Muchas de las grandes estrellas de la historia del deporte pasaron por algún bache en sus carreras profesionales. En su camino hacia la leyenda, tuvieron que reinventarse, trabajar nuevos recursos para sorprender a sus rivales y, de esta forma, volver a lo más alto. En una situación similar está Marc Márquez, bicampeón del mundo de MotoGP y derrotado en 2015 tras varios años de racha triunfal. Una Honda más salvaje que nunca y un piloto más errático de lo habitual acabaron con el reinado del de Cervera.

La temporada 2015 de Marc Márquez estuvo marcada por sus seis 'ceros' en carrera. Uno cada tres carreras. Más caídas que victorias en domingos. Así, aunque te llames Márquez y seas el piloto más rápido del planeta, es imposible ganar un Mundial. Más aún contra rivales tan sólidos como Lorenzo o Rossi. Muchas de estas caídas vinieron, concretamente, por no aceptar su 'status'. Por no asumir que Yamaha era superior y que un tercer puesto era más práctico. En un ganador natural como él, eso no tenía cabida.

Un equipo en crisis

Por lo visto en las tres pruebas de pretemporada, la situación no es muy diferente al panorama de hace doce meses. Incluso podría decirse que el drama en Honda es mucho mayor que en 2015, cuando llegaron a Qatar pensando que tenían una moto perfecta al dominar los tests de Sepang. Ahora, ni eso. Lorenzo y Yamaha les dieron una dosis de realidad al dejarles a un segundo y medio en los primeros tests del año, celebrados, precisamente, en el feudo de Honda por antonomasia, aquel trazado en el que han ganado consecutivamente las cuatro últimas temporadas.

Pese a que el 93 haya ocultado en su discurso el pesimismo que reina en la marca del ala dorada, es evidente que ya no son los favoritos. Un motor tan o más salvaje que su predecesor, una electrónica que da problemas a la salida y entrada de los virajes y unos neumáticos a los que estaban adaptarse mejor (especialmente Pedrosa), principales quebraderos de cabeza. El último día de tests en Qatar, Márquez 'arregló' la situación con una buena tanda larga que le situó casi a la par de Lorenzo. Pero, ¿es verdad o es humo?

Márquez, durante los tests de Qatar. Foto: Mirco Lazzari/Getty Images
Márquez, durante los tests de Qatar. Foto: Mirco Lazzari/Getty Images

Por lo visto especialmente en Sepang (de los tres trazados, el más 'estándar'), Honda está lejos. Muy lejos. Y quizás el problema no sólo sea que Yamaha está por delante, sino que también se pueden colar otras marcas, como Suzuki, con un estelar Viñales opositando al podio en la carrera inaugural de la temporada, o las Ducati, que tanto brillan en la noche qatarí. Así pues, estar en el podio en Losail no será nada fácil para Márquez. Empezar el año de la reconquista fuera del top-3 es una posibilidad más que factible. ¿No os suena a 2015?

Las primeras carreras, clave de la temporada

Viendo que la situación es bastante parecida, está en Márquez y su actitud la llave de pelear el Mundial. Casi todo el 'paddock' está de acuerdo en que Honda llegará, tarde o temprano. Sea en Jerez o en Sachsenring, pero llegará. Para cuando tengan una moto a la altura de Yamaha, ¿a cuántos puntos estará Márquez? El año pasado, cuando eso ocurrió, cuando cambiaron en Assen el chasis que tantos problemas dio, el catalán estaba a 69 puntos de Rossi. Demasiado tarde. Pero, de las 11 carreras que disputó con una moto competitiva, ganó cuatro. En este periodo de tiempo, fue el que más victorias consiguió (tres de Lorenzo, dos de Rossi y dos de Pedrosa).

Márquez persigue a Lorenzo en Montmeló. Foto: Mirco Lazzari/Getty Images
Márquez persigue a Lorenzo en Montmeló. Foto: Mirco Lazzari/Getty Images

Y mientras no tenga esta moto competitiva, ¿qué? Esa es, quizás, la gran clave de este Mundial 2016. ¿Hará terceros puestos o se caerá en la búsqueda de Lorenzo? Eso fue lo que ocurrió, precisamente, en Montmeló. Era consciente de que no podía seguir el ritmo de Lorenzo, pero se lanzó a por él, rodando por encima de su límite. Hasta que se cayó. Como en Mugello, Silverstone o Aragón. Si ha aprendido de este error, tendrá mucho ganado. Más vale salir del supuesto bache que tendrá a principio de año a 20 o 30 puntos del liderato que con el Mundial perdido. En la segunda mitad de año vendrán circuitos favorables y, en principio, la Honda ya estará para ganar.

Valentino no tiene intención de olvidar

En este aspecto puede entrar en juego el factor Rossi. Por muy mal que esté Honda, Márquez clasificará bien cada sábado. Probablemente estará en las primeras filas. Por delante de Rossi, seguramente. Y cuando el italiano, con mejor ritmo de carrera, le supere, ¿qué actitud tendrá Márquez? Si es inteligente, estas primeras carreras, dejará escapar algunos puntos y buscará podios. Si comete los mismos errores de 2015, se dejará atrapar por la telaraña de Valentino y se caerá.

Su relación con el italiano, aunque se quiera evitar, puede marcar también el devenir del campeonato. Márquez ha intentado olvidar, pero Rossi no. Valentino quiere 'vendetta' y, en cada ocasión que tenga, atacará públicamente al piloto catalán. Seguro que en el entorno de Márquez han hecho un trabajo psicológico para que el 93 se mantenga al margen de las declaraciones del nueve veces campeón. Al fin y al cabo, Márquez, por edad, tiene más velocidad y en condiciones normales, tiene más ganado en el campeonato. Rossi, que se siente menos veloz que Lorenzo y Márquez, quiere, cuanto más lío, mejor.

Rossi buscará desestabilizar a sus rivales fuera de la pista. Foto: Mirco Lazzari/Getty Images
Rossi buscará desestabilizar a sus rivales fuera de la pista. Foto: Mirco Lazzari/Getty Images

¿Y el futuro de Márquez en caso de fracasar? 2016 es un año clave en la 'silly-season' de MotoGP, puesto que los cuatro mejores pilotos del mundo terminan contrato. Márquez siempre ha priorizado Honda pero en este invierno, por primera vez en su vida, ha admitido la superioridad de Yamaha. Por muy evidente que pareciera, llama la atención. Si la Honda le juega otra mala pasada, Márquez abrirá el abanico de posibilidades. Depende, en cierto modo, de lo que haga Rossi. Porque si Lorenzo decide probar en Ducati, Márquez siempre tendrá el veto de Valentino. Si es el 46 quien se decide retirar, una dupla Lorenzo-Márquez no sería descartable.

A sus 23 años, Márquez está ante el curso más importante de lo que lleva de carrera deportiva. Asumir su 'status', la clave de un posible éxito. Asumir que no siempre será 2014. Asumir que Jorge Lorenzo ha recuperado su nivel de perfección que le llevó a ganar, antes de la llegada del genio de Cervera, dos títulos mundiales. Asumir que Valentino Rossi ha dejado de ser una inspiración para pasar a ser un problema a solucionar. Asumir, por encima de todo, que ya no está en el mejor equipo del mundo, y que toca remar a contra corriente.