Dar el salto a MotoGP no es nada fácil. Súmenle el peso de desarrollar de cero una moto y tendrán la presión que Maverick Viñales está resistiendo este año. Esta dificultad sacudió a los de Suzuki en las últimas carreras, pero por fortuna el pasado Motorland se convirtió en un punto inflexión para ellos. En Aragón consiguió acabar undécimo, aunque lo más importante fue lo que pudo mejorar allí.

Ahora enfrentan un nuevo reto, el triplete asiático, tres premios sin descanso que sirven de puente para cerrar la temporada en Valencia: "Tres carreras seguidas serán exigentes; especialmente teniendo en cuenta que vamos a estar lejos de casa, pero al mismo tiempo estas carreras ofrecerán una buena oportunidad de mantener la concentración y concentrar nuestros esfuerzos".

Foto: Suzuki Racing

"Siento que estoy muy lejos de mi potencial"

Tras el buen estreno de la casa japonesa Viñales, entonces un rookie muy confiado, ha tenido que volver a encontrarse en el revés que ha vivido en las últimas pruebas: "Mis últimas carreras no han sido tan fáciles en cuanto a la sensación general con la moto, pero en Aragón finalmente pudimos obtener algunas mejoras positivas. Siento que estoy muy lejos de mi potencial; sólo tengo que volver a la confianza que tenía a mitad de la temporada. Estamos trabajando duro para mejorar en cada carrera, pero también en cada sesión".

Maverick Viñales debe recuperar la fuerza inicial en una de las pistas más difíciles para Suzuki, pero saca coraje del trabajo de los suyos y los ánimos que aporta correr en un premio que para ellos puede calificarse como en casa: "El circuito de Motegi es probablemente uno de los peores para las características de nuestra GSX-RR, pero contamos con el componente emocional de una carrera de casa: ya puedo sentir el gran impulso emotivo de los de Hamamatsu y trataré utilizar esto como una ventaja adicional". De la adversidad emergen los grandes.