Mucho trabajo. Son las dos palabras que pronunciaron todos los pilotos de la categoría reina. No resulta extraño, pues los cambios que se avecinan en la misma vienen dispuestos a ponerlo todo del revés. Otras dos palabras: máxima igualdad. Es lo que quieren hacer de MotoGP, aunque para ello haya que pasar por un tránsito de desarrollo que para muchos de ellos supone un paso atrás.

La nueva MotoGP, primeras sensaciones

Para la temporada 2016 contamos con un nuevo reglamento técnico. De entre todos esos cambios resuenan los nuevos neumáticos Michelin y la electrónica. Esta última supone para los pilotos de fábrica una auténtica vuelta al pasado. Todos los pilotos usarán la misma Unidad Electrónica de Contol (ECU) de manos de Magneti Marelli así como un software único para todos los equipos. Sólo contarán con una licencia libre, la de un sensor que quedará a elección del equipo. Para introducir cualquier avance tecnológico deberá estar al alcance de todos los equipos.

Pudieron verse las primeras secuelas de la nueva centralita única: un auténtico quebradero de cabeza para los pilotos oficiales. "Todavía está en una etapa muy preliminar y es un paso atrás. Ahora mismo todavía presenta muchos problemas y es muy complicado llevarla", declaraba Dani Pedrosa compartiendo la sensación general que reina en Yamaha y Honda principalmente. El trabajo será ver qué queda de la pasada electrónica nueva y en qué dirección deben avanzar, realizando una comparación de ambas.

Llegaba más allá Marc Márquez sobre el trabajo que queda por hacer con la centralita Magneti Marelli. Para el de Cervera el aspecto a mejorar es la salida en curva, no notándose tanto la diferencia en las frenadas o el anti-wheelie, partiendo siempre desde la base de que todavía cuentan con una configuración muy simple. La raíz de la cuestión es que se deben a un proceso muy lento, siendo difícil componer una máquina competitiva de primeras, aunque la mayoría ya avancen por el buen camino.

Y si para los de fábrica esta electrónica es un retroceso para el resto de la parrilla es una esperanza. Los problemas que salieron a relucir en los test son los mismos que otros equipos como Suzuki sufrieron a lo largo de toda la temporada, en boca del propio Aleix Espargaró. Será más fácil para ellos adaptarse a esta nueva era, resultándoles igualmente más fácil llegar arriba. Ayer ya pudo observarse, acabando Maverick Viñales segundo a tan sólo 103 milésimas del tiempo más rápido firmado por Marc Márquez (1:31.060). Marca que registró el de Honda ya con la electrónica y prestaciones del 2016, batiendo la mejor vuelta de Jorge Lorenzo en la carrera del pasado domingo (1’31.111). Es aquí donde se observó el mayor cambio, encontrándose hasta un grupo de quince pilotos rodando en el mismo segundo.

Foto: Suzuki Racing Team

Mucho le queda por rodar a Michelin

Volvió a reinar el consenso. Michelin sustituye a Bridgestone y necesitan tiempo. Tiempo para conseguir el neumático perfecto o al menos uno que consiga frenar las más de veinte caídas que se produjeron en los primeros test. Salieron con mucho tacto los pilotos para conocer las reacciones de las nuevas gomas. El pronóstico fue claro: detrás fenomenal, delante fatídico.

Poco sirvió los pasados test de Michelin que se celebraron en Aragón para la parrilla. Rápidamente comprobaron cómo estos cambiaban según el asfalto: "Hemos salido y en las primeras vueltas se me ha ido de delante. Ahí he visto que los Michelin, aunque en las últimas pruebas que hicimos en Aragón fueron muy bien, reaccionan de forma diferente cada tipo de asfalto", anunciaba Márquez. Pero los problemas con el neumático delantero fueron unánimes. Todos coincidieron en su poco agarre, no respondiendo bien y encontrándote en el suelo sin saber por qué. Fenómeno que se agudiza sobre todo en curva: "Tengo una sensación que creo que todos compartimos: cuando entro en las curvas perdemos un poco de estabilidad y también cuando llegamos al máximo de potencia", sentenciaba Lorenzo. Valentino Rossi también daba crédito: "Necesitamos trabajar más con los neumáticos en la entrada de la curva y con el balance de la moto. Ése ha de ser el primer paso y habrá que seguir acumulando kilómetros".

Resultan así inestables en curva. El grip varia según el ángulo de inclinación en el que se encuentra la moto, no pudiendo actuar los pilotos sobre ella y no encontrando respuesta. El resultado es la caída. Habrá que rodar más con ellos para acabar de entender su comportamiento, siendo igual de fundamental comprender el peso que necesita el neumático para tirar al máximo. Por suerte esta odisea desaparece con el trasero, produciéndose todo lo contrario: un gran agarre, con grandes prestaciones, que dejaron unas sensaciones muy buenas, mejorando incluso los Bridgestone. Generó confianza en todos los pilotos, asegurando que podían tomar diferentes líneas con él en pista.

Éstas fueron las primeras conclusiones que dejaron entrever los primeros test que inauguraron la pretemporada. Mayor igualdad en la categoría reina con varios puzzles aún por montar. Una categoría que aseguran que, además de más acción, dejará unas carreras donde el piloto contará más. Auténtico motociclismo. Aunque todavía habrá que ver como resuelven, de forma independiente, estos aspectos los equipos y en qué queda esa igualdad. Su trabajo dirá. De momento quedará seguir su evolución, que para la parrilla de MotoGP continuará en febrero en Sepang. Si bien algunos equipos como Honda y Ducati adelantarán terrero en un test que se celebrará este mismo mes, antes del parón oficial obligatorio.