Valentino Rossi tiene un nuevo reto. El piloto italiano lideró el campeonato desde la primera carrera de Qatar pero vio como Jorge Lorenzo se lo arrebató tras ganar en Brno. Ambos llegan empatados a 211 puntos a Silverstone, que marcará el inicio de la recta final del campeonato. Ya no valen errores, puesto que algún fallo puede significar despedirse del título.

Rossi lleva tres triunfos en lo que va de curso y se ha subido al podio en todas las carreras. Pero de ahora en adelante ya no le vale con ser regular, sino que debe vencer carreras puesto que Lorenzo le aventaja en esa faceto y puede ser decisivo a final de año. El 46 lo sabe y para lograrlo admite que debe mejorar la M1: "Estamos en un punto muy importante de la temporada y espero poder hacer una buena carrera. Tenemos que mejorar la puesta a puntode la moto y estar listo para la carrera del domingo. Lorenzo y yo estamos empatados a puntos y será importante ser rápido con consistencia".

Rossi solo ha subida una vez al podio en Silverstone

El primer paso para romper la igualdad con Lorenzo y demostrar que quiere el décimo título será en Silverstone. Precisamente, Rossi no tiene un buen palmarés en el circuito inglés desde que éste regresara al calendario en 2010. Solo un podio y fue la tercera plaza del curso pasado, pero sin ninguna opción de pelear por la victoria que logró Márquez.

A pesar de ello, Rossi admite que es un crcuito que le guste. No solo por lo que ocurre en pista, sino también fuera de ella, donde se respira pasión por la velocidad: "Es una carrera con mucha historia y la atmósfera es siempre bonita durante el fin de semana. Puedes sentir la pasión de la gente cada vez que te mueves por el paddock. Me gusta el cicuito, es muy rápido y técnico".

A sus 36 años, Rossi sigue desbordando pasión por las motos con casi 20 temporadas a sus espaldas. Ganador de nueve títulos mundiales y de 111 carreras busca el décimo entorchado. Deberá acabar con el mejor Jorge Lorenzo para seguir escribiendo su nombre en letras de oro.

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David García Martín
Los buenos siempre ganan