversión para unos y quebradero para otros tantos. Último entre los diez más rápidos quedaba Danilo Petrucci, espectador a sus espaldas de la otra guerra que animó el domingo, la de Álvaro Bautista y Stefan Bradl para ser décimo tercero. La ganó el primero.

La de Brno ha sido una carrera de calma envuelta en una tempestad que le aguarda. Se abre el liderato, oficialmente, con ese empate a puntos que empaña el sueño de Márquez. Incógnita la suya, qué habría sido del bicampeón con esa moto a primeros de año cuando ha hecho segundo en el escenario que es su peor cruz de todo el calendario. A otro lado Valetino, a saber qué hará al cerrarse el cielo del décimo. Lo mismo se pregunta Lorenzo, embriagado pero aún sediento. Ahí queda hoy la magia.

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