2015 ha sido el año del retorno de Lorenzo, del 'casi' de Valentino, del final del reinado de Márquez, pero también de la consolidación de una nueva figura entre los grandes. Andrea Iannone ha llegado, y es para quedarse, definitivamente. Tras varios años de penurias post-Stoner, parece que Ducati está de nuevo en disposición de pelear por ganar carreras, y con un piloto italiano como líder de un proyecto a largo plazo más que ilusionante.

Iannone parece hecho a Ducati, moto, equipo y estructura. Sólo el añorado Stoner -nuevo probador del equipo italiano a partir de 2016- ha sabido llevar la 'bala roja' sin bordear la línea de lo imperdonable. Aún un paso por detrás de la excelencia de los '4 Fantásticos', Iannone ha sido el mejor de los mortales en 2015. Pese a sólo lograr tres podios (dos terceros en Losail y en Phillip Island y un segundo en Mugello), le ha valido para acabar quinto, muy cerca del cuarto puesto de Pedrosa.

La progresión del italiano en los últimos años ha sido muy meritoria. Explotó más tarde de lo habitual, dentro de los fuera de serie, puesto que hasta casi los 19 años no subió a un podio mundialista en 125cc (Márquez y Pedrosa lo hicieron con 15, o Lorenzo con 16), y subió a Moto2 como un piloto rápido pero irregular. En la categoría intermedia, en la que permaneció tres años, logró la consistencia que le hacía falta para llamar la atención de las grandes marcas. Tres terceros puestos consecutivos entre 2010 y 2012, con ocho victorias y siendo uno de los principales rivales de Márquez le valió para ganarse un asiento en la Ducati satélite en 2013.

Dos temporadas en el Pramac Racing, uno de ellos, 2014, con material oficial, fueron suficientes para 'Gigi' Dall'Igna apostara por él como compañero del experimentado Dovizioso en 2015 en el asiento de la Ducati oficial. 2014 había sido su año de eclosión en la categoría, con alguna primera fila en parrilla y, especialmente, algún duelo 'caliente' con Marc Márquez, sobre todo en las primeras vueltas de carrera. 

Había expectativas para 2015, pero siempre por debajo de las de Dovizioso. Y se dispararon en la noche de Qatar. Ambos pelearon de tú a tú por la victoria con un inspirado Rossi, suponiendo el primer podio de Iannone en la categoría, al acabar tercero. No empezó a tan extraordinario nivel como Dovi, que encadenó tres podios seguidos y llegó a ir segundo de la general en los primeros compases de la competición, pero a partir de Mugello, Iannone se hizo con el liderazgo en Ducati.

Por delante de Dovizioso a partir de Mugello

Y es que la cita italiana fue un antes y un después en el seno de Ducati. Allí, con un imperial Iannone (pole y segundo en carrera), Dovizioso comenzó su cuesta abajo, que le llevó a sumar sólo 21 puntos en las siguientes seis carreras, por los 81 de su compañero de equipo, más consistente que nunca. Atrás quedaba el Iannone alocado de las categorías inferiores que sumaba victorias y caídas a partes iguales. Su madurez le había dado los galones en Ducati.

La carrera de Phillip Island a un año de sobresaliente para el piloto de Vasto. Peleó de tú a tú con los dos aspirantes a la corona, Lorenzo y Rossi, y con el mejor Márquez de toda la temporada, que acabó ganando la prueba. En una última vuelta absolutamente épica, le robó el podio a Rossi, logrando el podio más meritorio de los tres que ha conseguido esta temporada. El único 'pero' fueron los dos abandonos en Malasia y Valencia que le dejaron 'vendido' en la pelea por el cuarto puesto dinal contra Dani Pedrosa.

2016 debe ser el año de su afianzamiento como líder del equipo Ducati, mostrándose como 'el Stoner italiano' que todos quieren ver. Ducati es un proyecto a largo plazo en el que Iannone es la piedra angular. Dovizioso hará 30 años y está, parece, en la curva descendente de su carrera deportiva. Salvo que el sueño de Dall'Igna se cumpla y Lorenzo fiche por los italianos en 2017, el futuro del equipo está en los hombros de Iannone. Su rendimiento fuera de los focos ha sido excepcional. Está por ver si sabe gestionar la presión ahora.