Jorge Lorenzo se mostró imperial durante los tres días de entrenamientos disputados en Sepang. Parecía que el campeón llevaba una eternidad con la nueva normativa, mientras los demás todavía no la entendían. El balear fue el único en romper la barrera de los dos minutos y sale de Malasia dos peldaños por encima del resto.

Como no podía ser de otra manera, Lorenzo se mostró radiante. No solo era capaz de girar rápido con suma facilidad, sino que el más cercano de sus rivales fue Rossi y acabó a prácticamente un segundo. Todo un mundo. "Los tiempos por vuelta hablan por sí mismos, fueron buenos giros con la nueva electrónica y con el neumático duro porque no se podía usar el blando (por la caída de Baz del martes)", comentó.

Uno de los puntos en los que quiso hacer hincapié el campeón fue en los Michelin. Mientras que el resto de pilotos aun están entendiendo cómo adaptar su pilotaje, él parece que haya rodado toda su vida con este tipo de compuestos. "Estoy muy contento con Michelín porque han dado un gran paso con el feeling del neumático delantero. Han hecho un gran trabajo, ahora las sensaciones son muy parecidas a las que tenía el año pasado", explicó.

El mallorquín dominó la primera y la última jornada, mientras que la segunda acabó a escasas milésimas del registro de Petrucci. Sus tiempos sorprenden aun más si se tiene en cuenta que no está al 100% físicamente ya que lleva toda la semana enfermo. Un duro golpe y un aviso para sus rivales: no será fácil quitarle la corona que conquistó en 2015.

El siguiente test de los pilotos de la categoría reina será en Phillip Island del 17 al 19 de febrero. Será una situación distinta a la vivida en Malasia. Circuito totalmente opuesto y diferente meteorología. Lorenzo partirá con ventaja, pero el resto de rivales querrán acercarse. "Aun estoy recuperando de una enfermedad. Seguramente en Phillip Island esté más fuerte y pueda hacer una simulación de carrera".