Cinco minutos para que comience la sesión, la tensión se palpa en el ambiente, todas las miradas puestas en un hombre que durante varios días centrará toda la atención en él. La concentración es muy elevada, el silencio se hace en el ambiente mientras que las agujas del reloj marcan la cuenta atrás para salir a pista. Casco puesto, ojos cerrados y simulacro mental de dar la vuelta más rápida. Llega la hora de la verdad, mirada al frente lo más lejos posible, luego a la montura que te permitirá rodar en cronos de récord y finalmente al reloj, pensar cuanto tiempo te queda para volar sobre el trazado y rozar alcanzar la gloria.

La compenetración con la moto es máxima, nadie puede romper la relación entre él y ella. Vuelta de reconocimiento de la pista, comprobar las condiciones de cada curva y trazada y momento de planificar la forma de pulverizar los tiempos. Última curva, entrada a meta y gas a fondo, es el momento de la batalla a tres bandas, el piloto, la montura y el crono, tan solo uno puede ganar, el más mínimo error es crucial y se pagará caro. No traza las curvas, se desliza suavemente en cada una de ellas, casco rojo en cada sector y bandera a cuadros. La primera posición está asegurada para mañana.

Movistar Yamaha MotoGP
Movistar Yamaha MotoGP

Para la moto en el corralito, habla con la prensa, pero en vez de verse envuelto por la emoción y la efusividad, se mantiene cauto, con ganas de seguir mejorando un ritmo de récord. La fortaleza del guerrero se muestra en la mente. Jorge Lorenzo, el guerrero que hace su Esparta particular en cada trazado, con una mentalidad luchadora, irrompible, pero sobre todo segura, donde la confianza y seguridad en sus actos han hecho que el mallorquín se encuentre ante uno de los mejores momentos de su carrera deportiva.

Las claves del guerrero

La sencillez en el pilotaje junto a la técnica, pasando por la presencia mediática para acabar en la perseverancia sobre la moto, tiene su fuente en la mentalidad del espartano, donde el paso de los años han hecho del piloto del Movistar Yamaha MotoGPfuera ganando confianza en si mismo y sobre todo creerse de lo que es capaz de realizar, llegando a transmitirlo al público.

Pero todo esto no podría ser posible sin analizar varias cosas, que han hecho que Jorge Lorenzo llegase a reinventarse y revitalizarse tanto física como mentalmente hasta puntos impensables. Este cambio en el heptacampeón no se habría hecho realidad sin varios factores que se analizarán a continuación, como es el entorno que le rodea, su gente de confianza, la evolución de su vida personal relacionada con el más alto rendimiento del Mundial y, sobre todo, la transformación psicológica del mallorquín.

Confianza en el entorno

Sin duda durante toda su trayectoria han ido pasando gente por su vida que han hecho mella, pasando de ser un chico demasiado tímido combinado con una imagen de frialdad que se guardaba las cosas pero a la vez directo (en el siguiente apartado se comentará el porque) para acabar con una imagen mucho más cercana y abierta, pero manteniendo las formas siempre.

Esto no podría ser posible si no fuera por el grupo de personas que le rodean, siendo sin duda con su actual manager, Albert Valera, y su jefe de prensa, Artur Vilalta, quiénes han podido explotar y reconducir la imagen pública del balear, pasando de una actitud algo chulesca a acabar siendo más risueño y ganar confianza en sus actos.

Getty Images
Getty Images

Pero también tiene algo que ver su preparador físico, Marc Rovira, que llegó a su vida en uno de los momentos más complicados física y mentalmente de su trayectoria, ya que se conocieron en una época donde el mallorquín acababa de caerse en la prueba inicial de temporada, a la que llegaba lesionado en el hombro, y necesitaba entrenar. El método empleado por Rovira, al ser al aire libre permitía a Lorenzo conectar consigo mismo y no saturarse tanto al estar encerrado en cuatro paredes del gimnasio. El espartano regresaba con su preparador, con el que no tenía mucho feeling, pero en Austin volvía a caerse y tras mucho pensarlo decidió irse de la mano de Marc Rovira, con el que tras varios “juegos” entrenando, donde el preparador también hace los ejercicios y lo hace en un tono ameno, hizo que el pensamiento del piloto de Yamaha se transformara, viendo como la positividad que transmitía Marc Rovira se apoderara de él, cosa que todo esto hizo que fuera una de las personas de máxima confianza y su sombra, ya que le acompaña a todos los eventos que tiene.

Por otro lado se encuentra el piloto de Moto2, Ricky Cardús (que de forma injusta en el último momento se ha quedado sin equipo, después de llevar a Suter de nuevo a rozar la gloria en sus horas más bajas la pasada temporada) que es uno de sus mejores amigos. La sencillez y nobleza de Cardús, se ha convertido en otro de sus hombres de confianza. La sensación de tener a un amigo también piloto hace que se entiendan mejor que con otras personas en ciertas cosas, haciendo que haya una compenetración entre ambos espléndida, pese que hayan tenido más de alguna discusión han terminado solucionándolo, pero mientras eso sucedía todavía no se ha visto ni oído ninguna mala palabra entre ambas partes, garantizando que fe ciega y seguridad entre ambos sea máxima.

Marc Rovira y Jorge Lorenzo | Foto:Getty Images
Marc Rovira y Jorge Lorenzo | Foto:Getty Images

Por último en este apartado se encuentran su equipo técnico en el equipo, donde Juan Llansá y Ramón Forcada forman su equipo de confianza. El primero le lleva acompañando en su trayectoria deportiva desde los trece años, es de las personas que mejor conocen el carácter del espartano, siendo de los pocos que saben llevarlo. Por su parte, Forcada, que es su jefe de mecánicos, ha logrado que haya una relación entre ambos de total confianza, donde con una simple mirada saben perfectamente que piensa el otro, haciendo que la configuración de la M1 llegue a estar a punto en un tiempo récord, sin hacer casi modificaciones.

Una trayectoria de superación

Hijo de un gallego que soñaba con ser piloto de motociclismo y volcó toda su atención en ver proyectada su idea en su retoño. Centrando toda su atención familiar en la preparación del espartano, la situación en casa llegó a un punto de no retorno, llegando a separarse sus padres y él se fue con el padre, abandonando su casa en Mallorca, viviendo en Barcelona y teniendo a Dani Amatrain de manager. Pero el espartano tenía que verse de nuevo ante una de las peores decisiones de su trayectoria, decidir entre su padre o su manager, decidiendo finalmente confiar ciegamente en Amatrain.

En ese momento Jorge Lorenzo sintió como toda la situación emocional y personal, viendo como tenia que ver lejos de su vida, cerrándose en banda a todo su alrededor. Comenzó ser ese chico tímido, callado, que muchas veces se confundía con una actitud chulesca, pero que realmente veía como de alguna forma todo su entorno de aquel entonces le había decepcionado, siendo una persona que le costaba expresar sus sentimientos.

Getty Images
Getty Images

Luego, en menos de dos años volvía a ver como su vida tenía otro duro revés. Su mentor, la persona que había confiado ciegamente en él, su líder por llamarlo de alguna forma, dejó de ir a los circuitos, de preocuparse por él, viéndose de nuevo solo, reviviendo todo lo vivido y que tanto hizo en su personalidad, de revitalizarse y reconstruirse el solo. En ese momento vio que era el momento de empezar poco a poco, de ir recuperando todo lo que apartó desde el principio, fue complicado, tenía el miedo de no que no estuviera, pero veía con los ojos vidriosos que iba todo por el buen camino, retomando su seguridad.

Por otro lado con las caídas vio como la vida pasaba por delante en Cataluña en la zona del estadi tras perder el conocimiento, siendo la primera vez tenía la sensación de miedo, pero fue en Assen cuando se dio cuenta que debía de cambiar. Tras irse al suelo y operarse de la noche a la mañana de la clavícula, la pasión por las dos ruedas hizo que se volviera a subir a la moto, pero teniendo en cuenta que la máquina que intentaba domar podía acabar con su vida.

Getty Images
Getty Images

Jorge Lorenzo, con la mentalidad de un guerrero de la antigua Esparta, que en sus inicios vio como temporalmente perdía a esas personas que le vieron crecer, haciendo de él una persona con una fuerza interior inmensa, con espíritu de superarse a si mismo. Directo, sin filtros, sin miedos delante de sus amigos y entorno, capaz de decir todo aquello que no desearías escuchar pero sobre todo que saca los dientes por lo que cree. Mago encima de la moto, frió sobre la montura pero seguro de sus actos.

El espartano que es capaz de ir a más de 300km/h manteniendo la calma y la concentración en cada movimiento, con una fuerza psicológica que es capaz de transmitir a través de la cámara, traspasando fronteras y pasando un espíritu luchador a todo aquel que esté presente. Con una personalidad cautivadora, que no tiene problemas en ir a la otra punta del planeta a ayudar con una ONG, que de alguna forma ha vivido lo mismo que esos niños, pero que puede ser un referente de que de la parte más complicada de la vida se puede salir y triunfar. Soñador nato pero insistente y perseverante en la lucha por sus objetivos. Tímido ante lo desconocido pero cercano y cariñoso con los seres queridos. Sin duda, estamos ante una de las leyendas del motociclismo moderno pero, sobre todo, una de las personas que cambiará la percepción del mundo de las dos ruedas.  

VAVEL Logo